Al escuchar a Tatiana Calderón es difícil pensar lo veloz que es en las pistas de automovilismo, pues su voz es pausada, dulce y llena de una tímida feminidad. Sin embargo, puede alcanzar hasta más de 300 kilómetros por hora en una vuelta y nada en el mundo le gusta más que esa sensación. La velocidad es su lenguaje natural, aquel que la ha llevado a convertirse en la única mujer latinoamericana en probarse en un coche de la Fórmula 1.
"Subirme a un Fórmula Uno ha sido como jugar 'play station' de lo rápido que iba; ha sido un sueño hecho realidad", dijo la joven de 25 años este martes, minutos después de dar 23 vueltas en un monoplaza de la escudería Sauber en el Autódromo Hermanos Rodríguez de la capital mexicana.
Calderón, oriunda de Bogotá, fue de menos a más en la prueba y aunque se desplazó a velocidades superiores a 350 kilómetros por hora, no cometió errores, según la conclusión de los jerarcas del equipo.
Su pasión por los carros y la velocidad salió a flote tempranamente. Todo comenzó en un típico plan familiar de fin de semana, cuando su padre —amante consumado de los carros—, las llevó a ella y a su hermana a una pista de karts por primera vez. Tatiana tenía solo 9 años, pero desde ese momento entendió su sentimiento como algo mucho mayor al simple entusiasmo. Entonces siguieron yendo todos los fines de semana.
Mientras su hermana Paula, ocho años mayor, lo hacía por puro hobbie, la inspiración de Tatiana era otra. Las dos le insistieron tanto a su padre para que les comprara su propio kart, que él por fin accedió. A los 11 años, ya era un hecho para ella que quería dedicarse a correr tiempo completo.
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“El deporte nos unió como familia porque mi hermana, mi papá y yo compartíamos la pasión por los carros. A mi mamá le daba duro por tratarse de un deporte de alto riesgo; por eso, al principio, no veía las carreras, se comía las uñas, en fin… Con el tiempo se dio cuenta de que mi pasión por el automovilismo era muy grande y decidió apoyarme”, recuerda la bogotana.
Una pasión tan grande que la ha llevado ha correr en más 20 países y ganado varios premios importantes.
Para 2009 ya se había coronado campeona nacional de karts por tercera vez. Al año siguiente repetía esta hazaña pero en Estados Unidos, convirtiéndose en la primera mujer en ganar un título de karts en la categoría JICA Junior en la división Este del Stars of Karting.
En 2012 se enfrentó al reto más grande hasta el momento, comenzar su carrera en el automovilismo europeo. Al año siguiente ponía su nombre en la historia de otro campeonato al ser la primera mujer en subir al podio de la prestigiosa Fórmula 3 Británica Internacional, ocupando el tercer lugar en la fecha final en Alemania. Actualmente compite en la categoría GP3 y en 2019 intentará dar el salto a la GP2, la antesala de la gran carpa del automovilismo mundial.
El automovilismo sí es para mujeres
Detrás de los campeonatos y los logros hay muchos detalles, sacrificios y pruebas por sortear. Si bien está sola al volante en los momentos definitivos, toda su familia se ha montado en la ruta a la Fórmula 1, y eso se ve en los resultados de su carrera y en su crecimiento personal.
"Las mujeres lo podemos hacer bien en este deporte; mi sueño es correr con ellos, pero debo ir paso a paso. Fue una experiencia increíble y estoy muy emocionada", señaló Tatiana ante un puñado de representantes de los medios, los especialistas de Sauber y su familia en el mismo circuito donde hace algunos días el británico Lewis Hamilton ganó su quinto título mundial de Fórmula Uno en el Gran Premio de México.
Desde que en 1958 la italiana María Teresa de Filippis debutó en la Fórmula Uno y fue víctima de discriminación, solo cinco mujeres han subido en un auto del principal circuito de carreras.
Calderón ha sido la primera latinoamericana, pero su meta es hacerlo como parte de una escudería.
"Siempre he querido competir contra los hombres; no veo necesidad de hacer un campeonato por separado porque nosotras podemos correr con ellos", agregó.
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Sus padres llevan años ayudándola en todo lo que pueden, van a sus carreras, la animan y protegen. Su madre, por ejemplo, no permite que entre a la pista sin ponerse en las muñecas y los tobillos unos tejidos de lana roja para que la buena energía la acompañe siempre. Tatiana lo hace y se echa la bendición, pero en el fondo sabe que al trabajar con disciplina es ella misma quien ha construido su éxito y buena fortuna. Aunque no ha sido fácil.
“El tema físico también es complicado porque todo en este deporte es diseñado para hombres, los preparadores físicos no saben muy bien cómo preparar mujeres. También hay factores como los pedales del carro: están hechos para pies que calzan 42 y yo soy 37, entonces tuve que adaptarlos para poder frenar bien sin hacer tanta fuerza. Son pequeñas cuestiones que hacen una gran diferencia y nadie se lo imagina… es todo un desafío y a mí me encanta”.
La experiencia de Calderón en México ha marcado un antes y un después en su carrera como piloto porque ha recibido la oportunidad de manejar un auto de primera, lo hizo con maestría y, según los ingenieros de Sauber, si se entrena de manera regular con una máquina como la que usó, seguro mejorará mucho.
Datos
El evento en Ciudad de México le permitió a la colombiana recorrer cerca de 100 kilómetros, pero en varias sesiones, cumpliendo pruebas y asimilando cada detalle que le orientaron los técnicos y mecánicos del Alfa Romeo Sauber F1 Team.
La colombiana estuvo acompañada por sus familiares y por Jimmy Morales, director de la Escudería Telmex; Beat Zehnder y Xevi Pujolar del Alfa Romeo Sauber F1 Team, y Claudia Arias, subdirectora de América Móvil, los principales patrocinadores del sueño de la colombiana.