Las cifras que deja el 2020 no son nada alentadoras. El desempleo podría cerrar por encima del 14%, la pobreza pasará del 35% al 42,6%, es decir que 21 millones de colombianos sobreviven con menos de $334.000 al mes, según cálculos de la Anif. Además, la deuda del país ya supera el 60% del Producto Interno Bruto, PIB y la economía caerá alrededor del 7%.
Cambiar este panorama no será fácil y si antes de la pandemia del Covid-19 se pedía la realización de varias reformas estructurales en el país, ahora el clamor se hace más fuerte, pues se requieren medidas para impulsar la economía nacional.
Las reformas deben ser integrales; eso plantea Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, quien considera que son cuatro las que se deben tramitar: las reformas tributaria, laboral, pensional y la de política social, esta última para focalizar más las ayudas a los pobres.
“El Gobierno habló de un hueco fiscal de $20 billones a partir del 2022, y el nivel de deuda con que terminaremos este año será el 67% del PIB, lo que nos pone en unas condiciones de vulnerabilidad frente a las agencias calificadoras”, dijo Mejía.
Según el analista, el país tiene hasta el 31 de diciembre del próximo año para resolver el problema. Por eso cree que la prioridad es la reforma tributaria, sin dejar de lado las antes mencionadas que de alguna manera están relacionadas y deberían salir de forma conjunta.
De igual forma, Luis Carlos Reyes, profesor de la Universidad Javeriana, comentó que aunque están varias reformas sobre la mesa, seguramente solo saldrá la tributaria en 2021 porque “el Gobierno necesita tapar el hueco fiscal que abrió con el recorte de impuestos a las empresas hecho con la ley de financiamiento”.
“Lo que se puede esperar es que el Gobierno ponga a la clase media a financiar esos recortes de impuestos, pero hay que recordar que poner más IVA a la canasta familiar no es la única opción y la alternativa sería eliminar exenciones para que esa plata no salga de los bolsillos de los consumidores”, planteó.
Pero además de los cambios fiscales, gremios y empresarios reclaman -desde hace varios años- una reforma laboral que haga más flexible la contratación, pero esta idea no es fácil de sacar adelante.
“En materia laboral, el país no puede darse el lujo de mantener los costos al empleo formal en los niveles actuales, mientras más de la mitad de los ocupados están excluidos de la formalidad. Una reforma laboral no solo es una necesidad imperiosa para que la recuperación de la economía sea más vigorosa, sino es una obligación con un segmento amplio de la población excluida de contratos formales”, comentó José Ignacio López, director de Investigaciones Económicas de Corficolombiana.
¿Cuáles serán los parámetros de estas reformas? El debate apenas empieza y ya hay muchas propuestas desde diferentes sectores académicos y económicos.
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"No se deben crear ni subir los impuestos"
Siempre que se habla de una reforma tributaria salen decenas de propuestas desde diferentes sectores y muchos coinciden en que se deben desmontar las millonarias exenciones.
Según las mismas estimaciones del Ministerio de Hacienda el costo fiscal asociado a los beneficios en materia de IVA para el 2020 asciende a $74,9 billones.
En la pasada Ley de Financiamiento se dieron más gabelas que suman unos $8 billones. Este año, por la pandemia, el Gobierno Nacional ha dado más exenciones y reducciones de IVA, por ejemplo, para fomentar el sector del turismo.
Por eso el experto tributario Hernando Franco Murgueitio, dice que no hay razón para ir hacia la creación de más impuestos y al incremento de los existentes. “En lugar de ello deben buscarse ingresos en la venta de activos estatales improductivos, bajar del gasto vía eliminación de prebendas en cargos públicos, reducción del tamaño del Estado, entre otras alternativas”.
Frente a esto Jaime Enrique Gómez, director en Posse Herrera Ruiz, dice que el Gobierno debería considerar principalmente: desmontar las exclusiones previstas en materia de IVA; fortalecer las capacidades de la Dian para prevenir la evasión fiscal, que según estimados de la misma entidad genera pérdidas del orden de $160 billones anuales; simplificar el régimen tributario y regular la tributación de la economía digital, como está ocurriendo en otros países.
“La próxima reforma tributaria debería tener un enfoque en el incremento del recaudo, a través de la eliminación de beneficios y el control de la evasión fiscal. Seguramente esto implique generalizar el IVA y fortalecer los mecanismos de compensación para las personas de menos ingresos”, explicó.
Asimismo, Daniel Lacalle, economista jefe de la firma Tressis, considera que Colombia sí necesita una reforma fiscal pero que esta no debe estar orientada a subir impuestos sino que debe dar herramientas para que el país pueda crecer más y generar más empleo en este momento. “No puede ser subir impuestos, Colombia tiene mucho potencial para que la mejora fiscal del país venga vía generación de mayores ingresos y más inversión”, dijo.
La Red de Justicia Tributaria, integrada por académicos, acaba de presentar una propuesta y en ella se rechaza la posibilidad de que se aumente el IVA a la canasta familiar. Lo que sí sugieren es que se cree un impuesto al consumo de bebidas azucaradas.
Por su parte el Gobierno espera las recomendaciones del comité de expertos consultado para este tema.
Los cambios laborales se tramitan en varios proyectos
Los empresarios, en especial los afiliados a Fenalco, Acopi y Andi, vienen reclamando al país la reforma laboral, como una alternativa para generar más puestos de trabajo.
Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, considera que si “queremos recuperar el empleo se necesita una serie de medidas, entre ellas, una de las más importante es la reforma laboral y la flexibilización a la contratación”.
Sin embargo, el ambiente para esta iniciativa no parece ser el mejor y mientras siguen el debate, en el Congreso de la República cursan más de 100 proyectos relacionados con temas laborales, que de alguna forma significarían pequeñas reformas.
Por ejemplo, en el Senado se aprobó la reducción de la jornada laboral de 48 horas hasta 42 horas. A la iniciativa le falta debate en el Cámara de Representantes para convertirse en ley.
Asimismo, esta semana avanzó la discusión del proyecto, que tiene mensaje de urgencia por parte del Gobierno Nacional, que pretende regular la modalidad de trabajo en casa como una forma de prestación de servicios en situaciones especiales.
El ministro de Trabajo, Ángel Custodio Cabrera, aseguró que el “trabajo en casa llegó para quedarse. Este es uno de los temas que por efectos de pandemia se quiere consolidar, y lo más importante ha sido el servicio para mantener muchísimos puestos de trabajo en el país”.
También tiene una aprobación, en primer debate, el proyecto que establece medidas para fortalecer y promover la igualdad de la mujer en el acceso laboral y educativo, en los sectores económicos en los que han tenido una baja participación.
Otra iniciativa que está radicada en el Congreso, aún sin estudio, es el proyecto 042/2019 que busca la prohibición de la contratación laboral, mediante cooperativa de trabajo asociado y otras formas de tercerización.
Ordenar estas propuestas es una reforma es una tarea pendiente.