El aroma delicioso que producen los 17 puestos de venta de café y capuchino que hay al interior del parque Bolívar de Cartago contrasta con el ambiente enrarecido que se respira en ese municipio del norte del Valle, luego del atentado con fusil del pasado 1 de diciembre contra el precandidato a la Alcaldía de esa población, Hugo Eduardo Cedeño, de 51 años, hecho que dejó dos personas muertas y cinco más heridas, entre ellas el político.
Y que por estos días, el tema de conversación en parques, restaurantes, peluquerías, cafeterías, no es otro que la preocupación que existe entre los habitantes de la Villa de Robledo porque se vuelva a recrudecer la violencia que se vivió hace varios años en esa localidad como consecuencia del maridaje, que aseguran, hay entre estructuras mafiosas y la clase política.
Tiempos aciagos, en donde fuerzas oscuras acabaron con la vida de varios líderes sociales, sindicalistas, concejales, funcionarios públicos y candidatos a las corporaciones públicas.
“No es posible que a una persona la quieran callar con las balas porque tiene un pensamiento diferente”, manifestó Cedeño, médico de profesión, y quien dijo estar convencido de que ese atentado está dirigido por personas interesadas en seguir manejando los hilos del poder en Cartago.
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“Este hecho tiene un tinte eminentemente político, de eso estoy convencido, pues el objetivo era sacarme del camino de la Alcaldía. Cartago no puede caer en ese limbo en que vivíamos anteriormente”, indicó Cedeño.
Eso mismo piensa Raúl Antonio Parra, líder social y político de Cartago, quien a través de una publicación que hace de manera independiente, denominada la Hoja de Parra, denuncia de manera permanente y “sin pelos en la lengua” lo que a su criterio ocurre en esa población calurosa que se acerca a los 200.000 habitantes.
“Este suceso reconfirma mi tesis de que la ciudad ha sido y sigue siendo víctima del conflicto armado. Cuatro administraciones o alcaldías impuestas por el narcoparamilitarismo, incluida la actual, de esto no me queda la menor duda”, afirmó Parra al lamentar el hecho en el que resultó herido Cedeño.
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En Cartago aún recuerdan a Ariel Rodríguez González, más conocido como El Diablo, lugarteniente de Hernando Gómez, alias Rasguño y jefe de sicarios del Cartel del Norte del Valle, quien de simple chofer se hizo elegir presidente del Concejo Municipal, en donde decidía cómo se debía administrar el Municipio, cómo se debían entregar los contratos y quiénes podían laborar en esas dependencias.
Este hombre fue el que un día, de julio de 2004, llegó hasta el despacho del alcalde José Luis Jiménez y con pistola en mano le pidió la renuncia a escasos siete meses de haber asumido el cargo.
Luego se hicieron elecciones atípicas, en donde cuentan que ‘El Diablo’ ayudó a elegir a Luis Alberto Castro, actualmente preso por el delito de peculado por apropiación.
Se sabe que por instrucciones de ‘Rasguño’, alias El Diablo tenía la misión de manejar la política, no solo de Cartago, sino la de varios municipios del norte del departamento, incluso logró que su propia esposa, María Nancy Montoya, fuera elegida representante a la Cámara, con la sexta mejor votación del Valle: 37.256 sufragios.
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Ariel Rodríguez aparece en un expediente por el asesinato de los líderes sindicales Dídier Penilla, Jáiber Cardona y Gilberto Nieto, atacados con armas el 5 de noviembre de 1999. Por este caso también fue investigado el exalcalde Gerardo Toro Duque.
Pareciera que Cartago sufriera un karma del cual no se ha podido liberar, ya que los alcaldes elegidos por voto popular durante los últimos 15 años, y muchos de sus funcionarios, se han visto inmersos en líos de corrupción.
Sin embargo, el manejo del presupuesto, cercano a los $ 170.000 millones y el de las Empresas Municipales, Emcartago, siguen siendo un atractivo para las estructuras mafiosas que no dudan en financiar campañas a la Alcaldía y al Concejo.
“El candidato que no se ajuste a los intereses de esos personajes, simplemente lo amenazan o lo obligan a desistir de su aspiración política, o lo matan, como ya ha ocurrido”, manifestó un excandidato al Concejo que pidió reserva de su nombre.
El crimen con tinte político más reciente se registró el 20 de julio de 2015 en el parque Santander, en donde un sicario atacó al candidato a la Alcaldía, el abogado Ignacio Londoño Zabala, hermano del actual alcalde de Cartago, Carlos Andrés Londoño.
Días antes de este atentado, ‘Nacho’, como era conocido este líder político, le dio a conocer a su círculo de amigos detalles del plan y pistas sobre quiénes habrían ordenado su asesinato.
Aunque esa teoría no se ha comprobado, en la Villa de Robledo se dice que un hombre conocido como ‘Gafas’, quien se mueve entre la ilegalidad del norte del Valle y la legalidad de Bogotá (tiene excelentes relaciones con políticos, funcionarios de la Fiscalía y del Consejo Nacional Electoral), estaría detrás de ese asesinato, toda vez que su aspiración es quedarse con el botín económico y burocrático de las empresas de servicios púbicos y algunas secretarías.
Igualmente, con el manejo de dos multimillonarias licitaciones de alumbrado y recolección de basuras, que superan los $ 70.000 millones.
Casualmente, tras la muerte de ‘Nacho’, las autoridades hicieron un consejo de seguridad, al igual que ocurrió hace una semana, un día después del atentado contra Cedeño, en donde anunciaron una recompensa de $50 millones para dar con los autores materiales e intelectuales del ataque.
En este momento, el ambiente en Cartago es de miedo, aunque el Alcalde, la Gobernadora y el Ministro de Defensa, que presidieron el consejo de seguridad, insisten en que el atentado contra Cedeño “fue un caso aislado y de simple sicariato”, negando tintes políticos en este hecho.
“Le hemos cuestionado al alcalde Carlos Andrés Londoño Zabala por qué no ha hecho un pronunciamiento enérgico frente a estos hechos, considerados de suma gravedad”, manifestó el líder sindical y político, Hernando Montoya Guevara.
Por su parte, Alejandro Forero, investigador social sobre dinámicas de conflicto en el Valle, al referirse al reciente atentado dice que “la tesis de la Policía de que son hechos aislados carece de lógica y contribuyen al silenciamiento de un debate público”.
Por esta razón, algunos líderes cívicos de Cartago han solicitado que se nombre un fiscal especializado, con equipo de Policía Judicial, directamente de Bogotá, porque dudan que con funcionarios locales difícilmente la investigación avance porque se trata de estructuras delincuenciales muy poderosas.
Mientras tanto, los habitantes de este pueblo lleno de historia, fundado por el español Jorge Robledo y uno de los más antiguos e importantes del Valle, sigue en silencio y con miedo.
Medidas
En medio de un consejo de seguridad que se llevó a cabo hace unos días en Cartago, las autoridades regionales y nacionales acordaron un plan para avanzar en las investigaciones del atentado.
El ministro de Defensa, Guillermo Botero, y la gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro, dijeron que se dará una recompensa de $50 millones por información que permita la captura de los responsables del atentado.
Además, asignaron un grupo especial de la Fiscalía para esclarecer rápido el hecho.