En marzo pasado, a las unidades de cuidados intensivos de Cali empezaban a llegar cientos de pacientes a los que el Covid-19 les había tomado ventaja, haciendo obligatoria la intubación, pues no podían respirar por sí mismos.
Al ser un virus desconocido, no se sabía cómo tratarlo, así que los médicos suministraban cloroquina o hidroxicloroquina con azitromicina e incluso, medicamentos para el VIH (Lopinavir/Ritonavir), que para entonces se usaban en Europa porque habían mostrado algún beneficio.
Pero pronto se conoció que no eran útiles y por el contrario, podían ser riesgosos para los pacientes, explica el médico internista e inmunólogo, Andrés Felipe Zea Vera, asesor de la Secretaria de Salud de Cali.
Recuerda que en junio, estudios clínicos comprobaron que esteroides como la dexametasona son útiles para desinflamar el organismo de quienes necesitan oxígeno. En este largo camino se ha usado, además, el Interferón Beta y el Remdesivir. Este último se sigue evaluando en el estudio ‘Solidaridad’ de la Organización Mundial de la Salud, que inicialmente contaba con 4 medicamentos, de los cuales solo queda el Remdesivir y se adicionará el Acalabrutinib, anuncia el infectólogo Carlos Álvarez, coordinador nacional sobre estudios Covid-19 de la OMS.
Entre las opciones actuales está el plasma convaleciente, que consiste en inyectar plasma (componente de la sangre) de una persona que superó el covid a una que lo padece. Es decir, que se suministra anticuerpos que están en el plasma de un paciente recuperado, a otro en estado crítico.
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Esta terapia fue la que recibió el presidente de EE.UU., Donald Trump, pero con anticuerpos creados en el laboratorio. Aunque los resultados no han sido prometedores ni en Colombia ni en el mundo, al Mandatario le funcionó, pues la enfermedad estaba en etapa temprana, expresa el médico Andrés Felipe Zea.
Resulta paradójico, advierte, que pese a que “no estamos dando un tratamiento específico, haya una reducción de la mortalidad en las UCI”.
Esta menor letalidad, precisa el también profesor de Inmunología de Univalle, obedece al aprendizaje adquirido en estos ocho meses de pandemia.
Hoy por ejemplo, se toman de forma más adecuada las decisiones al intubar al paciente, al determinar la cantidad de oxígeno a suministrarle y al programar el ventilador. Además, el paciente intubado se mantiene boca abajo para mejorar la función pulmonar (técnica denominada pronación).
También se tiene mayor precisión al iniciar el tratamiento con esteroides (dexametasona) como terapia moduladora cuando se requiere oxígeno, así como de anticoagulantes para evitar complicaciones pulmonares o renales. En cuanto a las EPS, también hay avances, pues algunas, como Sura, entregan un kit a las personas positivas o sospechosas de contagio, el cual contiene un oxímetro (toma el nivel de oxígeno), termómetro e instrucciones sencillas para el monitoreo de los niveles de saturación y de temperatura, explica Gabriel Mesa Nicholls, gerente general de la EPS.
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“Sí hay medicinas contra el virus”
El médico Carlos Arturo Guerrero, coordinador del Laboratorio de Biología Molecular de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Bogotá, es enfático en decir que “sí hay medicamentos contra el covid, pero hasta ahora, el enfoque para atacarlo ha sido errático, pues se le ha dado manejo a la fase terminal de la enfermedad, pero no a la prevención”.
Este egresado de Univalle, que realiza investigaciones al respecto desde 2008, asegura que muchos virus, entre ellos el coronavirus de esta pandemia, el Zika, el chikungunya, la influenza y el dengue, cuando infectan requieren inducir oxidación intracelular para poder sintetizar sus proteínas y ensamblarse en nuevos virus infecciosos. Dicha oxidación intracelular induce mecanismos proinflamatorios, de ahí que es vital utilizar antioxidantes como el N-Acetilcisteína (Fluimucil), que reduce la cantidad de virus y evita su replicación. Se usa junto con antiinflamatorios, vitaminas A, C y E, así como un batido de cúrcuma, jengibre y sábila, por sus atributos antioxidantes.
