Regresar al esquema del pago de las horas nocturnas a partir de las 6 de la tarde e incrementar al ciento por ciento los costos de dominicales y festivos sería darle un golpe a la generación de empleo y a la competitividad del país.

Adicionalmente, aumentarían los costos laborales para las empresas y hasta la llegada de nuevos empresarios al país.

Así analizan líderes gremiales, empresarios y académicos el proyecto de ley que radicó en el Congreso el Partido Liberal, el pasado 9 de agosto, y que busca restablecer y garantizar los pagos de recargos nocturnos, dominicales y festivos a los trabajadores.

Juan Diego Echavarría, senador de ese partido, explicó que la iniciativa pretende modificar la ley 789 de 2002, que establece que los recargos nocturnos a los trabajadores no se les seguirían pagando a partir de las 6 de la tarde sino desde las 10 de la noche. Después, se disminuyó y hoy está a las 9 de la noche. Ahora, en el Gobierno Petro la idea es retomar ese pago nocturno a partir de las 6 de la tarde.

A eso se suma un ajuste en el pago de dominicales y festivos. El objetivo es volver al pago del ciento por ciento de los dominicales y festivos.

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Le llueven las críticas

El primer sector en hacer sonar las alarmas es el comercio, dado que es uno de los grandes generadores de empleo formal en el país.

Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, dijo que en el país se está volviendo costumbre hacer reformas al régimen laboral a retazos.

“Como si fuera poco, a la recientemente aprobada disminución de la jornada laboral de 48 a 42 horas, ahora la nueva ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, y el Partido Liberal presentan esa iniciativa que reduciría la jornada diaria en tres horas. Ese proyecto redundará en más costos laborales para las empresas y en consecuencia afectará la generación de empleo”, afirmó.

Los sectores que resultarían más perjudicados son los que operan en horas nocturnas, como el comercio, hoteles, bares, restaurantes, vigilancia y seguridad privada y empresas de entretenimiento, entre otras.

“De prosperar esta iniciativa se afectaría fuertemente la competitividad y productividad, tanto de las empresas como del país. El incremento de los costos laborales, en promedio, sería superior en un 30% a los actualmente vigentes”, añadió.

De igual manera, se debe tener en cuenta que la informalidad laboral en Colombia es alta, pues según las cifras revisadas del Dane, hoy la tasa de informalidad es del 58%, que es una cifra verdaderamente lamentable y que podría aumentar, en caso de que las reglas de juego encarezcan la contratación en el sector formal de la economía.

El Presidente de Fenalco hizo un llamado a la Ministra y a los congresistas que radicaron la propuesta, a reconsiderar este proyecto, que es inconveniente para el desarrollo productivo del país.

Para el empresario Marcelo Duque, director de la firma Como me Pensiono, el proyecto es inconveniente porque haría más costosa la contratación y menos flexible para aquellas empresas que necesitan que sus colaboradores trabajen después de las 6 de la tarde, fines de semana o festivos. “Incluso puede tener un efecto indeseado y generar mayor desempleo porque las empresas no estén dispuestas a aumentar sus gastos de nómina.

Agregó que el efecto negativo también podría verse en el tema pensional, toda vez que las empresas contratan menos personas, evitando aumentar sus gastos de nómina, menos trabajadores estarán en la formalidad, por tanto si ese trabajador está afiliado a Colpensiones no seguirá sumando semanas o agregando capital a su cuenta en el fondo privado.

“Sin duda, es inconveniente aumentar la carga laboral para un empresario, eso se traduce en menos formalidad”, precisó.

A su turno, el economista y consultor empresarial Carlos Andrés Pérez, opinó que el Gobierno Nacional debe ajustar la legislación a la realidad del mercado laboral como lo han hecho países que hoy tienen tasas de desempleo más bajas que Colombia.

“Desconocer que las oportunidades de trabajo remoto, en horarios nocturnos y vespertinos son una opción preferida por millones de personas representa una enorme dificultad para que las empresas logren ajustar sus modelos de negocio y operación a las dinámicas de los mercados en que compiten, limitando así la posibilidad de crear más empleos formales y de mayor remuneración en el país”, explicó.

Reiteró que sectores como el comercio minorista, la industria, la salud y la economía digital se verían muy afectados en términos de su capacidad de generación de empleo. “Por el contrario, ajustar el salario mínimo a la realidad económica de las diversas regiones del país e impulsar la formación pertinente para el trabajo sí lograría impulsar la generación de empleo formal en el país”, dijo.

¿Qué sigue ahora?

Como ocurre con todos los proyectos de ley, este debe seguir un camino en el Congreso para convertirse en ley de la República.

Es de anotar que primero deberá pasar por cuatro debates, uno en comisión y otro en plenaria de la corporación donde se radique, en este caso el Senado y una vez surta ese proceso pasará a sanción del Presidente. Por ahora el debate apenas va a comenzar.