En medio de distintas controversias, afectaciones por la pandemia por Covid-19 y el Paro Nacional, los congresistas que hoy finalizan su periodo legislativo dejan un balance bastante movido sobre lo que fue su labor en estos últimos cuatro años.
Lo bueno
De acuerdo con el periodista político Argemiro Piñeros Moreno, a raíz del confinamiento por el Covid-19, los senadores y los representantes a la Cámara se vieron obligados a modernizarse y a adaptar esas corporaciones a las exigencias que la emergencia sanitaria demandaba.
Ante eso, agrega que sesionar de manera virtual fue un acierto para la política del país y que su responsabilidad como legisladores se vio más reconocida por los colombianos.
De su lado, el consultor político Álvaro Benedetti señala que, gracias al impacto de las redes sociales y la inmediatez de la información a través de distintos mecanismos, se visibilizó mucho más el papel regional de los congresistas y su trabajo por reconocer las demandas territoriales.
“Esto es un gran avance en materia política, porque para nadie es un secreto que Colombia sigue siendo un país altamente centralizado en la toma de decisiones y, sobre todo en los recursos de inversión. El papel de las redes sociales posibilitó que las necesidades regionales se conocieran más y tuvieran mayor importancia dentro de la agenda nacional”, acota.
Entre tanto, el analista político John Mario González resalta que las leyes que se tramitaron para apoyar a las distintas empresas y personas durante la pandemia fueron otro acierto que ayudó a fortalecer la productividad económica del país.
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Lo malo
En opinión de Álvaro Benedetti, un gran desacierto del saliente Congreso de la República fue la poca contundencia que tuvo frente a las demandas de los ciudadanos.
Un ejemplo de ello fue el estallido social registrado en el 2021, “cuando los legisladores no se atrevieron a afrontar con celeridad leyes que mediaran esta situación, sino que, por el contrario, trasladaron toda la responsabilidad al Poder Ejecutivo, lo que demostró su incapacidad para actuar ante este reclamo popular”.
Igualmente señala que otro punto desfavorable de quienes obstentaron el Poder Legislativo durante el último cuatrienio fue la agenda ambiental, “que poco defendieron y de la cual se notaron ausentes, especialmente ante temas de deforestación, minería e infraestructura”.
Benedetti, asegura, que la poca voluntad política fue otro de los males que permeo el desempeño de los legisladores, así como su manera de ‘lavarse las manos’ frente a temas importantes para la toma de decisiones y la agenda legislativa.
“Es lamentable que, después de tantos periodos de gobierno, se siga manejando la misma dinámica y no se entienda el contrapeso político fundamental que representa el Congreso”, subraya.
De otro lado, la Misión de Observación Electoral, MOE, sostuvo ayer que un elemento que marcó de forma negativa la gestión de los senadores y representantes a la Cámara elegidos para el periodo 2018-2022 fue la falta de materialización de las reformas fundamentales para garantizar el cumplimiento del Acuerdo Final de Paz, deuda que venía desde los legisladores electos para el cuatrienio anterior.
Para Argemiro Piñeros, otro punto desfavorable fueron las cuatro ‘sillas vacías’ que quedaron por la comisión de delitos de corrupción y narcotráfico por parte de algunos elegidos para esa corporación.
En ese ítem menciona la no posesión de ‘Iván Márquez’, a quien, en virtud de lo acordado en La Habana, se le había asignado una curul en el Senado corresponde al partido de las extintas Farc, así como el abandono que ‘Jesús Santrich’ hizo de su escaño en la Cámara de Representantes, en medio de una petición de extradición por parte del Gobierno de Estados Unidos.
También se recuerda el escándalo protagonizado por Aida Merlano, quien, tras haber resultado electa como senadora, fue detenida por el delito de compra de votos. Tras haber sido capturada, al año siguiente la política barranquillera se fugó y huyó hacia Venezuela, por lo que su escaño en el Congreso quedó igualmente vacío.
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Lo feo
Según Álvaro Benedetti, lo más feo de este grupo parlamentario es que se atrevió a hundir el Estatuto Anticorrupción y “fue insensible masivamente para enfrentar y condenar con contundencia las prácticas corruptas que se han dado en el marco del Ejecutivo nacional y territorial”.
“Es muy triste, porque el escenario en donde existe la representación política de todas las regiones, en donde se supone que convergen las ideas, la corrupción termina siendo ese invitado incómodo que tendremos que tolerar por el resto de la vida”, adhiere.
Otra cosa fea, asegura John Mario González, fue el amague que hicieron muchos senadores para renunciar a sus partidos, incurriendo incluso en la doble militancia, como fue el caso de Rodrigo Lara y los montajes de expulsión por parte de Roy Barreras y Armando Benedetti.
Además, los analistas coinciden en que varias de las grandes reformas constitucionales que este Congreso impulsó y aprobó, como la cadena perpetua para violadores de menores, no pasaron el control de constitucionalidad por parte de la Corte Constitucional porque fueron tramitados de manera errónea.
Otra característica de este periodo legislativo es que ha sido en el que más mociones de censura se han presentado contra ministros, sin que al final hayan prosperado.
Fue el caso del exjefe de la cartera de Defensa Guillermo Botero, quien renunció antes de la votación, y de Alberto Carrasquilla (Hacienda) y Katherine Abudinen, tras el escándalo del Mintic y Centros Poblados.