Bogotá, Boyacá y Barranquilla son algunas regiones donde se formula este tratamiento, anota el médico Enrique Triviño Fernández, exdirector del Hospital San Francisco de Paula, de la capital del Atlántico. Aclara que los resultados “son muy satisfactorios, pues los síntomas disminuyen entre 72 y 24 horas, según la rapidez con la que se actúe”. Por ello, a modo preventivo vienen recomendando a la comunidad del Caribe consumir a diario un sobre de este antioxidante. Porque según Guerrero, magíster en farmacología, “estudios en 19 países ratifican que 1.200 mg. por día de esta molécula también previene el contagio”.
Entretanto, desde abril en Cartagena los médicos Juan Conrado, Álvaro Cárcamo, Walter Gómez y Martín Haydar, han atendido por teleconsultas gratuitas a 2500 pacientes de esta capital y de Barranquilla. Su fórmula es Ivermectina (en dosis terapéuticas, como se ha usado en Colombia por 25 años), detalla Conrado, egresado de Univalle. También, anticoagulantes, antiinflamatorios y antibióticos, si es necesario. Para combatir el virus en nariz y boca, se hacen enjuagues de agua tibia con bicarbonato e inhalaciones con eucalipto. Los ingredientes que refuerzan el sistema inmunológico son cebolla, ajo, miel de abeja y limón licuados, y se toma una cucharada diaria del batido.
Así lo afirma el galeno, al mencionar que “pese a la efectividad de la terapia, incluso en pacientes críticos, en Colombia no tiene acogida, por lo que el estudio para validarla, lo están revisando médicos españoles”.
Cabe aclarar que hoy todos los tratamientos que se usan son experimentales y el único avalado por la OMS es la Dexametasona, para pacientes que requieren oxígeno.
Asimismo, se debe evitar autoformularse, pues son los médicos quienes bajo su criterio, ordenan los medicamentos según el caso en particular.
¿Suero de caballo contra el covid?
Por estos días en Argentina hay expectativa por conocer si el suero de caballo (la parte líquida de la sangre que resulta luego de que se coagula) puede neutralizar el virus. El proceso consiste en desarrollar dicho suero de equinos inmunizados y aplicarlo a los pacientes. Esta semana se publicarán los resultados del estudio, afirma el presidente de la Sociedad Argentina de Infectología, médico Omar Sued, quien agrega que en estos meses de pandemia “hemos aprendido muchísimo sobre el manejo del coronavirus”.
”Es un hecho que la evidencia científica en cuanto a covid cambia día a día”, advierte, por su parte, Marjorie Obando, directora de Farmacoepidemiología de la Caja Costarricense de Seguro Social.
En su país están próximos a conocer los resultados de un estudio para determinar el beneficio del uso temprano de la hidroxicloroquina. Entre los tratamientos con los que cuentan figura el suministro de plasma de pacientes convalecientes para los que se encuentran hospitalizados.
En México, uno de los grandes aprendizajes ha sido reconocer la importancia de la oxigenación temprana del paciente, enfatiza el infectólogo e internista Alejandro Macías Henández, catedrático de la Universidad de Guanajuato, en el mencionado país.
Al respecto, complementa que “esta enfermedad ocasiona lo que se conoce como hipoxemia feliz, es decir, que cuando a las personas les falta el oxígeno, no se dan cuenta y muchas veces, al llegar graves al hospital, es muy difícil sacarlas con vida”. De ahí que se debe monitorear con un oxímetro que el nivel de oxígeno no esté por debajo de 90.
De otro lado, el médico plantea que “en México, como en buena parte de Latinoamérica, el covid no llegó en una forma de curva de campana (a excepción de Uruguay). Al igual que en EE.UU., llegó, golpeó y subió, y cuando empezó a bajar y pensábamos que se estabilizaría, se estableció y volvió a repuntar. Así que no hemos logrado el control de la primera fase, por lo que no podemos hablar de un rebrote, sino de un incremento en la incidencia del virus”.