Los alimentos continúan mostrando las variaciones de precios más altas dentro de los grupos de bienes y servicios de la canasta familiar y en consecuencia han llevado la inflación a niveles históricamente altos. En lo corrido del año (a agosto) va en 9,06% y en los últimos doce meses en 10,84%.

En Cali, la inflación o Índice de Precios al Consumidor (IPC) se ubica por encima del promedio nacional, en 9,69% en los primeros ocho meses del año, en tanto que en el último año, con corte en agosto, en 11,21%.

El panorama es complejo porque los precios de los alimentos, que representan el grupo que más impulsa la inflación, parece que no tienden a bajar en los siguientes días, lo que provocaría que la inflación siga en ascenso, tal como lo han advertido algunos economistas.

De acuerdo con el Dane, alimentos básicos de la canasta familiar, como la yuca, mostró una variación en sus precios de 131% en el último año. La cebolla y el plátano reportan un incremento superior al 66% y las hortalizas y las naranjas de 45%.

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Sergio Olarte, economista principal del Scotiabank Colpatria, expresó que la inflación continúa acelerándose y ya viene. Es la más alta desde abril de 1999.

“Esto sigue siendo muy preocupante, especialmente porque buena parte de la canasta básica de la población de ingresos bajos viene por cuenta del consumo de alimentos, eso lo que quiere decir es que todavía falta bastante para que la inflación toque techo y seguramente ya vamos a estar hablando de inflaciones de más de 11% a noviembre de este año”, explicó.

“También la depreciación del peso colombiano ha hecho que buena parte de los productos de la canasta familiar que tienen que ver con elementos importados como aseo, insumos para la producción de algunos alimentos, como los electrodomésticos, también estén subiendo de precio de manera bien importante, impulsando la inflación anual”, añadió.

Así las cosas, para fin de año “pensamos que la inflación podrá cerrar entre el 11 % y el 11,2 %, con una desaceleración lenta para el próximo año, en términos de que el índice de precios es muy alta, es decir, apenas comience el año todo se volverá a ajustar contra la inflación pasada que si es alrededor del 11 %, podrá hacer que la desaceleración de la inflación sea difícil el próximo año”, concluyó el economista.

Laura Peña, economista de Bbva Research para Colombia, sostuvo que la división de alimentos volvió a sorprender fuertemente al alza en agosto, con una inflación anual que se acelera en 92 puntos básicos (pbs) a 25,57%.

Los productos procesados toman protagonismo, incrementando en 154 pbs respecto al mes anterior.

La inflación acumulada de los alimentos se vio reflejada en la división de restaurantes y hoteles, que ante mayores precios de sus insumos alcanza una inflación anual del 15,73%.

Los costos para la producción de elementos de aseo, tanto personal como para el hogar, generaron presiones importantes en los grupos de bienes y servicios diversos y muebles y artículos para el hogar.

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El incremento en los precios de servicios públicos también destacó en agosto, con presiones por parte de electricidad, gas, y agua, que llevan a la división de alojamiento y servicios públicos a una inflación anual del 6,74%.

“En Bbva Research esperamos que la inflación se mantenga presionada al alza en lo que resta del año ante una extensión en las presiones de alimentos y una inflación básica que continuará acelerándose, lo que llevará a una revisión al alza en las estimaciones de inflación de cierre de año de los analistas”, dijo.

Eso quiere decir que los economistas que consultan el Banco de la República en su habitual encuesta, ajusten al alza sus previsiones de inflación para finales del año.

Inicialmente se había previsto un IPC del orden del 10%, pero con el resultado de agosto es probable que lo incrementen entre 1 y 1,5 puntos porcentuales para llevarlo a entre 11% y 12% al cierre del 2022.
De llegarse a esa nueva cifra, la discusión sobre el alza del salario mínimo no será tan sencilla, dado que la inflación es el punto de referencia más importante para definir el incremento para el siguiente año.
La economista Esperanza Ramírez dice que un alza del mínimo del 12% o más elevada podrá afectar la generación de empleo.