“A la fecha se ha acumulado un importante número de diferencias de orden táctico y de enfoques sobre cómo abordar la compleja situación nacional, el papel del partido en las elecciones venideras y la lectura del momento político, y ante la inviabilidad de poder coincidir al respecto, les proponemos darle aplicación al derecho de la escisión voluntaria del partido para separarnos política, legal y administrativamente del Polo”.

Para muchos, la carta fechada el pasado 11 de septiembre y dirigida al Comité Ejecutivo del Polo Democrático Alternativo por parte de 17 miembros principales y suplentes de esa instancia del partido, encabezados por el senador Jorge Robledo, se veía venir.

Porque solo puso en términos legales una fractura que se hizo evidente por última vez durante las presidenciales del 2018, cuando el congresista se negó a apoyar al entonces candidato de la izquierda, Gustavo Petro, en la segunda vuelta en la que, a la postre, perdió con Iván Duque.

Y que volvió a ahondarse la última semana de agosto, cuando la Unión Patriótica elegió a Petro como precandidato para la cita electoral del 2022, pese a que en enero pasado Robledo ya había anunciado oficialmente que aspiraría a convertirse en el sucesor de Iván Duque, obviamente partiendo de la base de lograr consolidar una coalición de la izquierda.

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Lo cierto es que, en la carta, los ‘disidentes’ del Polo aseguran representar el 35 % de los actuales miembros principales del Comité Ejecutivo Nacional y que “descontados los 98.550 votos por la lista, contribuimos con 333.511 votos de los 637.817 votos por candidatos al Senado en 2018, elegimos el 37 % de los delegados al IV Congreso del Partido y contribuimos con el 50 % de la participación en la reciente votación para modificar los Estatutos, en el Congreso Extraordinario celebrado el 29 de agosto pasado”. También que ellos representan “un número significativo de los actuales congresistas, diputados, concejales y ediles del Polo”, lo que les permite reclamar “el derecho a la escisión con base en la representatividad de un sector que es significativo en la composición actual del partido”.

Entonces, ¿qué futuro le espera al Polo Democrático Alternativo, de darse la separación de los líderes del Movimiento Obrero Independiente Revolucionario, Moir?

En opinión del analista político Jhon Mario González, en principio podría pensarse que la escisión de Robledo pondría en riesgo la posibilidad de que el Polo se revalide como partido en las elecciones del 2022, pero es muy probable que vaya en coalición con otras fuerzas de izquierda radical, como la Unión Patriótica y Colombia Humana, lo que disminuiría esa posibilidad.

“Además, la izquierda, en sentido general, está en un buen momento, por lo que creería que va a aumentar de manera significativa su representación parlamentaria, de manera que el Polo Democrático y esa coalición se verían favorecidos con ese crecimiento”.

Sin embargo, González no ve viable que, en términos formales, el Moir logre “desprenderse” del Polo, porque no hay claridad acerca de cómo un partido político podría lograr dos personerías jurídicas: la del Polo Democrático Alternativo y la del Moir.

Ahora, de darse esa eventualidad, “el Moir también estaría en riesgo de que pudiera revalidar una representación parlamentaria, es decir superar el umbral del 3 % de los votos, que son más o menos 550.000, pero el asunto es que el Moir va a ir seguramente en una coalición con la Alianza Verde y otras fuerzas de centroizquierda e incluso del centro”, lo que también jugaría a su favor.

Otra cosa piensa el analista político Andrés Fandiño, quien le aseguró a Colprensa que la decisión de Robledo “fraccionará a la izquierda, una izquierda que ya viene flaqueando y que de tiempo atrás no está generando consensos, así pasó cuando Petro se fue con Santos (Juan Manuel) en el 2014”.

Agrega que el objetivo del senador es “buscar un centro, unos espacios que le sean más beneficios para la candidatura presidencial y no enfrentarse a Petro en una consulta”.

De su lado, un militante del Polo que pidió mantener su nombre en reserva le dijo a El País que, tras lo anunciado por Robledo, muchas fuerzas políticas y sociales que se fueron, según ellas, “por las tensiones internas del partido provocadas por la hegemonía que impuso el Moir, ahora están esperanzadas en lograr una amplia convergencia de sectores democráticos”.

“No es un propósito desconocer el papel jugado por Robledo en el partido, pero la propuesta de él y su sector, no logra consenso ni mayorías al interior del partido. Es una propuesta de hacer una ‘amplia unidad’ para elegir candidatura única a la Presidencia, pero sin Petro. Y esa propuesta no tiene razón de ser en el complejo momento del país, donde la ciudadanía reclama unidad”, añade la fuente.

Según él, actualmente el Moir solo cuenta con el apoyo adicional de dos exrepresentantes a la Cámara: Alba Luz Pinilla y Víctor Correa, “y aunque el movimiento de fuerzas en el Comité Ejecutivo Nacional del Polo es inestable, hoy no cuenta con las mayorías para hacer efectiva su posición política y por eso deciden marginarse. Para ellos es difícil estar en un espacio que no controlen”, pero reconoce que “deben primar los intereses de país por encima de los partidarios: Robledo y el Moir deberían reflexionar y no profundizar heridas”.

Por lo pronto, el Comité Nacional del Polo anunció que “se encuentra estudiando los argumentos” del senador manizalita y los demás firmantes de la carta, a fin de darles una respuesta, que de ser positiva a sus pretensiones, deberá ser avalada por el Consejo Nacional Electoral.

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