El General en retiro Rosso José Serrano, director de la Policía Nacional entre los años 1994 y 2000, es reconocido por haber estado al frente de la captura del máximo capo del Cartel de Cali, Gilberto Rodríguez Orejuela, alias El Ajedrecista. Dicha detención ocurrió en junio de 1995, en el barrio Santa Mónica Residencial, al norte de Cali.
El General le contó a El País detalles sobre los instantes posteriores a la captura de Orejuela y explicó la estrategia que permitió a las autoridades dar con el capo. Además, relató pormenores de la conformación del Bloque de Búsqueda y dijo que el Cartel de Cali no fue pieza clave para la caída de Pablo Escobar.
Según Serrano, la caída de Gilberto Rodríguez fue crucial para que la Fuerza Pública tomara prestigio a nivel nacional e internacional, pues estaban siendo presionados por Estados Unidos por la cantidad de policías ‘comprados’ por este Cartel.
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¿Cómo recuerda a Gilberto Rodríguez Orejuela?
Gilberto Rodríguez era el jefe de la organización y una de las personas más respetadas. Se caracterizaba por ser una persona equilibrada, no trataba mal a la gente, y por eso le decían ‘El Ajedrecista’. Cuando fue capturado Rodríguez tuve la oportunidad de hablar con él en el momento en que era trasladado en avión a Bogotá. Allí me di cuenta de que era una persona diferente y por eso lo respetaban. Él era todo lo contrario a su hermano Miguel, quien era malgeniado y agresivo.
Gilberto supo manejar la organización, a pesar de que su primer trabajo fue en Mariquita, Tolima, llevando medicamentos de las droguerías a las casas. Trabajo que lo llevó posteriormente a conformar una red de más de 250 farmacias.
Lo que yo noté en el avión es que era una persona muy prudente, me dijo “ustedes ganaron”, a lo que yo le pregunté ¿por qué había decidido meterse en esta organización criminal?, y me respondió: “Yo realmente estoy muy triste, pero ya no me puedo echar para atrás”.
¿Cuáles fueron los puntos cruciales para la caída de Gilberto Rodríguez Orejuela?
Lo principal fue dar con la localización de uno de sus contadores. Yo ese día fui a un sepelio a Cali porque me habían asesinado a un suboficial en el norte del Valle. Cuando estaba en el almuerzo me llamó el coronel Barragán, cabeza del grupo del Bloque de Búsqueda, y efectivamente me dicen que ya había sido capturado alias El Ajedrecista.
Ante esa noticia me fui rápido para el barrio Santa Mónica, al norte de la ciudad, lugar donde fue capturado gracias al apoyo de dos mujeres policías que fueron cruciales en ese momento, ya que en medio del seguimiento detectaron el olor del perfume del contador, quien fue la pista clave para entrar a la vivienda donde encontraron a Rodríguez.
Cuando llegué a la casa vi que las cortinas se movieron y yo le pregunté a los uniformados que estaban en ese lugar si se había volado, a lo que Gilberto me respondió: “No, aquí me tienen”. Cuando lo vi, me sorprendí porque estaba muy mal de salud, así como Rocío, su compañera sentimental. No sé cómo no se infartó cuando los policías lo capturaron porque él sufría de la tensión.
Luego de esto, me lo traje para Bogotá en un avión dispuesto por la Policía. Yo venía muy nervioso porque a él se le subía mucho la tensión y tenía que estar medicado. Ya cuando llegué me calmé y lo presenté en una rueda de prensa a todos los medios de comunicación a nivel nacional. Fue una noticia espectacular para el país.
¿Cuántas personas hicieron parte de este operativo?
Fueron alrededor de 20 jóvenes entre hombres y mujeres, incluyendo al actual director de la Policía, el general Jorge Luis Vargas. Jóvenes que estaban alojados en hoteles y no iban a los comandos de la ciudad porque el Cartel de Cali no mataba policías, pero sí los corrompía, motivo por el que hicimos una alianza con la Fiscalía para organizar un grupo pequeño y capturar a Gilberto. Nosotros trabajamos muy de la mano con la DEA.
¿La captura de Orejuela fue crucial para la caída del Cartel de Cali?
Sí, esta captura fue fundamental porque quedaron sin el jefe máximo. Esta organización estaba acostumbrada a que no se hacía ningún movimiento sin la autorización de Gilberto, lo que llevó a que en seis meses cayeran las personas que le seguían en el mando.
Además de ser un golpe fuerte al Cartel de Cali, ¿qué más significó ese momento para las autoridades colombianas?
