Cuando dicen que en Cali se roban un hueco, no es una hipérbole, ni una metáfora, ni un chiste. Es, literal, una realidad. En Cali se roban hasta las cámaras de seguridad que supuestamente sirven para captar a los ladrones.
No es solamente el túnel mundialista, que lleva cinco hurtos del cableado eléctrico que surte de energía para mantenerlo iluminado, el afectado. También se roban tapas de alcantarillas, redes de cobre, bombillas luminarias y hasta las coronillas de espinas metálicas instaladas para evitar que los ladrones las alcancen.
El cableado es lo más apetecido porque es de cobre, un metal costoso, por lo cual las autoridades están evaluando cambiar el del túnel mundialista por aluminio, que no es tan comercial, para evitar el círculo vicioso hurto-reposición-hurto. Eso implicaría hacer un nuevo diseño, porque es de un calibre distinto que no hay en el mercado, para luego tomar la decisión.
Pero también se han robado los cables y las luces ornamentales de las rotondas de la Estación del Ferrocarril y la del Monumento del Deporte, en la Carrera Primera con Calle 52.
Las comunas más afectadas con estos hurtos son 2, 17 y 19, por ser las más grandes, porque la presencia policiva quizás no es muy fuerte y porque coexisten factores socioeconómicos de la población de esos sectores, según Alejandro Arias, director de la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos del Municipio (UAESPM). “O hay un sitio deprimido, como la fuente Estación del Ferrocarril, golpeada y azotada por la migración venezolana y habitantes de calle”, dice Arias.
Y aunque parezca increíble, se roban los transformadores de energía, ya sea en la Autopista Sur, que es muy concurrida, o en la zona rural porque es muy sola.
Hace solo dos semanas, en el sector de Caucaseco, corregimiento de El Hormiguero, a la salida del Valle hacia el Cauca, alcanzaron a bajar los interruptores para robarse dos transformadores. Pero se detectó rápido, la comunidad avisó y hubo una reacción inmediata de Emcali que impidió el robo, relata Ángela María Perea, ingeniera de supervisión técnica de alumbrado público de la UAESPM.
No ha pasado igual en Villacarmelo y Pichindé, donde sí se han robado transformadores y otros insumos de la red eléctrica. “La comunidad dice que los ladrones van en camionetas con logos empresariales, como ocurrió en la vereda Los Limones, corregimiento La Castilla, por la vía al mar, donde se robaron un tramo larguísimo de cable. Pero la gente se confunde y no avisa porque cree que son los operadores que están haciendo un arreglo”, explica Ángela.
En el área urbana, en el Parque Lineal Río Cali se constató hace tres semanas se habían robado 24 luminarias. “Y un habitante de calle relató que él ha visto quién se las roba y hasta lo describió que va con casco naranja, lleva cinturón para arnés y canguro con herramienta y se sienta a las 2:00 de la madrugada a esperar que todo esté solo y luego las baja y se las lleva”, relató Ángela.
Sin embargo, también hay evidencia como videos de los habitantes de calle que han sido capturados por la Policía al encontrarlos hurtando el cableado, pero que no pueden ser judicializados porque no poseen identificación y/o porque no hay quien interponga una denuncia formal. Como sucede con las luminarias de los mástiles de la Carrera 10 con Calle 5.
De ahí que la UAESPM, junto con Emcali y Megaproyectos, acordaron instalar coronas de espinas metálicas en estos mástiles. Y a la entrada y salida del túnel mundialista, concertinas de alambres de púas con sierra (cortan) a lo largo de 30 metros. Se va a evaluar si resulta eficaz, para instalarlas a lo largo del túnel.
Marcela Ramírez, directora jurídica de Emcali, confirma que el cable, tanto de energía como de telecomunicaciones, es el insumo más hurtado, porque es de cobre. En años anteriores, los robos de cable superaban los 2000 mil millones de pesos, pero gracias a las acciones conjuntas que se han tomado con la Policía, la Fiscalía y el grupo exclusivo de Emcali para proteger los bienes de la empresa, se redujo a 100 millones de pesos en 2018.
Sin embargo, esta reducción se presenta porque Emcali y otros operadores, que también son víctimas de hurto de sus cableados, han cambiado el cable en las vías principales por fibra óptica. Pero los ladrones, que siempre son muy listos, ya se están robando es el cable que va desde las vías arteria hasta las casas, porque todavía esas acometidas son de cobre y el detrimento ha vuelto a aumentar a casi 1500 millones de pesos.
Marcela Ramírez destaca que cada día Emcali interpone más demandas por estos hurtos y por eso hay cada vez más capturas, judicializaciones y sentenciados en establecimientos carcelarios por este motivo. “Somos la empresa de servicios públicos de Colombia que más condenas ha logrado por hurto a su infraestructura, y la gente ya sabe que no es fácil robar estos bienes y que tienen consecuencias porque es hurto agravado por tratarse de bienes públicos y porque se ejerce violencia contra ellos”, explica la abogada.
