El ataque perpetrado por el Ejército de Liberación Nacional, ELN, en el Norte de Santander, donde murieron nueve militares y al menos 10 uniformados más resultaron heridos, se convirtió en el segundo gran impasse que tiene el grupo armado con el Gobierno de Gustavo Petro, en medio de los diálogos para alcanzar la Paz Total.

Una primera polémica surgió finalizando el 2022, cuando el Presidente anunció que con cinco grupos armados, incluyendo al ELN, se había concertado ceses bilaterales, hecho desmentido momentos después por la guerrilla, llevando al Ejecutivo a dar un reversazo al decreto.

Ambos momentos han llevado a la opinión pública a dudar sobre la veracidad de las intenciones de paz de esa organización y a cuestionar el manejo que le estaría dando el Gobierno al proceso de negociación.

Por ello, el director del Centro de Investigación y Estudios sobre Conflictos Armados, Violencia Armada y Desarrollo, Cerac, Jorge Restrepo, señala que todos esos tropiezos producen que los colombianos desconfíen de lo que eventualmente se pacte.

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“Este es un proceso de Paz que apenas está iniciando y ha perdido muchísima legitimidad política por las acciones del ELN, eso hay que hacérselo ver a ese grupo, el Mandatario debería buscar que muchas personas acompañen el proceso de paz, por ejemplo, los anteriores negociadores”, observa Restrepo.

Para él una de las reflexiones que dejan los impasses es la forma en la que, a pesar de los obstáculos, ha avanzado la negociación.
“Se alcanzó una agenda más concreta con esa guerrilla que la que se había alcanzado en el Gobierno Santos, no tan concreta, pero es más de lo que se había logrado. Existen mecanismos de garantías suficientes para proteger la negociación de la confrontación aquí en Colombia”, agrega.

Sin embargo, el director del Cerac advierte que “son múltiples las voces que se refieren a los diálogos con el ELN, eso es inconveniente, porque en esta materia, solamente de forma excepcional, personas diferentes al jefe negociador deberían referirse en la mesa, y si lo hacen, debe existir una coordinación perfecta”.

A su vez, el presidente del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz, Indepaz, Camilo González, asegura que hechos como el del ataque al Ejército evidencian que, por lo menos, debe ser acordado un cese de hostilidades.

“En la agenda se les olvidó colocar como primer punto el alivio humanitario y de hostilidades para las comunidades. Así como el procedimiento para el cese al fuego fue la orientación del Presidente antes de la ronda de México, pero que no se logró”.
Menciona que el equipo negociador del Gobierno “tiene que hacer unas conversaciones previas a la reunión de La Habana para que introduzcan ese punto”.


De su lado, el analista y docente Jorge Munévar observa que Gustavo Petro ha sido ambicioso frente a la negociación que ha venido adelantando con el ELN y que pretende iniciar con los otros grupos armados.

“Petro tenía una idea bastante optimista del proceso de Paz: que él podría concertar con los grupos armados con mayor facilidad que otros y se sintió tranquilo haciendo propuestas de entrega a las bandas criminales. Pero todo está siendo complicado, así como lo han sido todos los procesos de Paz en Colombia”, explica Munévar.

Indica que “una cosa es estar en la crítica, en el cuestionamiento al Gobierno y otra cosa es gobernar, porque eso es supremamente complicado cuando los objetivos que se juegan cada una de las partes son distintos. El problema parte de ahí, que no se ha logrado entender cuáles son los intereses propios del ELN”.

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Además, el analista también reconoce que esa guerrilla no ha estado dispuesta a todo lo que implica participar en una negociación.
“El ELN no está mostrando actitudes de sometimiento, de entrega, del inicio de procesos de diálogos de paz, eso no se ha visto hasta ahora”, señala Munévar.

Y continúa: “cuando Petro inicia un proceso de Paz y toma la decisión de ser pasivo y de esperar a que los grupos se desmovilicen ante la situación, pues las organizaciones simplemente crecen”.

¿Hay posibilidades de pactar el cese?

Para Jorge Restrepo, director del Cerac, que el ELN llegue a aceptar una presión del Gobierno para acordar un cese bilateral no sería una buena opción.

“Me parece inconveniente y prematuro alcanzar un cese bilateral de esa forma, porque en este momento podría conducir a que el Ejecutivo entregue demasiados beneficios para esa guerrilla, es mucho más conveniente que se alcance un acuerdo de desescalamiento de la violencia, es más factible”, explica Restrepo.

González coincide y asegura que se debe priorizar el cese de hostilidades en contra de la población mientras se define un acuerdo para la suspensión de actividades ofensivas entre las Fuerzas Militares y el grupo armado.

“Son dos temas distintos, pero relacionados, no hay que tratarlos juntos. Incluso el cese adquiere ambientes de hostilidad para la población, puede ser una decisión unilateral, no necesita que sea bilateral, podría ser una distención por parte del Gobierno y en reciprocidad”, indica el presidente de Indepaz.

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No obstante, el analista Munévar advierte que “el ELN se va a resistir, pero por otro lado el Ejecutivo no tiene otra alternativa, debe presionar, si no muestra fuerza difícilmente esa guerrilla vaya a lograr iniciar un proceso de Paz que le interese al país. Siempre han tenido ambiciones más altas que las que se les puede otorgar”.

Asimismo, respecto a lo que podría suceder con el futuro de las conversaciones entre esta Administración y ese grupo, Restrepo manifiesta que es importante dejar que el proceso se vaya dando, pero se debe priorizar los acuerdos que eviten que se siga afectando a las comunidades.

“Hay que tener paciencia en la mesa de negociación, pero si se puede ejercer presión desde la sociedad civil hacia el ELN y el Gobierno para que alcancen un acuerdo de desescalamiento de la violencia que es mucho más probable. Esto protegería la negociación, pero sobre todo a las comunidades y a la Fuerza Pública”, explicó Restrepo.

Por su parte, González reiteró en la importancia de que “se logre un acuerdo para tramitar este cese de hostilidades y al fuego. Así se podría ambientar mucho mejor el seguir con los puntos de la agenda pactada, porque si no vamos a vivir crisis tras crisis y, sobre todo, pérdida de credibilidad en el proceso”.

Finalmente, Munévar dice que “lo hace el Gobierno de colocar unas fechas más cortas en la agenda y mantener la postura del proceso de Paz con el ELN es algo fundamental, porque eso le da seguridad a la opinión pública de que se está haciendo algo serio. Se tiene que entender a partir de estrategias un poco más abiertas”.