Antes del amanecer del pasado 4 de febrero ya habían sido asesinados dos hombres en inmediaciones de la Galería Santa Elena. Aquella mañana dos jóvenes, de 24 y 29 años, terminaron tendidos en la calle 25 entre carreras 24 y 29. Esta escena ya había ocurrido en enero pasado, cuando otra persona fue víctima de un ataque sicarial.

Los tres homicidios que han ocurrido en lo que va del año en esta tradicional plaza de mercado tienen en alerta a las autoridades de la ciudad. Mientras avanzan las investigaciones para determinar las causas, son tres las hipótesis que tienen más fuerza: ajuste de cuentas por gota a gota, problemas entre bandas dedicadas al microtráfico de estupefacientes y la extorsión a comerciantes, una realidad de la que nadie quiere hablar por temor a ser víctima de represalias.

Desde la Secretaría de Seguridad le confirmaron a este diario que luego de los tres homicidios de este año se han ejecutado tomas masivas por parte de las autoridades y que estos operativos seguirán, todo con el objetivo de capturar a personas con antecedentes judiciales que frecuentan el sector.

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Según Héctor Herrera, experto en seguridad que trabajó más de 20 años en la Policía Nacional, en la galería se han realizado diferentes operativos pero han sido insuficientes para combatir la extorsión: “Allá hay bandas criminales como la de Los Cebolleros, Los Cilantreros y Los Paperos. El Gaula ha hecho operativos y realizado capturas, pero el problema radica en la justicia porque a quien extorsiona le están dando en este momento muchas garantías para seguir delinquiendo”.
“A pesar de las intervenciones de las autoridades, los comerciantes que están siendo extorsionados no se atreven a denunciar que están amenazados e intimidados. Por eso no hay reportes y prefieren pagar extorsiones que van desde $20.000 $50.000 y hasta $2.000.000”, dijo Herrera.

En 2016 las investigaciones de las autoridades evidenciaron que las extorsiones en Santa Elena generaban más de $400 millones semanales en ganancias a los delincuentes.

Para Pablo Uribe, experto en seguridad, la Galería Santa Elena es un sitio en donde el Gobierno y la sociedad civil no tienen ningún control y reinan el desorden y el crimen organizado.

“Desde hace muchos años la Alcaldía renunció a controlar ese importante espacio público. Tan solo hay que observar un día cualquiera el caos absoluto en el que se encuentra la galería. Ese vacío que deja el Gobierno es llenado por organizaciones criminales que cobran por el uso del espacio público, venden drogas, extorsionan a comerciantes e imponen sus condiciones a la fuerza por medio del lenguaje del delito. Los delincuentes tienen que recurrir a la violencia para proteger sus rentas ilegales. Así cobran sus deudas, mantienen control de sus negocios y alejan a competidores”, explicó Uribe.

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El más reciente golpe que se le dio a una estructura criminal que delinquía en la galería fue en el 2021, cuando fueron capturadas 13 personas que hacían parte de la organización Los Vigilantes.

Esta estructura le exigía a comerciantes y transportadores de Santa Elena desde $10.000 hasta $5 millones, en especial los lunes, miércoles y viernes a cambio de supuestas actividades de vigilancia, según la investigación de las autoridades.

Además, la estructura se financiaba con la venta de estupefacientes. Solo con el microtráfico, la red delincuencial llegaba a ganar mensualmente más de $80 millones.

“Es muy probable que los tres homicidios de este año estén relacionados con disputas territoriales por el control de las rentas ilícitas. Ya sea por enfrentamientos entre estructuras o diferencias entre expendedores. Las autoridades han desplegado planes operativos e intervenciones tanto con Gaula Militar como con Policía para contrarrestar la injerencia de estos grupos criminales”, dijo Luis Felipe Barrera, politólogo experto en seguridad ciudadana.

Para Barrera, la consolidación de estos resultados está asociada a la sostenibilidad de la presencia institucional, la recuperación del entorno urbanístico y la efectividad del sistema de justicia.

“Para acabar con la extorsión en este lugar habría que llegar con gente en cubierto, que estén infiltrados y puedan hacer un trabajo de recolección de información para identificar a los responsables”, propuso Héctor Herrera.

“El próximo Alcalde tiene que olvidarse del show y enfocarse en hacer acciones contundentes. Hay que estudiar, junto con la comunidad, el problema e identificar sus causas. Una vez se tenga esto, hay que implementar un programa contundente que solucione las dificultades tan grandes que hay en la plaza y mantenerlas en el tiempo”, finalizó Pablo Uribe.