El capitán Alberto Hernández tiene dos quemaduras en su cuerpo. Una entre la espalda y el cuello, producto de gotas hirviendo que cayeron de un techo y se introdujeron por su chaquetón; otra en uno de sus tobillos, debido a un carbón encendido que se le introdujo por su bota mientras apagaba el incendio de una talabartería en el barrio Obrero.

— Fue hace muchos años. En ese entonces no usábamos los equipos de protección que tenemos hoy en día.

El capitán completa 43 años de servicio en el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Cali. Ingresó con su hermano Adolfo en 1979, cuando tenía 16, siguiendo los pasos de su papá. Hoy es el director de operaciones.

En sus inicios apagar incendios de carros era una emergencia recurrente. En los años 80, por ejemplo, las llamadas que recibía eran sobre todo de conductores de buses de servicio público atrapados en medio de protestas de estudiantes a los que les parecía una buena idea quemar el carro.

Sin embargo, al capitán le llama la atención un dato mucho más reciente: en los últimos dos años, cada dos días se incendia un carro en Cali. En 2021 fueron 217 vehículos incinerados; en 2022, 225. En enero de 2023 atendieron 18 casos, todos vehículos de pasajeros. Las protestas sociales siguen entre las causas, pero no es solo eso.

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—Tuvimos el caso reciente de un vehículo de alta gama. Lo parquearon, las personas se bajaron, cerraron el carro, se retiraron a su residencia y diez minutos después, el carro se incendia, solo. Todo quedó grabado en cámaras de seguridad. Tras las averiguaciones, una de las teorías es que el vehículo participó en los famosos piques ilegales. Al parecer los discos del sistema de frenos llegaron muy calientes. Las causas de los incendios vehiculares son muchas, pero la mayoría están relacionadas con falta de mantenimiento o malas prácticas de los conductores.

En el caso de los carros que funcionan tanto con gasolina como con gas, advierte el capitán Hernández, es común encontrarse con propietarios que no son rigurosos con el mantenimiento que requieren.

Los cilindros de los carros a gas deben cambiarse cada cinco años, por ejemplo. Eso se debe a que cada que se aprovisiona, el gas entra con gran presión al cilindro, en forma de espiral, lo que lo va debilitando.

— Atendimos el caso de un carro a gas cuyo cilindro había sido modificado para esconder sustancias alucinógenas. Días antes lo soldaron. El resultado fue un desastre en una estación de servicio – dice el capitán Hernández, un hombre alto como árbol. Mide 1,89.

La mayoría de los incendios vehiculares ocurren en todo caso por fallas en el sistema eléctrico (cables en mal estado) o en el sistema de inyección del combustible. También por fugas de aceite o gasolina, baterías que presenten corrosión o fuga de ácidos, bornes mal apretados que generan chispa. A veces por descuidos como dejar por ahí un cigarrillo encendido.

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El primer caso que atendió bomberos este año sucedió en la Carrera 53 – 13- 65, del barrio Primero de Mayo. El carro quedó completamente calcinado. En el barrio Bueno Madrid se repitió la historia. El motor de un taxi Kia Picanto se incendió debido a fallas en el cableado eléctrico.

— Y hemos atendido casos de incendios vehiculares que se convirtieron en estructurales. En 2022 tuvimos dos, uno en el sur de la ciudad y otro en el norte. En uno de ellos todo comenzó con un carro que estaba saliendo de un edificio. Apenas subía una rampa cuando ocurrió una detonación en el sistema de alimentación del combustible y comenzó a incendiarse. Parte del edificio también se incendió, lo que generó una gran emergencia y la evacuación del lugar.

El capitán Hernández jamás entra su carro al garaje de su casa. Mucho menos haría una reparación allí. La misma recomendación se la hace a sus familiares.

Y, con la llegada de los vehículos eléctricos, comienza a prepararse. Bomberos Cali firmó un convenio de capacitación con el Programa de Movilidad Eléctrica para América Latina de Naciones Unidas para el manejo de incidentes con estos carros. En el curso explicaron que los vehículos eléctricos no se deben remolcar en una grúa, como cualquier carro convencional, porque podrían incendiarse.

