Después de varias semanas de rumores que daban cuenta de la supuesta renuncia de Fabiola Perdomo como secretaria de Bienestar Social de Cali, la funcionaria confirmó su retiro del cargo, “algo que no era un secreto, en mi oficina ya sabían que estoy haciendo los últimos informes de gestión, por lo que el Alcalde ya estaba enterado”.
Perdomo le contó a El País sus razones para renunciar, su defensa respecto a la polémica por la contratación de 120.100 mercados durante la cuarentena, que algunos concejales afirmaron que presuntamente tenía sobrecostos, y sus impresiones respecto a la decisión de la Personería, en primera instancia, de sancionarla a finales del año pasado con una suspensión de siete meses en el cargo.
¿Qué la motivó a dar por terminadas sus funciones en la Alcaldía? ¿Cuándo lo decidió?
A mí me golpeó mucho la sanción de la Personería y si el objetivo de ella era aburrirme, lo lograron; en todos los cargos que he tenido en lo público nunca me han sancionado. En diciembre me reuní con mi familia y decidimos que lo mejor era irme para darle tranquilidad a mi hija y al gobierno municipal. No quiero ser un foco de contradicciones o choques en la opinión pública ni tampoco un obstáculo o una piedra en el zapato para nadie.
Justamente, ¿en qué avanza el proceso que la Personería abrió en su contra por “violación a los principios de contratación estatal, transparencia y selección objetiva” por el contrato de ayudas durante la pandemia?
La Personería me sancionó por usar la figura de urgencia manifiesta (contratación directa), que apliqué en el marco del derecho, pero que para ellos no era así. Es por eso que solicité a la Procuraduría General de la Nación que asumiera el poder preferente en la segunda instancia, lo cual fue asignado el 18 de enero tras encontrar méritos. Ya dependerá del ente de control a nivel regional determinar mi situación luego de que soporte las razones de por qué se debe revocar el fallo de primera instancia.
¿Y qué pasaría si el fallo de la Procuraduría le es desfavorable?
Podría solicitar ante el Procurador General la revocatoria de ese fallo y también adelantarse el camino del control jurisdiccional, o sea dentro de los cuatro meses siguientes se podría ejercer el medio de control de nulidad y restablecimiento del derecho ante un juez administrativo del circuito de Cali para determinar la legalidad de esa sanción, si es que llega a ser desfavorable.
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Secretaria, la polémica fuerte alrededor suyo son los señalamientos por supuestos sobrecostos en la compra de los mercados. ¿Cuáles son sus contra-argumentos?
Para alimentación durante la cuarentena había un rubro inicial de $60.000 millones, de los cuales solo invertimos $23.100 millones para gastos en 120.100 mercados, 93.400 bonos y 630 ollas comunitarias. La polémica fue por la logística en la distribución de los mercados luego de que en un debate de control político del Concejo me reclamaron que por qué el costo por transportar un mercado en Medellín costaba $6500 y en Barranquilla, $11.500, mientras que en Cali era de $27.500, según datos que ellos revisaron en el Secop (plataforma para verificar las contrataciones del Estado), pero eso es una irresponsabilidad, porque no verificaron qué, cómo y dónde se entregaban los mercados.
Hábleme de esas diferencias en los contratos de Medellín y Barranquilla con el de Cali...
Primero que nada, el contrato de Medellín era del Plan de Alimentación Escolar (PAE), ¿pero cómo me van comparar con un proceso totalmente distinto? Además, no eran mercados: eran complementos nutricionales de 2.5 kilos que llevaban a las escuelas para q ue los padres las recogieran, mas no puerta a puerta, como nosotros, que dábamos cada mercado por 14 kilos.
En cambio, el de Barranquilla, cuyo contrato era similar, pero no igual al nuestro, apenas entregaba unidades de 5.5 kilos, lo que apenas alcanzaba para dos días. Además, también hay que ver la topografía, porque mientras ellos debían atender en zona rural a dos corregimientos, nosotros a 15. A esto hay que añadirle los ítems que implicaba el manejo de los mercados.
¿Y cómo estaban distribuidos esos ítems?
Servicio de transporte, kit de bioseguridad, refrigerio, todo lo referente a la operación de carga de los mercados, los gastos hidráulicos y la vigilancia de las reservas: con un celador con tres turnos en la sede que teníamos en el barrio San Nicolás y otros dos vigilantes también con tres turnos en el Coliseo del Pueblo. O sea, los $27.500 no eran solo por transporte.
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¿Cuál fue entonces la logística para el transporte?
