El pasado fin de semana se registraron 12 homicidios en la capital del Valle, cifra que contrasta con los días de relativa calma que vivía la ciudad en materia de asesinatos.
Hechos como el ocurrido el pasado viernes en el barrio Ciudad Meléndez, en el sur de Cali, donde un hombre habría sido asesinado en medio de un intento de hurto, siembra la duda en la población respecto a la estrategia de seguridad en la que trabajan desde la Administración Municipal.
Para el experto en seguridad ciudadana, Alberto Sánchez, la actividad rutinaria de las personas influye directamente en las estadísticas de homicidios, ya que “hay una serie de actividades diarias que reducen o incrementan el nivel de riesgo para las personas que son potenciales víctimas de asesinato. Un ejemplo son los sujetos que pertenecen al crimen organizado, durante los fines de semana van a consumir alcohol en zonas de rumba siendo personas en riesgo potencial de homicidio y que suelen bajar la guardia”.
Una visión similar de la problemática tiene el analista en seguridad, Pablo Uribe, quien aseguró que los fines de semana son violentos porque el consumo de licor y el ambiente de rumba confluyen con las dinámicas violentas que se presentan en Cali, como son la presencia organizaciones criminales o tráfico de armas y de estupefacientes.
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“En ese sentido, el licor aumenta el riesgo de conflictos que fácilmente pueden generar violencia homicida. Además, el alcohol y el ambiente de rumba hace que los criminales bajen la guardia y sean blanco fácil de ajustes de cuentas o que se encuentren en zonas de rumba”, afirmó Uribe.
Las cifras hablan por si solas, según el reciente informe del Observatorio de Seguridad de Cali, la lista de los días más violentos de la semana lo encabeza el domingo con 42 asesinatos, el 23 % de los casos reportados en el año; le sigue el lunes, con 27 registros, 15%; el viernes, 26 hechos, 14% y el sábado con 23 homicidios, 13%.
El exsecretario de seguridad de Cali, Carlos Soler afirmó que en los fines de semana hay un patrón, pues estos días muchos criminales suelen visitar a sus familiares y al llegar a donde están se hacen ubicables, por el manejo de las rutinas.
“Esto quiere decir que el fin de semana, cuando van donde la mamá, la hermana, hijo o cualquier allegado, y si lo hacen de manera repetitiva, sus enemigos terminan por ir y asesinarlo en ese lugar”, explicó Soler.
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Al ser preguntado sobre qué se debería de hacer para contener la violencia durante los fines de semana, el exjefe de la cartera de seguridad de Cali, enfatizó que se debe adelantar un trabajo coordinado con Policía, CTI y Transito, “se deben intervenir las herramientas de la cadena macro criminal es decir, armas, motos y hombres”.
Soler explicó que “esto se hace con controles muy fuertes desde las 6:00 p.m., con presencia de distintas instituciones, además de grúas para quitar motos sin papeles, con seguro obligatorio vencido, y a la gente que va sin casco. Esto reduce la máquina criminal con la que delincuentes llegan a cometer sicariato”.
Al cierre de 2022, la ciudad registró 988 asesinatos, cifra histórica, ya que un reporte por debajo de los 1000 homicidios no se veía en la ciudad desde hace tres décadas.
A pesar de que en lo corrido del año, Cali presenta una reducción en casos de homicidios de 7 %, a comparación con el mismo periodo de tiempo de 2022, con reportes, como el de este fin de semana, ya se pone en entredicho el alcance de la meta anunciada por el secretario de seguridad de Cali, Jimmy Dranguet, la cual es cerrar el 2023 con menos de 800 asesinatos.
“Al día de hoy, no creo que lleguen a esa meta. Los recientes meses demostraron que la Alcaldía está improvisando y no tienen un plan claro. Dependen de qué tan bueno sea el Comandante de Policía de turno y el que está ahora apenas ha tenido un mes bueno, de resto todos los ha perdido”, afirmó Uribe.
Por su parte, Alberto Sánchez destacó que si bien, el año pasado cerró con 988 asesinatos, para este año la meta debería de estar en menos de 1000 homicidios.
“Hay que entender que consolidar una reducción del asesinato sin negociar con estructuras criminales, ni entregarles la gobernabilidad de zonas de la ciudad, como ha ocurrido en otros casos, implica que la reducción sea gradual. Hace ocho o nueve años, Cali tenía entre 1500 y 1400 homicidios, ya nos movemos sobre un número cercano a los 1050, el año pasado sobre los 1000, lo que muestra una tendencia que puede hacer que trabajemos sobre los mil casos”, aseguró el analista en seguridad ciudadana, Alberto Sánchez.