En siete años se han logrado más de cien capturas con sentencia condenatoria y en 2018 van 147 denuncias ante la Fiscalía y 71 detenciones, solo por cable de Telco, pero en total por todos los bienes de Emcali, se interpusieron 547 acciones judiciales. Generalmente son habitantes de calle que son capturados en flagrancia, en operativos que hacen el grupo especializado de la empresa y las autoridades. Incluso, a veces salen libres y vuelven a ser capturados los mismos reincidentes.
Por eso, Emcali ha trabajado con la Fiscalía para comprender la gravedad de este delito y actuar con celeridad y hacer los procesos en un tiempo prudencial.
Por ejemplo, en julio pasado fue condenado a 81 meses de cárcel Carlos Daniel Arboleda Hurtado, habitante de calle que fue capturado por hurto de redes telefónicas que afectó la prestación del servicio a más de 300 usuarios del barrio Belalcázar. El hombre aceptó los cargos por lo que recibió el beneficio de reducción del 50% de la pena, que cumple en la cárcel de Villahermosa.
Otros hacen daños como el causado el domingo pasado en Charco Azul: cortaron cables de fibra óptica de Emcali de 12, 48 y 96 hilos, quizás porque creían que la conexión era de cobre.
Al ver que no era así, no robaron nada, pero hicieron el daño, lo que preocupa a funcionarios de Emcali porque dejaron sin servicio de internet, banda ancha ni televisión a sus usuarios de Alfonso López, Jorge Eliécer Gaitán, Poblado y Marroquín, entre otros barrios. Los técnicos tardaron todo el lunes reparando las redes, porque deben pegar cable por cable.
El hurto de medidores de agua tiene cifras escandalosas: 3652 en 2018 y en lo que va de 2019, van 2522.
Alejandro Arias subraya que el fenómeno del robo a bienes públicos demuestra que “hay una desatención a la autoridad, al punto que se roban las cámaras de vigilancia”, las encargadas de registrar la seguridad de los ciudadanos.
Ante el vandalismo no hay medida infalible, insiste Arias, que como director de la UAESPM, entidad encargada de cuidar los bienes públicos de Cali, dice que es tal la habilidad de los que roban, que las medidas disuasivas no los frenan.
“En fuentes y monumentos hemos tomado medidas antivandálicas, pero al ver que no pueden robar, les dañan las luces ornamentales e igual hay que reponerlas. Y como no hay un elemento identificador para decir quién hizo el robo, la gente no denuncia”, concluye.
¿Cartel del cobre?
“El cobre es un metal que está muy bien avaluado en el mercado internacional. Las tapas de las redes primarias, que están bajo tierra, son violentadas por los delincuentes para extraer los cables, y las redes secun- darias o aéreas son cortadas y arrancadas”, dijo Laureano Ávila, director operativo de Redes de Emcali a El País en otro reportaje anterior. Las zonas más afectadas son el centro y el sur y los barrios El Peñón, San Fernando, Tequendama y El Limonar.
En ese entonces se explicó que este hurto articula habitantes de calle, chatarrerías, hasta grupos especializados en el hurto de infraestructura pública, incluidas tapas de alcantarilla, medidores de agua y otros.
“Antes pensábamos que los ladrones de los cables eran solo los indigentes, quienes venden el cobre a precios muy bajos para el consumo de estupefacientes. Sin embargo, hemos descubierto que hay mafias dedicadas a este tema que sacan el cobre por Buenaventura y lo exportan, principalmente a China, que consume casi el 50 % de este metal en el mundo”, indicó el coronel Germán Huertas, jefe de Seguridad de Emcali.
El MÍO
El Sistema de Transporte Masivo MÍO no escapa al robo y vandalismo.
En 2018, hubo 1477 eventos de vandalismo contra padrones, articulados y alimentadores.
En 2019, hasta julio, iban 803 hechos vandálicos contra buses del MÍO.
Partes de buses del MÍO, (extintores o los martillos de las salidas de emergencia, etc.), fueron hurtadas 132 veces en 2018, y 227 veces en 2019.
Bancas de cemento de los paraderos, son demolidas para extraerles el hierro.
Medidores
En 2018, se robaron 3652 medidores de agua en Cali, elementos apetecidos por los ladrones, porque tienen partes de bronce.
Las comunas más afectadas fueron: la 10, con 366 medidores hurtados. Le siguen:
La 8 con 354
La 9, con 341; La 13 (286)
La 14 (259)
La 11 (174
La 17 (145)
La 3 (144)
La 4 (143)
Yumbo (142)
La 2 (135)
La 5 (120)
La 21 (115)
La 7 (101)
La 12 (100)
La 18 (99)
La 20 (77)
La 15 (55)
La 6 (51)
La 16 (37)
La 1 (18)
La 32 (4)
La 22 (3).
Solo entre enero y mayo de 2019, Emcali reportó 2522 contadores de agua robados, por comunas:
Com. 10: 346
La 13: 253
La 8: 220
La 19: 206
La 9: 190
La 4: 184
La 11: 139
La 14: 139
La 17: 119
Yumbo: 97
La 2: 96
La 18: 93
La 12: 81
La 21: 80
La 3: 65
La 5: 47
La 20: 45
La 15: 41
La 7: 35
La 16: 22
La 6: 13
La 1: 7
22: 4