—Los carros eléctricos manejan un sistema llamado ‘frenado reversible’. Cuando se hace el uso del freno, se carga la batería. Se utiliza la energía del giro para convertirla en energía alterna. Por eso si se remolca un carro eléctrico, con el freno activado, se va a incendiar, porque está generando energía constantemente – dice el capitán Hernández quien, con las estadísticas de incendios vehiculares en mano, comenta que hay un asunto que le llama la atención:

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¿Por qué hay vehículos de servicio público que van a la zona rural, con sobrecupo, y además son carros modificados en sus estructuras, es decir que les extienden el chasis, les ponen ejes que no son para esos carros? ¿Cómo pasan las revisiones técnico mecánicas y el control de las autoridades?, se pregunta.

Jorge Gómez Cadavid es el gerente de un centro de diagnóstico automotor en Cali. También, con estadísticas en mano, dice que en el caso de las motos el porcentaje de evasión de la revisión técnico mecánica es del 70%; el de los carros es del 50%.

Enseguida agrega un dato aún más sorprendente: hace 5 años, entre 20 centros de diagnóstico automotor que existían en la ciudad, hacían 400 mil revisiones. Hoy son 63 los centros de diagnóstico, y hacen apenas 410 mil revisiones técnico mecánicas.

— El de los CDA es un sector que ha crecido en su oferta indiscriminadamente, y la demanda no, porque no hay controles suficientes en las calles. Las motos, por ejemplo, instalan guayas para levantar la placa cuando pasan por una cámara de foto detección.

Andrés Felipe Agudelo Ospina es el presidente de la Asociación Latinoamericana de Seguridad Vial, entidad integrada por docentes e investigadores que buscan hacerle frente a la pandemia de fallecidos y lesionados en las vías del continente.

Andrés Felipe advierte que, pese a los esfuerzos gubernamentales, como vigilar los centros donde se hacen las revisiones técnico mecánicas con cámaras, siguen ocurriendo casos de corrupción de operarios que reciben plata para “pasar” los carros en mal estado.

— También se ha identificado que algunos talleres que colindan con los centros de diagnóstico alquilan las partes que están fallando de los vehículos, para pasar las revisiones – añade Andrés Felipe.

En su concepto, lo que en parte explica los reiterados incendios de los vehículos en ciudades como Cali, son las falencias que tiene Colombia en seguridad vial.

— Primero, hay una falta del control policial, no solo frente al tema de la revisión técnico mecánica, pedir el documento, sino del estado mecánico del vehículo en circulación. En Noruega, la Policía tiene el conocimiento para hacer diagnósticos mecánicos de los carros. Hoy en día en Colombia la autoridad de control se limita a revisar si tiene vigente o no la revisión, pero no va más allá.

El país, agrega Andrés Felipe, no exige la chatarrización de vehículos particulares que están obsoletos, lo que también pone en riesgo la seguridad vial, y tampoco existe una regulación frente a los talleres de mecánica. Cualquier persona con conocimientos mínimos abre un taller en su cuadra.

— Y aparte de eso vemos falencias en los cursos de las academias de conducción que imparten mecánica básica. A un conductor le enseñan de manera teórica una mecánica básica, pero no de manera práctica, y eso dificulta que logre evidenciar fallas en su vehículo que se puedan presentar antes de desencadenar un incendio.

El capitán del Cuerpo de Bomberos de Cali, Alberto Hernández, se ha encontrado con conductores que no tienen idea de manejar un extintor. Sin embargo, advierte que es duro lo que va a decir, pero cuando se incendia el motor de un carro lo mejor es hacer lo que obligan en Estados
Unidos: dejar el carro en el sitio y que los bomberos apaguen las llamas.

— Lo más aconsejable es no intentar apagar el incendio de un carro. Porque se corre un riesgo alto. Para eso estamos nosotros. Si el incendio es en el compartimento del motor, no hay mucho por hacer por parte del conductor. Es peligroso abrir el capó sin elementos de protección.

Hasta ahora, según las estadísticas de Bomberos, los reiterados incendios de los carros en Cali no han dejado ni heridos ni muertos.