“Hace ya más de tres años vengo detrás de que le autoricen una inyección a mi mamá para tratarle el tema de los huesos”.
Laura Gálvez es una mujer de 68 años, vive en el barrio Calimío, al oriente de Cali. Hace dos años le ganó la batalla a un cáncer de mama, pero este alcanzó a dejarle secuelas. Martha Patiño, su hija, contó su drama.
“A raíz de este cáncer, las quimioterapias y las radioterapias, se le afectaron muchas cosas en su cuerpo, una de ellas es la osteoporosis. Ella se queja de que le duelen mucho los huesos. Por eso estoy buscando que le autoricen la inyección que le mandó el médico endocrino, pero Emssanar, hasta el sol de hoy, no me la ha autorizado”, relató.
Laura también lleva esperando ver a un médico cardiovascular desde hace más de tres meses por una vena ulcerada que tiene en el pie. El radiólogo, que la vio el año pasado, le dijo que era muy peligroso que la vena se le pudiese reventar por lo inflamada que está. Por eso le pidió una cita con el especialista cardiovascular, pero nuevamente Emssanar no la ha autorizado.
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Por si fuera poco, hace más de un mes un mastólogo le dio una orden a la mujer de 68 años para que se hiciera una biopsia, pues temen que unas ‘bolitas’ que le han salido en un seno puedan significar algo grave.
“Necesitamos descartar que sea algo malo. Emssanar me dio la orden para que le hicieran la biopsia en el Hospital Departamental, pero, cuando fui, me dieron una carta diciendo que ese servicio no se lo prestaban allí, que tenía que ir a Emssanar para que me cambiaran el prestador del servicio. Yo fui a radicar nuevamente el documento y este es el día en que la EPS no me ha dado respuesta. Todas estas cosas las llevé a la Defensoría del Paciente, las radiqué allá, tampoco me han respondido”, narró, con desespero, su hija Martha.
Otro caso. Eliana Corcino es madre de Samara Velásquez, una niña de 6 años con microcefalia. Cuenta que una de las dificultades más relevantes que ha tenido se presentó el año pasado, cuando esperaba que a Samara la operaran de la cadera en febrero, pero lo terminaron haciendo el 20 de diciembre, diez meses después.
“Siempre hay barreras, dicen que son cinco días hábiles para autorizar alguna cosa, pero pasa un mes, dos meses y nada. La operación la demoraron porque así son ellos, que porque la autorización no ha salido, que porque te autorizan una cosa y no la otra; a ella tenían que ponerle un injerto de cadera y eso fue más lo que volteé y peleé, casi que no”, contó Eliana.
Actualmente la pequeña está lista para hacer terapias, principalmente de fonoaudiología y ocupacionales, pero ese es otro asunto por el cual están ‘peleando’.
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“La autorización de iniciar las terapias es del 28 de febrero en un sitio que tiene convenio con la EPS, pero esta es la fecha en que la niña no ha hecho ninguna terapia. La quiero cambiar de lugar porque allá dicen que no tienen cupo, ella debería tener tres terapias a la semana y solo le van a dar una; a uno en qué le sirve ir a rehabilitación solo una vez a la semana. Quiero cambiar de sitio, pero la SOS dice que no puede hacerlo porque ya están en curso las terapias en el otro lado; en esas estamos”, agregó Eliana.
Estos dos casos dan un retrato de la realidad que viven miles de usuarios del sistema de salud en la ciudad.
De acuerdo con el informe entregado por el Servicio de Atención a la Comunidad (SAC) de la Secretaría Municipal de este ramo, en 2022 se recibieron 32.173 solicitudes por barreras de atención en salud.
Si bien el informe detalla que se logró resolver el 81 % de los casos en favor de los usuarios, el 19 % restante requirió traslado a la Superintendencia de Salud, cifra que aumentó en 14 puntos porcentuales en comparación con el año 2021.
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“En el ranking de barreras de atención, en la tasa por cada 10.000 habitantes, las Entidades Administradoras de Planes de Beneficios de Salud (EAPB) con mayores riesgos fueron Emssanar, Asmet Salud y Coosalud”, explicó Jhon Edward Murillo, defensor del Paciente de Cali.
Estos datos podrían empeorar este año, pues entre los meses de enero y febrero ya se han registrado 6641 casos asociados a barreras de atención.
Desde la Defensoría del Paciente aseguraron que 1034 casos representaban solo dificultades de comunicación entre usuarios y prestadores de los servicios, por lo que pudieron ser resueltos sin problema.
Sin embargo, los registros restantes (5112 solicitudes) pudieron confirmarse como barreras de atención y requirieron de una intervención más robusta.
“Esta situación nos llevó a interactuar con las diferentes entidades para garantizar la restitución de derechos en salud, logrando un 72 % de esta restitución de derechos y generando un 20 % de traslados a la Superintendencia de Salud por no garantizar una respuesta dentro de los tiempos legales establecidos”, explicó Jhon Edward Murillo.
Pacientes de enfermedades catastróficas y enfermedades huérfanas y de alto costo son los que pueden tener más dificultades de salud si no se les garantiza prontamente el acceso a los servicios. En general, son alrededor de 1020 usuarios en Cali solo en lo corrido de este año que, como Laura y Samara, aún esperan que se les brinde una solución.
Enfermedades complejas
En Cali se han registrado 6521 pacientes con alguna enfermedad huérfana, que hacen parte del grupo de mayor vulnerabilidad.
Estas patologías son aquellas "crónicamente debilitantes, graves, con baja prevalencia y que amenazan la vida”, explicó la Secretaría de Salud.
En ese contexto, un total de 2092 casos de barreras en la prestación de los servicios en salud se presentaron entre los años 2019 y 2022. Solo se pudieron resolver un 73% de estos.
Julián Antonio Victoria, líder del programa Discapacidad de la Secretaría de Bienestar Social de Cali, sostuvo que es necesario visibilizar a estas personas, sensibilizar sobre su padecimiento para así disminuir las barreras que puedan estar teniendo y avanzar en su tratamiento.