Para todo el país fue una noticia importante porque había mucha presión de Estados Unidos debido a que había muchos policías corrompidos por ese Cartel.
Con esta captura, el gobierno americano bajó un poco la tensión que se estaba viviendo y se dieron cuenta que las autoridades estaban realizando su labor para desarticular el Cartel de Cali.
Tanto el Cartel de Cali como el de Medellín atacaban a policías, pero ¿quién afectó más a los uniformados?
El Cartel de Cali no mataba policías, los corrompía para tener un mayor control en la ciudad. Por otro lado, el Cartel de Medellín era mucho más temible, pues Pablo Escobar pagaba entre 1000 y 2000 dólares por cada uniformado asesinado. Los delincuentes iban y cobraban como si estuvieran cambiando dólares cada vez que un miembro de la Institución era atacado.
Situación por la cual cuando murió Escobar todos los policías descansamos porque era un miedo que nos invadía a diario.
Hay rumores de que el Cartel de Cali fue pieza clave en la caída del Cartel de Medellín, ¿qué opina usted al respecto?
No, eso no es verdad. El Bloque de Búsqueda de Medellín fue muy independiente y tenía muchos controles. Fue un grupo que trabajó de forma aislada para dar con el paradero del capo del Cartel de Medellín.
¿En esos momentos el presidente Ernesto Samper lo presionaba mucho para dar resultados?
Sí, nos reunía cada ocho días a todos los organismos para saber cómo iban las operaciones y fue cuando le propuse crear un grupo pequeño para dar con la captura de alias El Ajedrecista, lo que posteriormente tuvo apoyo de Estados Unidos para desmantelar el Cartel de Cali.
¿Cómo hacía para enfrentar estos carteles, temía por su vida y la de su familia?
Sí temía por mi vida y la de mi familia. A mis hijos tuve que sacarlos del país y en mi caso tenía buena seguridad. Estados Unidos me dio dos carros y gracias a Dios nunca tuvimos un atentado porque constantemente cambiábamos de ruta. Considero que realmente la formación que nos dio la Policía Nacional nos hizo saber protegernos ante los carteles del narcotráfico.
¿Qué significó para usted la caída de Orejuela?
Para mí fue sorprendente y muy emocionante porque yo estaba recién llegado a la dirección de la Policía, desde ese momento empezamos la desarticulación del cartel y en seis meses cayeron todos los miembros.
Para toda la Institución fue algo muy estimulante, tomamos mucho prestigio a nivel nacional e internacional, la gente nos veía en la calle, nos felicitaba y nos aplaudía.
Inclusive, una vez que estábamos en un operativo de incautación y cuando salimos toda la gente nos aplaudía. El mensaje era claro, la gente se dio cuenta que muchos de los miembros de la Policía no estaban sobornados por el Cartel de Cali y que estábamos dando golpes importantes a las redes de narcotráfico. Todo esto se convirtió en un estímulo para nosotros.
¿Actualmente a qué se dedica?
En la actualidad colaboro con la formación de uniformados en muchos países de Centroamérica, catorce países de África del Norte y con las Islas del Caribe en un programa que tenemos con Estados Unidos, la cancillería y el Gobierno colombiano.
Luego de 27 años de la captura de Gilberto Orejuela, ¿cómo recuerda ese momento?
Siento una satisfacción, sin querer ofender a los familiares de Orejuela, porque aunque en esos años sufrimos muchas bajas de policías y gente inocente logramos desmantelar organizaciones delictivas importantes, gracias a las diferentes labores de inteligencia de la Fuerza Pública.
Piden clemencia
Ayer se conoció que la familia de Miguel Rodríguez Orejuela,hermano de Gilberto Rodríguez, preso también en Estados Unidos, estaría pidiendo clemencia para su excarcelación debido a su delicado estado de salud.
La información fue revelada por la periodista Darcy Quinn, quien aseguró que a sus achaques de salud se le suma la noticia de la muerte de su hermano Gilberto.
Además, se conoció que el Gobierno estadounidense repatriaría el cuerpo del capo Gilberto Rodríguez Orejuela de manera gratuita hacia Colombia.
El Departamento de Justicia de los Estados Unidos está al frente de la gestión. Una vez culminados los trámites sanitarios y legales para que el cuerpo llegue a Cali, se llevará a cabo una ceremonia privada entre sus familiares.
También se conoció que están intentando obtener un permiso que le permita a Miguel Rodríguez estar en la ceremonia religiosa de forma virtual.