¿Qué tan factible es que Jorge Iván Ospina renuncie a la Alcaldía, como resultado de las denuncias que se han conocido sobre irregularidades contractuales en las Empresas Municipales de Cali?

La pregunta se la están haciendo políticos, periodistas y analistas, debido a que desde distintas orillas ideológicas se está exigiendo que el Mandatario caleño dé un paso al costado ante la creciente inconformidad de la ciudadanía con su gestión, pero sobre todo con los escándalos de corrupción que se han registrado en su gobierno.

Una prueba de ello es que el pasado 21 de septiembre, cuando el Alcalde habló de “indignación” en Twitter para ‘sacudirse’ de los señalamientos por los contratos de Emcali, de inmediato una analista política, un senador y una concejala local le contestaron airadamente exigiéndole que asumiera su responsabilidad como cabeza de la junta directiva de esa entidad.

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“Alcalde @jorgeIvanOspina, ¿y para cuando su renuncia después de todo el daño que usted le ha hecho a la ciudad?”, escribió el senador por el Pacto Histórico Alexánder López, mientras que su colega de Cambio Radical y también vallecaucano Carlos Fernando Motoa dijo: “En medio de la corrupción que vive Cali, le solicito a la Procuraduría y Contraloría que adelanten la suspensión de Jorge Iván Ospina”.

Sin embargo, dos semanas después de que ese nuevo escándalo rompiera la cotidianidad de la ciudad, la ‘espuma’ parece ir bajando, dándole la razón a quienes aseguran que el Mandatario está tan atornillado en su cargo que es imposible que renuncie.

Aun así, hay quienes siguen insistiendo en la posibilidad de lograr que haya cambios definitivos en la Administración Municipal.

“¿Es mi impresión o se está enfriando la presión mediática y ‘el matoneo’ a Jorge Iván Ospina y el Gobierno Distrital?”, escribió en Twitter el consultor político Álvaro Benedetti, agregando: “No perdamos de vista la penumbra en la que está sumida Cali. La consigna es recuperarla con valores y con resultados”.

En ese mismo sentido, el abogado Elmer Montaña dice que la salida del Mandatario caleño de su cargo antes de diciembre de 2023 “no es ni siquiera un asunto de cuáles van a ser los mecanismos legales para parar esta corrupción” sino que “obliga a la ciudadanía caleña a tomar una posición”.

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“La solución que muchos caleños están avisorando en este momento es la renuncia del alcalde; es decir, obligarlo a que renuncie, y eso va a depender de la decisión que tomemos los caleños de salir a las calles y exigir esa renuncia”, sostiene el jurista.

E insiste: “La gente está tomando conciencia de que Jorge Iván Ospina no es digno de seguir gobernando la ciudad ni de seguir siendo el alcalde de Cali, ya que defraudó la confianza de los caleños y, cuando se pierde la confianza que los gobernados deben tener en el gobernante, sencillamente este tiene que dar un paso al costado”.

Ya desde el punto de vista legal, Montaña dice que la manera más viable para que el Alcalde renuncie es que la Fiscalía tome una decisión en su contra, “que ojalá lo haga, pero creo que todo va a depender fundamentalmente de la conciencia que tomemos los caleños y de la movilización social”.

Otro jurista consultado por El País explicó que si a Ospina se le complica la situación penal “es factible que dé un paso al costado porque él sabe que es más fácil asumir un proceso penal si no se tiene la visibilidad ni la presión que genera ser el alcalde de Cali”.

Al respecto, Benedetti plantea que “no puede hacer las dos cosas al tiempo: gobernar y defenderse”.

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Sin embargo, Montaña insiste en que “el elemento decisivo aquí es la participación ciudadana, que ya está haciendo un control muy efectivo sobre la gestión del Alcalde y, en la medida en que esa población salga a las calles y se movilice, puede cambiar el panorama político en la ciudad y muy probablemente eso obligue finalmente a Jorge Iván Ospina a tener que renunciar”.

Pero Benedetti dice que no ve cercana una dimisión voluntaria del Mandatario caleño, “al menos tras estos primeros enviones que ha sufrido con la mediatización fuerte que tuvo el escándalo de Emcali y las miradas que desde Bogotá se han posado sobre la ciudad, ya que, al margen de los cuestionamientos, él ha logrado salir más o menos airoso como figura política”.

En su opinión, una de las razones por las que el Alcalde no pensaría en dejar su cargo es porque, a catorce meses de que finalice el periodo para el cual fue elegido, “todavía son muchas las cuentas que ‘tiene que pagar’ por todo el apoyo político que recibió en el marco de la campaña. Entonces, el arreglo burocrático todavía tiene un camino largo por recorrer y no creo que haya un interés de Ospina por irse y dejar ‘colgados de las brochas’ a todos los que en su momento lo apoyaron”.

Agrega que mientras el escándalo en Emcali ha servido “para que quienes están haciendo carrera para ser candidatos lo utilicen como caballito de batalla para buscar reconocimiento en una coyuntura más que propicia, los que estamos desprendidos de la campaña electoral estamos demandando que la justicia se pronuncie”.

Y puntualiza: “No es un tema de que renuncié por capricho sino que hay suficiente evidencia para demostrar que el hombre no ha procedido con ética y mucho menos con eficiencia y eficacia para alcanzar los resultados que necesita la ciudad”.

De su lado, la exrepresentante a la Cámara por el Valle Catalina Ortiz manifiesta que “yo no soy de pedir renuncias, pero creo que lo que Jorge Iván le ha hecho a la ciudad es un daño inconmensurable”, por lo que “urge mirar la dimensión política de lo que está pasando para poder cambiarla y así cambiar la ciudad”.

“Creo que hay que hacer pedagogía electoral para que la gente sepa que él llegó a la Alcaldía con el apoyo de partidos tradicionales que tienen que rendir cuentas de qué fue lo que pasó y también que le dejen saber a los ciudadanos cuáles son los puestos que tienen hoy”, añade.