Es habitual que cada año suba el precio de los alimentos, pero en el 2019 el incremento ha estado ‘desbordado’. Esa es la sensación que puede tener un caleño que ha visto incrementado hasta en un 10 % el valor de estos productos básicos en las tiendas y plazas de mercado.
Y es que de enero a septiembre los precios de los alimentos y las bebidas han crecido en promedio 9,34%, cuando en el mismo período del año pasado la variación era un ‘prudente’ 3,12%, según información del Dane.
Y aunque el ‘golpe’ a los bolsillos ha sido generalizado a nivel nacional (la inflación de alimentos pasó de 2,04% a 6,19%), el dolor ha sido más intenso para los caleños, pues la ciudad tiene la variación del IPC más alta de todo el país en el 2019.
Doce meses atrás, un kilo de papa amarilla en la galería Santa Elena podía encontrarse en unos $1700; hoy, la misma cantidad no baja de $3600. Asimismo, el fríjol verde, un elemento tradicional en la dieta de los caleños, pasó de costar $5900 a $7200 por kilo.
El incremento de precios en Cali ha sido más alto que en Bogotá (6,52%), Medellín (5,89%), Barranquilla (4,23%), y que el resto de ciudades del país. La explicación, según analistas consultados, pasa por la afectación del intenso verano sobre la producción agrícola, las consecuencias de los bloqueos en la vía Panamericana por la protesta indígena del Cauca, e incluso el encarecimiento del dólar.
El clima, verdugo
Varios expertos coinciden en que las oleadas de calor registradas este año afectaron la producción de ciertos productos en departamentos como Cauca y Nariño, que son la principal ‘despensa’ alimentaria del Valle.
“Sabíamos que íbamos a tener un verano intenso, pero no esperábamos que se iba a extender tanto, y ahí hubo implicación en las hortalizas, leche, entre otros”, explica Rubiela González, secretaria de Agricultura del Departamento.
En ello coincide Adrián Zamora, director de la Corporación para el Desarrollo Social del Valle del Cauca, Corpovalle, quien explica los costos que trae la sequía en la producción agrícola: “Los períodos de sequía este año fueron mucho más extensos, entonces se incrementan los costos de producción por temas de riego, uso de más insecticidas y de más hidrogel, y esos son elementos que aumentan el costo de producción, y se trasladan al precio para el consumidor”.
Según la Red Hidroclimatológica de la CVC, entre diciembre y febrero de este año hubo un déficit de lluvias de hasta el 63% en esta región del país, generando sequías.
Sin embargo, no solo el calor en el suroccidente afectó los precios en Cali, también fue el frío en el altiplano cundiboyacense, origen del 11% de las verduras y buena parte de los tubérculos que llegan al Valle.
“En Boyacá, en marzo, hubo unas heladas fuertísimas que acabaron con muchas plantaciones de papa criolla, eso hizo que en abril, en Corabastos (Valle), el precio de esta papa estuvo por las nubes”, afirma Zamora.
Imprevistos en carretera
Otra de las causas que generó un incremento mayor de los precios de los alimentos en Cali habría sido el cierre de la carretera Panamericana, por cuenta de la minga indígena que se desarrolló en el Cauca.
Las protestas se extendieron por 27 días, casi todo el mes de marzo, en los que fue interrumpido el paso de alimentos del sur del país hacia el Valle.
Se debe tener en cuenta que de Nariño proviene el 69% de los tubérculos y el 25% de las verduras que se consumen en el Valle. Y del Cauca llegan el 7% de los tubérculos y el 5% de las frutas.
“Este año hubo factores como el bloqueo de la vía Panamericana, que evidentemente tuvo repercusiones en los precios de las plazas mayoristas en el Valle del Cauca, toda vez que fueron muchísimos días y productos tan críticos como las frutas, la leche, la papa, y algunos otros, que se vieron afectados en su movilidad”, explica Jorge Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC).
Además de la ‘minga’ en el sur, al Valle también le terminó afectando indirectamente el cierre de la Vía al Llano en el oriente del país, según estima Julio Escobar, analista económico del Banco de la República. Esta carretera estuvo bloqueada por derrumbes y deslizamientos por más de tres meses, hasta finales de septiembre.
“Otra cosa que nos ha afectado bastante es lo del cierre de la carretera a Villavicencio. Como los Llanos no estaban ofreciendo comida a Bogotá, se dispararon los precios en la capital, los alimentos de acá (sur) se fueron hacia allá, y nosotros nos quedamos con déficit. Eso incrementó los precios”, afirma Escobar.
Esa percepción la comparte Bedoya, el ejecutivo de la SAC. “El cierre de la vía al Llano, si bien pudo haber más afectado más a Bogotá, también tuvo repercusión en el resto del país, toda vez que Bogotá es el principal mercado en alimentos”.
El dólar en los alimentos
Para los analistas, sin duda, el ‘Factor Dólar’ también ha sido clave en la variación de los precios de los alimentos. En los últimos doce meses, la divisa estadounidense se ha encarecido en Colombia unos $500, generando una devaluación de 16,4% en el peso.
“Para producir, muchos de los agricultores utilizan insumos agrícolas importados, como la urea, que es muy necesaria, y que se ha incrementado en precios con el alza del dólar. Eso se ve trasladado al precio de venta”, dice Zamora, de Corpovalle.
El impacto del alza del dólar es mayor para ciertos sectores, como el pecuario, explica Bedoya.
“Para muchos sectores de la producción como el caso del sector pecuario: pollo, huevo, cerdo, donde el Valle del Cauca juega un papel importante en el concierto nacional, el 75% de los costos de producción en promedio son de materias primas importadas, como el maíz amarillo, el frijol soya y la pasta de soya”, señala el directivo de la SAC.
‘Juego’ de precios
Finalmente, parece ser que los ‘accidentes’ mencionados en el calendario agrícola también pudieron haber sido aprovechados en algunos casos para que los comercializadores ‘jugaran’ con los precios.
“En algunos casos se han aprovechado las plazas mayoristas del ruido que han generado aspectos como el incremento en la tasa de cambio o el cierre de vías. En el caso de la Panamericana, empezó a subir de manera importante el precio de los alimentos en Cavasa, habían productos que no estaban llegando pero habían otros que sí, y seguramente los comercializadores se hicieron su agosto con esa situación y subieron los precios”, apunta Bedoya.
Además, para Óliver Medina, jefe de precios de la Central de Abastecimiento del Valle, Cavasa, este año pudo ocurrir una “nivelación de precios” en Cali para acercarse a los valores de la capital.
“En el Valle también se puede estar dando una nivelación en los precios porque nosotros somos de las centrales más económicas. La tendencia nuestra es a tener los precios de Bogotá, de Medellín, de Barranquilla. Cali estaba mucho más barata, entonces ha habido una nivelación”, afirma.
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