La economía informal será una aliada estratégica para contribuir en la reactivación de la economía de Cali en medio de la pandemia por covid-19, por lo que toma relevancia la puesta en marcha de estrategias que generen cierto orden en este sector.
Esa es una de las conclusiones a las que llegó el Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Icesi, Polis, en su más reciente informe ‘Vendedores Informales y las dificultades que enfrentan en la post-pandemia’, en el que se desveló que en la ciudad habría un aproximado de 10.200 vendedores ambulantes, quienes se sitúan mayoritariamente en el centro -donde tienen sus puestos de trabajo 5000 vendedores- y la galería Santa Elena.
Valeria Trofimoff, coordinadora de Polis, señaló que el panorama de la informalidad podría acentuarse en la ciudad, teniendo en cuenta que durante este año ya se ha elevado la tasa del desempleo hasta situarla en el 23%, según los más recientes datos aportados por el Dane.
“La economía informal es un grupo poblacional importante en la ciudad, pues suma cerca del 50 %. Con el incremento del desempleo habrá personas que no podrán ser absorbidas por el mercado laboral formal y deberán recurrir a la informalidad para generar ingresos. Usualmente el Gobierno ha tomado la postura de ‘tenemos que formalizar a los informales’, pero ese discurso no es aplicable para todo el mundo porque las condiciones laborales no se prestan para ello. La informalidad tiene que aceptarse como una cotidianidad, se debe respetar el derecho al trabajo y el Gobierno debe organizar este sector”, afirmó la analista.
No obstante, para generar un mayor impacto entre esta población será necesario recurrir a políticas públicas que si bien ya fueron aprobadas por el Concejo Municipal durante años anteriores, aún están pendientes por implementarse en la ciudad.
Tal es el caso de la política pública de espacio público, que fue aprobada por el Cabildo en 2017 y consignó entre sus metas una caracterización de los vendedores informales de la ciudad que debía realizarse seis meses después de su aprobación, pero tres años después el proceso sigue inconcluso.
Para Trofimoff es imperante que se realice una caracterización consistente y fidedigna de quienes se dedican a las ventas informales en la ciudad, en aras de dar pasos importantes hacia una solución a las condiciones en las que labora esta población.
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“En el cordón sanitario del centro se debió concertar entre la Administración y comerciantes; ese es un buen inicio que hay que aprovechar para conocer las necesidades de esta población, para conocer el problema, saber cómo intervenirlo, cómo focalizar los recursos y hacer más eficiente la gestión para mejorar la calidad de vida de los vendedores”, dijo Trofimoff.
A esta situación, añadió la Coordinadora de Polis, se debería sumar una estrategia de base que ayude a generar inclusión financiera entre los comerciantes informales, quienes hoy tienen dificultades para acceder a procesos de bancarización y crédito.
“En esta época de crisis la fuente más asequible para los vendedores son los ‘gota gota’, que es una estructura que solo pide la fotocopia de la cédula y el pago del dinero con intereses de usura. La banca de las oportunidades es algo indispensable para esta población que necesita liquidez y si se quiere mejorar sus condiciones, con tasas mucho más favorables y sin riesgos de violencia, hay que facilitarles el financiamiento desde el Municipio”, manifestó la analista.
Y es que la pandemia ha tenido un impacto mayúsculo en los ingresos que dejaron de percibir los comerciantes informales durante el aislamiento preventivo obligatorio implementado para prevenir el contagio de covid-19.
Según registros de Polis, que durante diciembre del año pasado realizó una encuesta a vendedores informales del centro, las ventas y ganancias mensuales de los comerciantes ascendían, en promedio, a $2.1 millones y $650.000, respectivamente. “Si bien durante época decembrina el comercio se ve favorecido, estas cifras indican que los vendedores informales dejaron de percibir durante la cuarentena obligatoria alrededor de $ 1.5 millones”, reza el informe de Polis.
Para Jimmy Núñez, presidente del Sindicato de Vendedores Informales y Estacionarios, es necesario completar la caracterización de esta población para revisar las condiciones de vulnerabilidad de los trabajadores, pues hay quienes son adultos mayores, madres cabeza de familia o tienen alguna condición de discapacidad o enfermedad de base.
El gremio necesita una mejor regulación. Una apuesta seria y que estamos proponiendo desde las organizaciones es que, desde las entidades territoriales, se genere capital semilla, una renta básica y unos préstamos que no nos vayan a endeudar para poder reactivarnos, pues las ventas han estado caídas en un 60 %”, apuntó Núñez.
Ante esto, la Secretaría de Seguridad y Justicia señaló que junto con la Universidad del Valle se realizará el censo de vendedores informales de la ciudad para empezar a diseñar estrategias de organización, teniendo en cuenta su actividad económica.
Para dicho proceso esa cartera destinaría $1350 millones, con aproximadamente 20.000 vendedores.
De otra parte, el secretario de Desarrollo Económico, Argemiro Cortés, indicó que dentro de los planes de la Administración Municipal está la creación de un ‘Fondo de Oportunidades’ que permita contar con recursos para la entrega de capital semilla o créditos a bajo costo a los trabajadores informales y emprendimientos populares. Esto, con el ánimo de aminorar la problemática de los créditos ‘gota gota’.
“Con esto podremos atraer recursos nacionales e internacionales para capital semilla que ayude a microempresarios. También contaremos conformación financiera para evitar deudas y fomentar la inversión”, afirmó.
Este es uno de los proyectos relevantes dentro del actual plan de desarrollo y para el que, inicialmente, se destinarían $18.000 millones.