“Cali debe seguir en el diálogo para que nuestra ciudad evolucione. Esto también requiere que de nuestra parte avancemos en la transformación de Cali en Distrito Especial para profundizar la democracia, crear un instituto para la educación de jóvenes en el oriente y reducir la deserción escolar”.
De acuerdo con el alcalde Jorge Iván Ospina, esta fue una de las lecciones más importantes que dejaron las jornadas de protesta del martes 20 de julio, que las autoridades calificaron un 95 % positivas.
“Las grandes mayorías se manifestaron de manera pacífica, pero caída la tarde un grupo de 40, 50 desadaptados tenían la intención de adelantar actos vandálicos (presuntamente quemar negocios del centro, según información de inteligencia). Esto demandó la acción del Esmad en la Loma de la Cruz, lo que nos parece desafortunado, pues la mayoría de las personas protestaban con responsabilidad”, aseveró.
La jornada, según informó la Policía Metropolitana, dejó 18 uniformados heridos: tres con arma de fuego, cuatro por explosiones y ocho por contusiones tras golpes con piedras, todos fuera de peligro, pero también hubo 12 personas civiles que fueron atendidas en la red hospitalaria por aspiración de gases lacrimógenos, dado que también se presentaron intentos de bloqueo en Puerto Rellena y Paso del Comercio, lo que implicó la intervención de las autoridades.
Pero más allá del balance, ¿qué lecciones aprendió la capital vallecaucana que puede aplicar para futuras jornadas de protesta y evitar la violencia que se registró en las primeras semanas del paro?
Para Christian Garcés, representante a la Cámara por el Valle, es imperativa la coordinación de autoridad civil, ciudadanía y Fuerza Pública para “que la delincuencia no vuelva a aprovecharse de la movilización social para desestabilizar la ciudad atacando a la Policía o destruyendo los bienes públicos y privados”.
Una opinión similar tuvo Gustavo Orozco, representante del Grupo Objetivo Cero y máster en seguridad, quien destacó que la Fuerza Pública se puede usar de manera inteligente y preventiva, “un despliegue que debió hacerse hace dos meses”.
“Se demostró que estas acciones no son sinónimo de violencia y disparos. Sin embargo, algo que no puede hacer la Alcaldía es adoptar el negacionismo de decir que no había bloqueos, como sí lo comprobé tras un recorrido en Ciudad Jardín, Calipso, Paso del Comercio y el Puente de los Mil Días”, opinó Orozco.
A su vez, la concejala Diana Rojas: “Hubo una mejor preparación por parte de las autoridades, que demostró que los bloqueos eran evitables y que se podía mantener el orden público. Es importante también señalar que las expresiones de la protesta fueron mayoritariamente pacíficas y solo unos pocos hicieron uso de la violencia”.
Rojas señaló que, pese a lo ocurrido en la Loma, la situación del martes reafirma la necesidad de que las marchas sean pacíficas mientras las autoridades hacen presencia en todo el territorio, incluso con actividades de la institucionalidad, como los actos culturales y artísticos que se realizaron en Puerto Madera, Puerto Rellena, entre otros.
En cambio, Elmer Montaña, coordinador del grupo Control Cívico Colombia, anotó que fue bastante positivo que “Ospina permitiera la realización de las marchas y no cediera a las presiones que pedían que las impidieran”, pero negativo en el hecho de que el Esmad disolviera las concentraciones de la Loma de la Cruz.
“Yo estuve en la Loma, con mis hijos y vecinos, y si bien vimos cómo algunos jóvenes respondieron con violencia a la violencia de las autoridades, lo que está mal, el mensaje que envía esa intervención fue para disolver la manifestación y evitar que esta continuará”, indicó el abogado penalista.
Por consiguiente, opinó que “los primeros controles debería hacerlo el Policía uniformado, no el Esmad. Se debe trabajar bastante para que las personas perciban a la Policía como un mecanismo que garantiza la protesta pacífica y está ahí para proteger los manifestantes, al igual que como vimos cuando se hizo un acompañamiento durante la marcha y no hubo complicaciones”.
Por su parte, Michelle Obando, líder cívica del paro, aseveró que las recientes protestas deben mirar hacia la transformación política y social.
“Hay que seguir en el trabajo comunitario de barrio adentro y fortalecer el tema pedagógico para que las exigencias se vean reflejadas en un acontecer político de las elecciones del 2022, pues ahora hay unos vacíos sociales que no han sido garantizados”, expresó Obando.