Tomar decisiones sobre las EPS que incumplen los indicadores financieros, considerar la condonación de los créditos de Icetex de al menos 4500 jóvenes y anunciar la Matrícula Cero para el 2023 son algunas de las propuestas que el presidente electo, Gustavo Petro, espera implementar durante los primeros cien días de su administración.

Así quedó establecido en el informe del Comité de Empalme de la nueva Administración dado a conocer el pasado lunes, en el que también se incluye como meta para ese periodo de tiempo “lograr la aceptación del Secretario General de la Organización de Naciones Unidas para el establecimiento de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Colombia” y avanzar en los diálogos con el ELN.

Sin embargo, mientras algunos analistas consultados por El País encuentran que esta agenda es coherente con lo prometido en campaña por el Pacto Histórico, otros aseguran que tiene falencias y que no apunta a “resolver los problemas diagnósticados” durante el empalme.

“Más parece un alboroto de temas que el resultado de la claridad del sendero con el que debe iniciar el Gobierno. Parece un Gobierno que, desde el punto de vista presupuestal, quiere abarcar más de lo que puede apretar”, dice el analista político Jhon Mario González.

Agrega que en el informe “parece persistir el tufillo estatista o de ensanchamiento del Estado que presentó el Pacto Histórico en el programa de gobierno de marzo pasado”.

“Se puede ver en el propósito de ampliar la base presupuestal de las universidades públicas; implementar un modelo preventivo y predictivo de salud, como si no se pudiera hacer a través de las EPS, y diseñar un nuevo modelo minero que vaya en línea con las prohibiciones ambientales, que está bien, pero que, al provenir de sectores con grandes prejuicios hacia la economía minera, puede terminar siendo lesivo”.

Además, enfatiza que “el propósito de lograr una Comisión Anticorrupción de la ONU puede ayudar a destapar la asqueante cañería de la corrupción”, pero “también puede terminar o ser utilizada como arma política”.

En un sentido similar, la politóloga Nury Astrid Gómez asegura que en lo dicho por el comité de empalme “el activismo de campaña queda en evidencia frente a la necesidad técnica de esta etapa. Pareciera reinar improvisación de contexto, poco conocimiento de las políticas existentes y carencia de un plan previo”.

Por el contrario, el sociólogo y docente de la Universidad del Rosario considera que “resulta altamente positivo que un gobierno, antes de posesionarse, ya esté haciendo anuncios importantes sobre lo que espera cumplir durante los primeros cien días. Es un acto de responsabilidad con el electorado y con la ciudadanía”.

Y resalta “el reforzamiento de los esquemas de seguridad y de protección a líderes sociales, ya que es algo en lo que el país viene en mora y tiene unos altísimos indicadores de violencia y de asesinato a líderes sociales en el mundo, y el anuncio de declarar la Sierra Nevada de Santa Marta como patrimonio material e inmaterial de los colombianos”, por los efectos medio ambientales que tiene.

Igualmente considera que los avances en términos de deporte y de reglamentar el Dapre son positivos.

De igual forma, el consultor político Álvaro Benedetti sostiene que “las bases para la construcción del Plan de Desarrollo enfocadas en recomendaciones van a permitir que, en el ejercicio de formulación del mismo, haya una ruta clara sobre cuál es el norte de los temas estratégicos del país”.

Sin embargo, agrega que en las metas propuestas para los primeros cien días “quedaron unos temas por fuera, como la reforma política, y en relación con los temas agropecuarios, no queda muy claro qué significa esto de la ley estatutaria para la creación de la jurisdicción agraria. Si tiene que ver como tal con una reforma agraria, no es muy claro en el documento”.

Nury Astrid Gómez coincide en que en el informe hay ausencias en temas agropecuarios, corrupción, medio ambiente y cultura, los cuales se buscan poner en instancias internacionales y asegura que “no construye un norte para el Gobierno entrante”.

Otra de las críticas dirigidas a la implementación de estas propuestas por parte del Ejecutivo entrante es que “ni la construcción social del Plan de Desarrollo ni la selección de funcionarios garantizan un país hacia un mismo rumbo. En conclusión: no se evidencia una intención de imaginario de país, quedan las propuestas en acciones aisladas sin aglutinante ni relato, más activismo que técnica y poco entendimiento del diagnóstico elaborado en el empalme,” dice la analista política.

Pero para Álvaro Benedetti son iniciativas “realistas, como una antesala a discusiones más sólidas o más fuertes, sobre todo en el marco legislativo. En principio son más discusiones de tipo político y de concertación programática que, ciertamente, por ser los primeros cien días, van a ser las que alimenten el ejercicio de construcción del Plan de Desarrollo”.

“No le veo mayor sorpresa a lo propuesto: simplemente decir que son coherentes con la campaña y con la gran cantidad de nombramientos anunciados por el Presidente”, añade.