Los hogares colombianos perdieron el año pasado por ingresos laborales $31 billones, de acuerdo con los cálculos de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras, Anif. Esto por cuenta de la pérdida generalizada de empleo.
Este fue uno de los factores que impactó en el resultado de la economía en 2020, que decreció 6,8%. La información del Dane, que mide el consumo final de los hogares tomando en cuenta los productos nuevos que compran las familias, indica que este consumo bajó 5,8% el año pasado, en 2019 había crecido 3,9%.
Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, explicó que el consumo de hogares es clave para la recuperación de la economía, pues este representa el 68% del PIB (Producto Interno Bruto), por lo tanto, cuando este se reduce se genera una situación crítica, tal como pasó el año pasado. Es decir, a la economía le convienen hogares con ingresos y dispuestos a gastar más allá de lo que necesitan.
Pero ¿cómo hacerlo en un contexto de crisis como el actual? Los más afectados por el lento crecimiento económico que dejó la pandemia del covid fueron las personas de ingresos medios y bajos.
Por ejemplo, Janeth Álvarez es madre cabeza de hogar y prácticamente no ha tenido un empleo formal en largo tiempo, situación que se agudizó el año pasado. “Presto servicios de contaduría, tengo un hijo y los ingresos que logro son para lo básico, arrendamiento y comida, muy poco de entretenimiento o de compras extras como vestuario”, comentó.
Ella dice que le serviría mucho tener un trabajo formal con mejor remuneración o que su hijo, que no ha podido ingresar la universidad, consiga un empleo temporal.
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Las compras en tiendas de barrio en Cali crecieron 7,62% en el 2020; en cadenas de supermercados, 5,6% y se redujeron 14,2% en los centros comerciales de la ciudad.
Otro caso es el de Martha Isabel Correa cuyo hogar está conformado por tres personas, ella, su esposo y su hijo de 6 años. “Yo no tengo empleo, afortunadamente mi esposo mantuvo su trabajo y los ingresos se han sostenido. Eso nos da para los gastos básicos e incluso para ayudar a parte de la familia, pero la verdad muy poco para entretenimiento”, comentó la joven que vive en el barrio Ciudad del Campo.
Ellas de alguna manera han tenido algunos ingresos y mantenido un gasto mínimo, pero una gran parte de los colombianos y caleños no han tenido la misma suerte.
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Según el Departamento de Prosperidad Social cerca de 3 millones de las personas más pobres del país han recibido subsidios por $4,4 billones, en el último año. Los recursos seguirán entregándose hasta junio del 2021 y ya se estudia la posibilidad de que se extiendan todo el año, lo que ayudaría a las familias a tener algunos ingresos.
Empujar el gasto
Para Luis Fernando Mejía reactivar el consumo dependerá de tres elementos básicos: recuperar el mercado laboral (el país terminó con 3,3 millones de desocupados y Cali con 265.000); avanzar en el programa de vacunación y que no se implementen nuevas medidas restrictivas. “Enero prácticamente se perdió y eso es una mala noticia que deteriora la confianza que es clave para el consumo de las familias”.
Aseguró que el Gobierno debe adoptar medidas complementarias a las que ya ha tomado, como mantener el Programa de Apoyo al Empleo Formal (Paef), que es un subsidio a la nómina que recibirán las empresas hasta el mes de marzo, y ejecutar los planes de infraestructura que viene anunciando hace tiempo.
La compañía Raddar, especializada en temas de consumo, estima que el gasto de los hogares en las cuentas nacionales, como lo mide el Dane, se podría recuperar 3,5% en este 2021 y con la metodología que usa la firma (toma en cuenta compra de productos nuevos y usados) un 4,2%.
“Esto sería alentador pero depende de muchas cosas, que se recupere el empleo, que haya mayores posibilidades de acceder al crédito, lo que no pasará tan fácilmente porque los bancos no van a tomar tantos riesgos, y que los hogares recuperen su bienestar y empiecen a comprar más lo que quieren y no tanto lo que necesitan”, comentó Camilo Herrera, director de Raddar.
Agregó que muchos creen que la economía nacional crecerá este año de forma natural porque en 2020 hubo una fuerte caída, “pero no es tanto así, a la economía hay que hacerla crecer, es decir hay que reactivar el gasto”.
Según Raddar, el consumo en moda, que cayó el año pasado, podría tener un impulso en 2021 si se ofrece a la gente innovación y se solucionan problemas prácticos del consumidor.
También proyectan repunte de la categoría de entretenimiento, aunque no sería un despegue muy fuerte porque aún hay limitaciones de actividades como conciertos, teatros, cine, discotecas. “Esperamos que haya un especial repunte en la venta de carros, motos y bicicletas, nuevos y usados porque la gente está buscando modos diferentes de transportarse. También crecerá artículos de tecnología y conectividad, dado que las personas seguirán en trabajo remoto”, comentó el analista.
¿Qué paso en Cali?
El año pasado los hogares caleños gastaron $55,56 billones, lo que generó un crecimiento real de 2,64% frente al 2019. Según Raddar, se cerró con valores positivos después de varios meses con decrecimientos, “los bienes y servicios más afectados por la pandemia han sido los semidurables y durables, siendo los alimentos lo más comprado durante el año 2020”.
Asimismo, se fortaleció la compra en canales como tiendas de barrio y grandes cadenas, mientras se reportaron reducciones en los centros comerciales.
La ciudad ha sido muy sensible a las restricciones impuestas para controlar la pandemia y cuando estas se instauran, el gasto inmediatamente se reduce. Así quedó demostrado en enero pasado cuando el gasto de la ciudad bajó 1,4%.
Un factor que puede ser diferencial en Cali y el departamento este año es el de las remesas, que son los recursos que les llegan a la familias del exterior.
Julio César Alonso, director del Centro de Investigación en Economía y Finanzas, Cienfi, explicó que estos giros son una fuente súper importante de ingresos para los hogares vallecaucanos. “Han permitido que el nivel de consumo en nuestra región no cayera tanto como en otras regiones que no tienen esta fuente de ingresos. Nuestros cálculos demuestran que ya en junio del 2020 el monto de las remesas estaba en los niveles acostumbrados antes de la pandemia”, explicó.
Según el Banco de la República, hasta septiembre llegaron a la región giros por US$1.230 millones y a diciembre podrían haber superado los US$1.600 millones, una cifra cercana a las exportaciones del departamento.
Para Alonso, las remesas ha sido una fuente de estabilidad en este periodo de pandemia. “Estas han actuado como una malla de seguridad que ha permitido que el impacto de la pandemia no fuese tan grande y permiten que el nivel de consumo de los hogares se mantenga y generen en esa demanda interna una fuente para la recuperación del nivel de actividad económica”, reiteró.