Pese a que en el último trimestre de 2022 en Cali el número de mujeres ocupadas aumentó en 122.000 respecto al mismo período del año anterior, la brecha de empleabilidad entre hombres y mujeres no se cierra.
Entre octubre y diciembre del año pasado, 51 de cada 100 empleados en la capital del Valle fueron hombres y 49 de cada 100, mujeres; de este modo, 590.237 hombres y 557.371 mujeres, estuvieron ocupados, marcando una diferencia de 32.866 entre los dos géneros.
Cali fue la segunda ciudad en el país con mayor brecha en la tasa de desempleo por género, según el Dane con una desocupación de 8,2% para hombres y 10,6 % para mujeres al cierre del trimestre octubre-diciembre de 2022.
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Harold Londoño, gerente de Analítica y Estudios Económicos de la Cámara de Comercio de Cali, CCC, señaló al respecto que aunque la ciudad se recupera gradualmente del rezago en el empleo femenino, es importante seguir trabajando en mejorar la nivelación laboral con el mercado masculino y la formalidad.
“La total apertura de la economía después de las restricciones de la pandemia ha propiciado la vinculación de personal, en su mayoría femenino”, agregó.
Entre las cifras positivas están: en el último trimestre de 2022 se crearon 163.000 empleos en la ciudad, de los cuales 122.000 fueron para las mujeres, es decir, que el 75% de las nuevas vacantes fueron ocupadas por la población femenina.
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Sectores como la industria, el comercio, la educación, la administración pública y atención en salud, aportaron más del 60% de los nuevos empleos.
La tasa de desempleo de la mujer en Cali disminuyó 2,6 puntos porcentuales frente al último trimestre del año 2021. El número de mujeres ocupadas aumentó 28,1% y la tasa de ocupación femenina ascendió 56%, siendo la más alta entre las cinco principales ciudades del país
¿Por qué no se cierra la brecha?
Lina Fernanda Buchely, directora del Observatorio para la Equidad de las Mujeres de la Universidad Icesi, dijo que las mujeres enfrentan una situación paradójica. Por ejemplo, desde 1980 en el país hay una tendencia creciente de escolarización de la mujer y hoy están más formadas que los hombres, según el más reciente reporte de la Ocde, pero aún así sigue la brecha.
“Pese a que las cifras muestran que más del 52% de los estudiantes son mujeres y que ellas se han capacitado en estudios, no solo escolares y profesionales, sino en especializaciones, son las que están más desempleadas y Cali es el mejor ejemplo de eso: 8% de desempleo para los hombres y 10,6% para las mujeres, y la diferencia se incrementa a medida que se escala en los esquemas directivos con una brecha salarial de 68%”, indicó la académica.
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Por su parte, para el analista Memphis Viveros, la falta de cultura, educación y políticas públicas que incentiven a las empresas a contratar mujeres hace que no se superen las diferencias en el mercado laboral.
“A muchos empresarios no les gusta contratar mujeres en edad reproductiva por evitarse el pago de licencias de maternidad”, afirmó.
Similar apreciación tiene John James Mora, profesor y director del grupo de investigación en Economía, Políticas Públicas y Métodos Cuantitativos de la Icesi, quien adujo que para él esta disparidad no se da porque no exista legislación, sino porque la misma no se aplica. “La reducción en la brecha pasa por un cambio cultural en las empresas, generar más incentivos o reconocimientos a las compañías que promueven políticas de igual salario y participación entre hombres y mujeres y, por otro lado, pensar mejor las políticas publicas que el Estado promueve.