Por el Pacífico a México, Panamá, Costa Rica y El Salvador, y por el Caribe hacia Estados Unidos, son las rutas y los destinos preferidos de los narcotraficantes para enviar droga a través de semisumergibles, una práctica que sigue en aumento en Colombia, porque tan solo en el gobierno de Iván Duque la Armada ha incautado 111.
‘Laura’, con una longitud de 22 pies, construida de fibra de vidrio, con una capacidad para transportar una tonelada de cocaína y con tres tripulantes a bordo, fue incautada en la isla de Providencia el 22 de mayo de 1993, convirtiéndose así en el primer artefacto de este tipo encontrado por las autoridades.
Pero este semisumergible no podía hundirse por completo, por lo que a lo largo de los años los narcotraficantes han encontrado la manera de desarrollar nuevas tecnologías, pasando de pequeñas cápsulas que no tenían propulsión y eran arrastrados por otras embarcaciones, a semisumergibles con propulsión eléctrica, mayor autonomía y capacidad de carga, así como el desarrollo de semisumergibles tipo LPV (embarcaciones de bajo perfil).
Hoy en día, los semisumergibles, según las autoridades, pueden tardar entre 25 a 40 días de construcción en lugares aledaños a ríos navegables, contando con toda la logística en zona que incluye compra de motores, adecuación de los mismos y su costo oscila entre 2000 y 3000 millones de pesos. Además, son tripulados por grupos de tres a cuatro personas: un maquinista, un capitán y uno o dos marineros.
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Así han evolucionado
Los narcotraficantes han ido evolucionando en el desarrollo de nuevas formas para evadir las acciones de la Fuerza Pública, por esta razón 18 años después de ‘Laura’, y tras muchas incautaciones (febrero de 2011), la Armada halló el primer semisumergible con capacidad para hundirse completamente.
“La tecnología utilizada en la fabricación de este artefacto le permite navegar totalmente sumergido bajo la superficie del mar, lo cual lo hace prácticamente indetectable, de allí la diferencia con los incautados anteriormente”, dice la Armada.
Este fue construido en fibra de vidrio con refuerzos de fibra de carbono y su propulsión es diesel. Posee modernos sistemas de navegación, cuenta con un periscopio, tiene la capacidad para transportar ocho toneladas de droga, mide más de 31 metros de eslora (largo) y 2.5 de manga (ancho) y se encontraba listo para ser cargado en el área del río Saija, cerca de Timbiquí (Cauca). Está avaluado en 2,1 millones de dólares.
Pero la evolución de estos artefactos no pararía allí, pues en julio de 2017 las autoridades hallaron una nueva forma de construirlos. “A diferencia de los anteriores, que eran construidos en fibra de vidrio y su propulsión de combustión interna (empleo de combustible); este fue construido en láminas de acero naval y de propulsión eléctrica alimentada a través de un banco de más de 100 baterías que energizan los dos motores. Estas baterías no producen gases y permiten la navegación en inmersión, lo que hace difícil su detección”, dice la Armada.
El semisumergible con estas características fue localizado en la vereda El Limón, en un estero del río Cucurrupi, del municipio de Istmina (Chocó); mide nueve metros de largo y cuatro y medio de ancho, cuenta con cuatro aletas estabilizadoras, radares, cámara de navegación, ecosonda y es totalmente estanco, tiene tanques de lastre y compresión.
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Así mismo, es la primera vez que un artefacto de este tipo es construido en un río. Según las informaciones recopiladas por la Armada, su construcción, que tardó entre cinco y seis meses, con un costo superior a los 4500 millones de pesos, fue realizada en el río San Juan y posteriormente fue trasladado hasta el río Cucurrupi. Con capacidad para ser tripulado por cuatro narcotraficantes.
El costo de los semisumergibles según las autoridades, oscila entre 2000 y 3000 millones de pesos. Además son tripulados por grupos de tres a cuatro personas.
Disidencias son las que más construyen
Desde 2018, la Armada ha incautado 111 de estos artefactos de los cuales 66 han sido en Colombia: 56 en el Pacífico, uno en el Caribe y nueve en aguas internacionales, los otros 45 han sido incautados con información de inteligencia y en un trabajo de cooperación internacional en territorio extranjero. Es decir, 14 en Costa Rica, 10 en Ecuador, ocho en Panamá, cinco en México, cuatro en Guatemala, dos en Francia y uno en El Salvador, Perú y Liberia.
Estos semisumergibles llevaban alrededor de 130.000 kilogramos de cocaína y su incautación, evitó que los grupos armados obtuvieran ganancias por cerca de 4000 millones de dólares y se evitó la distribución de 325.000 dosis. También se incautaron 700 kilogramos de marihuana.
Estos semisumergibles correspondían a la Estructura 30, la Dagoberto Ramos y las Guerrillas Unidas del Pacífico de las ‘Disidencias de las Farc’. En la lista también se reportan la Columna móvil Daniel Aldana y Los Rastrojos.
Uno de los casos de incautación más recientes ocurrió el pasado viernes cuando La Fiscalía General, junto a la Armada Nacional y la Policía, capturaron a ocho presuntos miembros de la banda delictiva ‘Los Raptor’, dedicada al tráfico de marihuana y cocaína en el Pacífico colombiano.
‘Los Raptor’ camuflaban la droga en zonas de manglares en Buenaventura, Tumaco y Chocó, desde donde eran transportados en semisumergibles y lanchas rápidas al exterior.
Además, el pasado 26 de septiembre desde la Base Naval de Bahía Málaga, ubicada en Buenaventura, el ministro de Defensa, Diego Molano, dio a conocer un importante golpe contra el Clan del Golfo con la ‘Operación Senen’, que dejó la incautación de un semisumergible y una neutralización.