El pasado martes se conoció la sorpresiva salida de 23 oficiales de la Policía, quienes solicitaron su retiro voluntario en un momento en el que se pone sobre la mesa el debate sobre profundas reformas a la Institución. En la resolución firmada por el ministro de Defensa, Iván Velásquez, se confirma que salen en total diez coroneles, un mayor, tres capitanes, siete tenientes y dos subtenientes. Entre los uniformados que se retiran están tenientes coroneles con más de 20 años de trayectoria, así como tenientes y subtenientes que apenas comenzaban su carrera en la Policía. La causa de esta decisión tendría que ver con varias inconformidades sobre instrucciones que se están dando al interior de la Policía desde la llegada del Gobierno de Gustavo Petro. Sin embargo, la gota que habría rebosado la copa fue la que se comunicó el pasado fin de semana por cuenta del director de la Policía, el general Henry Sanabria, sobre un instructivo en el cual se establecen nuevos lineamientos para controlar el orden público por parte del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad), específicamente las manifestaciones. Ante esto, la Dirección General de la Policía salió en defensa de la Institución, y explicó: “Teniendo en cuenta las fechas de radicación de las últimas 23 solicitudes, no es cierto que el retiro de estos oficiales se haya producido por una desmotivación ocasionada por decisiones institucionales recientes”, explican en un documento. Según la Policía, los retiros son por voluntad propia y fueron requeridos desde hace unos meses: 11, en junio; 7, en julio y 5 en agosto. Lea Además: Consternación por la muerte de un canino en Dagua, Valle: un ciclista le lanzó una piedra

¿Cuáles son los nuevos lineamientos entregados al Esmad?

La Policía Nacional dio a conocer el instructivo que deberán seguir los miembros del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) para restablecer el orden público cuando ocurran manifestaciones, huelgas, perturbación del transporte público, asonadas, motines e incluso enfrentamientos entre barras bravas. El documento que contiene las nuevas directrices del Esmad lleva el nombre de Unidad Nacional de Diálogo y Mantenimiento del Orden. “El acompañamiento a la manifestación pública debe ser, en lo posible, discreto para que la presencia de los miembros de la Policía Nacional no sea aprovechada por los manifestantes para incitar al odio”, es una de las órdenes del instructivo. Además, les ordena a los uniformados tolerar y no responder ante agresiones verbales de cualquier calibre: “Prima el derecho a la manifestación pública por encima del derecho al buen nombre, que se afecta con las expresiones ofensivas, chocantes, impactantes, indecentes, escandalosas o excéntricas. Por ello no debe haber reacción ante tales injurias o calumnias”. El general Henry Sanabria, director de la Policía, explicó que en las manifestaciones “la Unidad de Diálogo tendría la labor de conversar con los manifestantes, portarán solamente elementos básicos de protección en la cabeza y no contarían con algún tipo de arma”. Sin embargo, si no funcionan los diálogos con los manifestantes y se inician a cometer delitos, la Policía actúa bajo los mismos protocolos ya establecidos. “Cuando ya se tipifica un delito, es decir, afectación a la seguridad pública como pueden ser incendios, lanzamientos de objetos peligrosos, porte de armas blancas o de fuego, inmediatamente la Policía tiene que actuar. Y si se atenta contra la vida e integridad de los uniformados, de los civiles o se afecta la propiedad privada, la Policía ingresará de manera inmediata y allí no habría lugar para el diálogo”, explicó el comandante de la Policía Nacional. El general Sanabria también detalló cuál será el armamento que dejarán de utilizar para dispersar disturbios y restablecer el orden. “Hemos proscrito la utilización de escopetas calibre 12 que generan una lesión más allá de lo que se quiere. También se debatió sobre la utilización de lanzadores de pintura, pues generan lesiones en la persona”. Sobre el Venom, un lanzador múltiple de proyectiles electrónicos que, según un derecho de petición que respondió el Ministerio de Defensa a la Comisión Sexta del Senado, tiene un costo cercano a los $400 millones, el General dijo que se seguirá utilizando, pero “de la manera correcta”. “Lo que se ha proscrito es la utilización de este lanzador cuando se coloca en partes bajas, pues es en ese momento cuando se corre un riesgo mayor ya que está creado para ser ubicado en la parte superior de los vehículos del Esmad”, argumentó el General. El documento también explica que si en las concentraciones hay jóvenes entre los 15 y 24 años, la primera intervención será de la fuerza disponible. Finalmente, en el texto se define cómo se debe proceder cuando hayan bloqueos de vías principales o perturbación al servicio de transporte público. En estos casos se reitera que habrá un diálogo entre los manifestantes y las autoridades locales, como lo son las alcaldías, gobernaciones y la procuraduría. Sin embargo, si no funcionan estas conversaciones se advierte que se debe restablecer la movilidad a la fuerza cuando se atente contra la vida, la salud pública, la seguridad alimentaria, el medio ambiente o el trabajo.

Lo que opinan los expertos

Andrés Nieto, experto en seguridad, asegura que la nueva estructuración del Esmad es un avance necesario pero deja también muchas dudas porque tal vez podría estar yendo demasiado lejos. Antes de este instructivo, existía un estatuto nacional de protesta social que se expidió en enero de 2021, que la Corte pidió por los hechos de 2019 y 2020, donde se asegura que al enfrentar manifestaciones, la Policía debe agotar todos los hechos de diálogo y actuar solo cuando se presenten actos de vandalismo. Sin embargo, con las nuevas directrices los uniformados no podrían responder en caso de una agresión. Para Nieto, esto se suma a que “estamos en un país donde se perdió el respeto a la Policía, se perdió la autoridad y no hay una posibilidad real de control, porque la ciudadanía dejó de confiar en la Policía y la ve como una amenaza”.