Luego de diez años desde que en el estadio olímpico Pascual Guerrero se realizara la última remodelación, de cara a la realización del Mundial de Fútbol Sub 20, el máximo escenario deportivo de Cali se somete a una nueva intervención para afrontar la Copa América.

No obstante, desde algunos sectores cuestionaron el proyecto ya que consideran que en medio de la crisis por la pandemia por el Covid-19, las remedolaciones de esos palcos VIP del estadio no son necesarias para satisfacer las necesidades básicas de los caleños.

Las obras

Esta vez las obras del Pascual Guerrero buscan terminar los palcos de la gradería Oriental y las torres ‘sky box’ Nororiental y Suroriental, que debieron construirse durante la primera intervención, pero quedaron inconclusos.

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Los trabajos de adecuación de estos espacios ya iniciaron y, según explicó el secretario de Deporte y Recreación Municipal, Carlos Diago, el avance es del 35 %.

“Se han realizado los replanteamientos de obra, cerramientos, adecuaciones para seguir las pantallas. Todas las losas de los niveles 14.60, 17.60 y 20.60 ya están fundidas y empezamos a estructurar muros. Terminamos la red contra incendios e iniciamos la instalación de las ‘blindobarras’ para el sistema de energía del centro de negocios”, aseguró el funcionario.

En sí, dentro del paquete de obras que se realizarán en el Estadio también se cuenta la instalación de dos ascensores con capacidad para 10 personas, al igual que la instalación de baños.

Diago añadió que la instalación de la red hidráulica y sanitaria de esta zona del estadio Pascual Guerrero ya muestra un avance del 40 %, mientras que se trabaja de forma paralela en la fundición de los muros de los ‘sky box’.

En estos trabajos se están generando 250 empleos directos.

Para estas obras la Administración Municipal tramitó ante el Concejo el año pasado la habilitación de vigencias futuras por $12.936 millones. En total, los trabajos de adecuación de los palcos y ‘sky box’ del Pascual Guerrero tienen un costo de $12.059 millones y están a cargo del Consorcio EPG 2020 (conformado por Fernando Castro Spadaffora -31%-, CS Ingeniería S.A.S. -19%-, LCQ Ingeniería S.A.S. -25%- y José Leonardo Cortéz -25%-).

Los trabajos, de acuerdo a los términos contractuales, deberán estar terminados el 30 de mayo, en aras de que estén listos para los partidos de la Copa América, que inicia el 13 de junio.

Diago recordó que en los que en principio se proyectaron como palcos, quedarán funcionando 46 espacios de oficinas polivalentes asociadas a emprendimientos de naturaleza deportiva, es decir que durante la semana podrán albergar actividades económicas y durante los eventos deportivos quedarán habilitados como espacios para espectadores.

“Se está creando el clúster del deporte para que el centro de negocios reactive la economía del sector desde el segundo semestre de este año”, aseguró Diago.

¿Se necesitan las obras?

Frente a las obras que se realizan en el Pascual Guerrero, el abogado Elmer Montaña, miembro del colectivo Control Ciudadano Colombia, señaló que en medio de esta pandemia resulta inmoral gastarse $12.000 millones en la construcción de unos palcos VIP.

“El argumento de la Administración Municipal es que esas obras van a mejorar la calidad de vida de los caleños y creo que son innecesarias esas obras y llevarlas a cabo demuestra que el Alcalde tiene otras prioridades las cuales no tienen que ver con atender las necesidades básicas de miles de caleños afectados por la pandemia”, dijo.

Reiteró que estas obras son inoportunas y se preguntó ¿en qué beneficiarán esas obras suntuosas, esos palcos VIP, que disfrutarán personas adineradas, la vida de un caleño que vive en condicione de pobreza?

Por su parte, para la veedora Luz Betty Jiménez, “la terminación de las obras inconclusas y con sobrecostos del Estadio Pascual Guerrero, además de su costo multimillonario constituyen un claro ejemplo del despilfarro de los recursos públicos, con los que el alcalde Ospina aspira satisfacer los intereses del sector que dirige el deporte, lo cual es considerado como prioridad, no obstante la crisis económica y sanitaria por la que atraviesan la ciudad y sus habitantes para los cuales no hay alternativas ni soluciones viables en materia de trabajo, salud, educación, etc”.

De otra parte, el también veedor Pablo Borrero señaló que “las construcciones y adecuaciones locativas que se realizan en la  parte oriental del estadio, generarán la expectativa de convertir dicho centro deportivo en un medio para la existencia de un clúster de negocios que tan solo beneficiarán al conglomerado al cual le entreguen el manejo de este bien público al servicio del interés particular”.