Tal vez algunos recuerden el caso de alias Tai, un joven de 16 años vinculado, al parecer, a más de 20 homicidios, líder de la pandilla Los Maniceros (que operaba en el oriente de Cali) y quien fue detenido a finales de enero. Pero en ese momento también llamó la atención que desde los 13 años ya participaba en la disputa por el control del microtráfico en la zona.
Sin embargo, este no es el caso más reciente que involucre a menores en la comisión de delitos, pues tan solo hace tres días fue aprehendido un menor de 17 años que había agredido con arma blanca a un guarda de tránsito, luego de que este le solicitara la documentación de una motocicleta sobre la vía al mar.
Y es que de acuerdo con cifras de la Unidad de Infancia y Adolescencia de la Fiscalía General de la Nación, un total de 38 menores han sido detenidos hasta la fecha, con corte al pasado 4 de febrero.
Los delitos por los que más aprehendieron a adolescentes fueron por hurto a personas y todo lo relacionado con porte de estupefacientes y armas (ver gráfico). En cambio, el homicidio permanece como uno de los más bajos; incluso, a lo largo de todo el 2019, año en el que hubo 588 capturas, solo 11 fueron por dicho delito.
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Pero aunque los datos de este año impliquen una reducción de 44 casos respecto al mismo periodo del 2019, preocupa que la mayoría de los homicidios de Cali se concentren en jóvenes y adolescentes.
De acuerdo con el Observatorio de Seguridad de Cali, de las 1114 muertes violentas del 2019, el 50 % fue en hombres entre los 14 y 28 años. Y la tendencia continuó en enero pasado, pues de los 91 casos, 55 involucraron a jóvenes entre esos rangos de edad.
“Junto con la Alcaldía, estamos apostando por un componente social que haga frente a la deserción escolar. Es por eso que en el primer día de clases de los colegios oficiales (el pasado 27 de enero), llevamos a cabo programas de prevención para que no sean vulnerados por el consumo de sustancias psicoactivas y también fortalecer la cultura de la legalidad”, afirmó el general Manuel Antonio Vásquez, comandante de la Policía de Cali.
De hecho, el lunes pasado se hizo un llamado a la Administración desde el Concejo de Cali, en donde varios cabildantes afirmaron que pese a que en la matrícula oficial solo figuran más de 120.000 niños en los colegios oficiales, hay una deserción de 50.000 menores, lo que puede dar pie para que algunos sean instrumentalizados por grupos delincuenciales de la ciudad.
Esto se debe a que las sanciones para los menores asociados con algún delito no son tan graves como los de un adulto. De acuerdo con el Artículo 187 de la Ley de Infancia y Adolescencia, los menores entre los 14 y 17 años solo podrán pagar entre uno y cinco años en un Centro de Atención Especializada en caso de que fueran hallados culpables. Y entre dos y ocho años, si han sido responsables de homicidios, extorsión o delitos sexuales.
Para Adalberto Sánchez, director del Instituto Cisalva de la Universidad del Valle (que estudia la prevención de la violencia en Cali), “algunos menores se vuelven ‘exitosos’ en el crimen y dejan de ser parte de ese grupo que es instrumentalizado para integrar el otro, que es el de obtener ganancias económicas por medio del crimen”.
Agregó que “la Administración actual no puede dejar de lado las actividades de la anterior, pues garantizar a los jóvenes sus derechos al estudio básico y superior, y también enseñarles sus deberes, es algo fundamental para que no caigan en el crimen. Se trata de realizar programas con las familias y no concentrarse solo en los individuos; con esto se lograría una retroalimentación muy significativa”.
¿Qué hay detrás de las investigaciones a menores?
“Para nadie es un secreto que los grupos delincuenciales instrumentalizan menores. Pero si no hay un material probatorio contundente que dé cuenta de ese hecho, uno queda maniatado”, explicó un miembro de la Dirección de Investigación Criminal e Interpol, Dijín.
De acuerdo con el agente, en la mayoría de los interrogatorios con menores detenidos, estos no revelan al adulto que lo utilizó. “Recuerdo un caso de ocho años atrás, en el que un menor ya detenido por sicariato no supo determinar quién había sido su contratante y este había sido lo suficientemente listo para hacerle la oferta en un lugar oculto. Es en ese tipo de situaciones en las que no se puede demostrar la utilización de menores en la comisión de delitos”, aseveró.
A su vez, una investigadora de la Unidad de Infancia y Adolescencia de la Fiscalía-Seccional Cali señaló que “en cuanto a los procesos que nos han llegado de menores que los han ligado a grupos armados contra su voluntad, pesa más su condición de víctima frente al conflicto que vive el país, por lo que pedimos al juez que lo exonere del delito de rebelión”.
Por otro lado, la fiscal opinó que “la justicia es blanda con los menores que, una vez cumplan 18 años en un Centro de Atención Especializada, no permite que terminen su condena en una prisión para adultos, así hayan cometido el delito cuando no lo eran. Eso sería muy positivo para que se reduzca la delincuencia en menores, pero eso ya es un criterio personal que no es realizable, según la Ley y una sentencia de la Corte Constitucional”.