Se trató de una estrategia de 24 horas con este horario: entre las 12:00 a.m. y 6:00 a.m. hacer los recorridos por las comunas (para reducir los riesgos por saqueo), entre las 6:00 a.m. y 6:00 p.m. cumplir con las entregas en los corregimientos y grupos organizados (LGBTI, afro, indígenas, etc.), y entre 7:00 p.m. y 12:00 a.m. todo lo referente a la carga en los vehículos. De hecho, cuando usábamos los camiones del Municipio, no se le pagaba al operador de transporte, por lo que los $27.500 solo eran un tope para cada valor, y al no siempre invertir en todos los ítems, nos gastamos $3000 millones en solo la compra de los mercados.
Y toda esta situación terminó en conocimiento de la Contraloría...
Claro, todos los soportes se los mostré a la Contraloría de Cali, que tras una visita fiscal el año pasado cerró la citación por esos señalamientos el 14 de agosto. Lo mismo pasó con la Contraloría General luego de que dos anónimos denunciaran en Bogotá que “aquí había un negocio”, el ente de control esculcó de todo, pero no encontraron sobrecostos, por lo que el 16 de diciembre también archivaron la investigación.
Según fuentes, su salida del cargo también habría obedecido a diferencias suyas con Mauricio Ospina, hermano del Alcalde, que supuestamente quiso influir en la contratación de las ayudas durante la pandemia. ¿Es eso cierto?
Prefiero no referirme a ese tipo de comentarios, porque no quiero que me sigan haciendo daño. Por lo pronto, quiero dejar todo atrás y ver qué me depara la vida.
El gabinete del Alcalde está experimentando una remezón entre varios de sus funcionarios, ¿usted cómo reinterpreta estos cambios?
Son movimientos normales en todos los gobiernos: desde el Nacional, pasando por los regionales, hasta los municipales. Yo creo que en algunas situaciones hay desgastes propios de los gobiernos, sin contar el peso laboral que han tenido algunos durante la pandemia: por ejemplo, el año pasado sentí como si llevara tres años en la Alcaldía, con 18 o 20 horas de trabajo de los equipos en algunas oportunidades. Esos cambios siempre son necesarios.
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Entre los funcionarios salientes se encuentra Carlos Calderón como director del Dagma, quien dijo de Ospina que “maltrata a parte de su gabinete”. ¿A usted qué le parece su apreciación? ¿Alguna vez se sintió maltratada por el Alcalde?
Yo siempre hablo desde mi experiencia y mi experiencia con él le digo que ha sido muy positiva. Conmigo ha tenido una relación de respeto.
A mí nunca me ha maltratado, y lo pueden decir mis compañeros. Incluso, me ha entregado grandes responsabilidades, como cuando me escogió para la sanción del Plan de Desarrollo ante el Concejo de Cali en representación de las seis secretarías del sector social.
Oficialmente, ¿cuándo abandona el cargo de Bienestar Social?
Cuando el Alcalde me acepte la renuncia, por lo que a más tardar estaría saliendo el 25 de febrero. Ya estoy lista para recibir a mi reemplazo, que espero esta semana me notifiquen quién es. Yo no me voy de pelea con el Alcalde o sino ya me hubiera sacado hace rato.
En medios usted ha dicho que habrá “Fabiola para rato”. ¿A qué se refiere? ¿Seguirá trabajando desde el sector público?
No me puedo quedar quieta. Los que no me quieran, tendrán que seguir viéndome, porque el servicio social le da sentido a mi vida, ya sea si laboro desde lo privado como desde lo público.
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Reacciones
Concejal Juan Martín Bravo: “La salida ya estaba cantada, sobre todo cuando el Alcalde le quitó las facultades para contratar en julio del año pasado. Queda la duda si los $27.500 era el costo más idóneo para la contratación de los mercados. Ella puede decir que hubo una cacería de brujas, pero esta solo la debe de haber en relación con qué transparente fue el contrato, si hubo sobrecostos o no”.
Concejal Roberto Ortiz: “Es una gran oportunidad para Perdomo que diga qué es lo que está pasando al interior del gabinete del Alcalde, así como hizo Carlos Calderón tras salir como director del Dagma. Lo que pasa es que dentro de la Alcaldía hay un rompimiento, con funcionarios que se dan cuenta de las decisiones del Alcalde en redes sociales o publicaciones de medios”.
Otros remezones en la Alcaldía
La salida más reciente del gabinete del Alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, fue Carlos Calderón como director del Dagma, entidad a cargo del ecoparque ‘Corazón de Pance’, proyecto movilizador del plan de desarrollo.
Asimismo, se encuentra el retiro de Argemiro Cortés como secretario de Desarrollo Económico para convertirse en asesor de despacho.
Otro ‘remezón’ fue la renuncia el pasado 2 de octubre de María Eugenia Trujillo como secretaria de Infraestructura, cargo que hoy ocupa Néstor Martínez.