Algunos centros religiosos de la ciudad, que han sido durante décadas lugares de exaltación cultural y arquitectónica, se han convertido en espacios que generan riesgo por la falta de mantenimiento.

Cali tiene alrededor de 140 parroquias, pero actualmente muchas de ellas parecen estar inmersas en una profunda problemática de deterioro, que a veces no se ve a simple vista.

Muestra de lo anterior fue el reciente desplome, al parecer por una humedad, de una parte de la fachada de la Capilla de La Inmaculada, ubicada al lado de la Iglesia de San Francisco, por donde diariamente transitan cientos de caleños.

El País hizo un recorrido por algunas de las principales parroquias históricas de la ciudad y encontró que en varios de estos recintos son necesarias labores de mantenimiento y restauración.

Por ejemplo, las monjas Clarisas, encargadas del cuidado de la Iglesia de San Antonio, denunciaron que tienen problemas de humedad en los techos del Monasterio Santa Clara, el cual está contiguo al templo, pero que, hasta el momento, les ha sido imposible solucionar esta problemática.

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“Los techos están acabados, las personas dirán que somos muy descuidadas, pero es que somos catorce monjitas y la mayoría estamos muy mayores y enfermas. Por ejemplo, nosotras estábamos rezando hace unos 20 días en el coro del monasterio y del techo nos cayó arena, entonces estamos muy asustadas, porque eso se nos puede caer en cualquier momento”, dijo Luz Mary Vélez, superiora del Santa Clara.

No obstante, la religiosa aclaró que el templo como tal solo tiene afectaciones en la pintura y que las mayores incomodidades se presentan al interior del recinto en donde ellas residen.

“También hay árboles cercanos que tienen muchas raíces y han perforado las cañerías, lo que ha hecho que haya muchas fugas de agua. La factura nos estaba llegando por seis millones de pesos. Esto lo digo porque vinieron de Emcali y nos dieron ese diagnóstico”, agregó Vélez.
Por lo anterior, la superiora precisó que se debe hacer un cambio de tuberías que cuesta alrededor de ocho millones de pesos, un trabajo que está pendiente por falta de recursos.

“Incluso las ramas de los árboles ya están muy largas y llegan al techo, por eso las hojas caen y tapan las canales. Le hemos pedido al Dagma, muchas veces, mediante cartas, que nos ayuden a solucionar la problemática de los árboles, pero ni nos responden”, aseveró Vélez.

Por otra parte, la Parroquia Santa Rosa de Lima es otro recinto religioso que sufre algunas afectaciones en su infraestructura, aunque hace poco tiempo se le invirtieron alrededor de $180 millones para el arreglo del techo de la casa cural y de una de las torres que comprende el templo.

“El gran peligro que tenemos ahora es en la torre que hizo falta por mantenimiento, ya que hay una filtración de agua allí. Eso se debe hacer,
pero no alcanzó el presupuesto, pues hasta que no se pague el préstamo que se hizo para los otros arreglos, no podremos adelantar este”, indicó Albert Madroñero, párroco de la iglesia Santa Rosa de Lima.

Agregó que también se requiere cambiar la cubierta del templo, pintar la fachada y cambiar las cúpulas centrales y de las torres, dado que tienen fisuras; labores para las cuales se necesitarían alrededor de $ 419 millones.

Algunas de las iglesias de la ciudad tienen más de un siglo. Por ejemplo, la de San Antonio fue fundada en 1747, es decir que tiene 275 años de haber sido construida.

“Por parte de ningún Gobierno ha existido ayuda, hemos hecho rifas y de todo, pero no ha alcanzado. Por ejemplo, nos toca cambiar la estructura del techo, puesto que ya está muy vieja, es de 1924, y esto se complica aún más; ya casi no tenemos feligreses. Normalmente, en un día entre semana asisten a la eucaristía diez personas y los fines de semana, un promedio de 30”, comentó Madroñero.

La Catedral es otro templo emblemático del centro de la ciudad que tiene algunas afectaciones en el techo, que aunque no son tan graves, pueden empeorar en dado caso de que no se atiendan con prontitud.

“Daños de consideración no tenemos, ya que logramos tapar unas goteras que había. Pero aún necesitamos cambiar la caña brava que sostiene las tejas del techo de la parroquia porque eso se está pudriendo. Para ese trabajo se nos irían más o menos $ 80 millones, pero se va haciendo poco a poco, porque no tenemos los recursos”, reveló Wiston Mosquera, párroco de La Catedral San Pedro.

De igual manera, durante el recorrido se visitó la Parroquia San Cayetano, misma en la que se pudo ver un gran deterioro y humedad en su fachada, problemas que, según declaraciones de una de las trabajadoras de este lugar, serían reiterativos, teniendo en cuenta que en la capital del Valle del Cauca se ha registrado una gran cantidad de lluvias.

¿Por qué hay tanto deterioro en las parroquias de Cali?

Víctor Martínez, expresidente de la Sociedad de Arquitectos del Valle del Cauca, aseguró que hay un “cuello de botella” en la preservación del patrimonio religioso de Cali, dado que “el Municipio se lava las manos” al decir que no puede invertir en propiedad privada, pero al mismo tiempo hay órdenes legales que les exigen preservar el patrimonio.

“La figura existe y se llama convenio interadministrativo. Por ejemplo, eso ya se ha hecho en Buga, con la Basílica del Señor de Los Milagros, porque saben que eso les trae divisas por el turismo; es algo que siempre se ha hecho en Cartagena con casi todo su patrimonio. Sin embargo, eso no ocurre en Cali, aunque ya tenemos un historial de inversión del Municipio en la Hacienda Cañasgordas, que también recibió recursos de la Gobernación del Valle del Cauca y del Ministerio de Cultura”, explicó.

Por su parte, el arzobispo coadjutor de Cali, monseñor Luis Fernando Rodríguez, señaló que no hay una cifra exacta de cuántas de las 140 parroquias que hay en la ciudad están en mal estado, además de que tampoco se ha estimado el monto del dinero que se ha invertido en los templos en los que se han hecho adecuaciones.

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“Lastimosamente esas cifras no se tienen centralizadas, porque cada párroco tiene su autonomía, pero hay que decir que ellos son muy responsables en el cuidado de sus parroquias. Sin embargo, hay algunas que son Bienes de Interés Cultural Nacional y la Arquidiócesis de Cali no puede intervenir en esos arreglos”, aclaró el Obispo coadjutor.
Monseñor Rodríguez recalcó que los templos que más tienen afectaciones superficiales son los ubicados en el centro de Cali.

La Arquidiócesis de Cali es propietaria de 182 parroquias, que están en cinco municipios del Valle del Cauca (Yumbo, Jamundí, La Cumbre, Dagua y Cali).

Sin embargo, “no somos quiénes para decir que estos templos tienen fallas estructurales que amenacen con caída, debido a que eso debe determinarse con una serie de estudios profundos”, puntualizó la autoridad religiosa de la capital del Valle.

Mincultura explica

Alberto Escobar, director de Patrimonio del Ministerio de Cultura, recordó que hay diferentes herramientas y fuentes de financiamiento del Gobierno para las labores de arreglo de los bienes culturales.

“Parte del impuesto por el uso del celular se destina a patrimonio, por lo que esto puede ser una fuente de financiamiento de un privado, como puede serlo una comunidad religiosa, para hacer una intervención en un espacio de interés cultural, trámite que se puede adelantar
ante la Gobernación”, explicó el funcionario.