A tres semanas de celebrarse las elecciones de los Consejos Municipales y Locales de Juventud, CMJ, el consejero presidencial para las Juventudes, Juan Sebastián Arango, explica cómo van los preparativos para los inéditos comicios, que tendrán lugar el próximo domingo 5 de diciembre en todos los municipios del país.
¿Cómo ha sido la participación de los jóvenes en la campaña para las elecciones de los CMJ?
Los jóvenes de Colombia respondieron al llamado. Tenemos más de 41.000 candidatos inscritos y listas en todos los municipios, 7900. Aquí lo que se ha demostrado es que los jóvenes sí quieren participar, ser parte de las decisiones que les interesan e incidir en lo público.
¿Qué está haciendo el Gobierno para promover la participación de los jóvenes en estas elecciones?
Somos el Gobierno que ha construido la política pública de juventud más robusta en Colombia, no solo desde el Plan Nacional de Desarrollo, sino también atendiendo a los llamados de acción de los jóvenes. Creamos el programa de empleabilidad más grande que se haya hecho, como es Sacúdete, e instalamos la plataforma nacional de juventudes, que reúne a mil municipios, un esfuerzo que se demoró 24 años en ser realidad. Y eso se complementa con los Consejos, once millones de jóvenes están habilitados para votar en las primeras elecciones de Latinoamérica y el Caribe, en las cuales los chicos de entre 14 y 28 años elegirán directamente su representación.
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¿Qué atribuciones tendrán los consejeros electos frente a las políticas públicas juveniles?
Los consejeros de juventud tienen tres funciones principales: primero, incidir en la construcción de la política pública y de juventudes; segundo, ser interlocutores válidos entre la juventud y las entidades públicas, tanto a nivel territorial como nacional; y tercera, para mí la más importante, hacer veeduría para que a los planes de los jóvenes realmente se les inviertan los recursos que se prometen y de manera adecuada.
¿Qué está haciendo el Gobierno Nacional para ganarse la confianza de los jóvenes colombianos?
Hay que reconocer dos momentos: la Conversación Nacional, en noviembre de 2019, y el Pacto Colombia con las juventudes, en abril de 2021, en el cual todo el Gobierno, encabezado por el Presidente, nos fuimos a los territorios, los ministros estuvieron encargados de algunos departamentos y, junto con viceministros y directores de entidades, hicimos más de 500 mesas de trabajo con la participación de más de 15.000 jóvenes.
El resultado de ese esfuerzo es claro: primero, unos anuncios concretos que hicimos en la educación pública gratuita, apertura de más cupos en el Sena, de jóvenes propietarios y la construcción del Conpes de Juventud 4040, que invertirá en los próximos diez años $33,5 billones en ese sector. Es una inversión que nos va a permitir llegar con oferta y recursos a los territorios que más lo necesiten.
Aparte de los Consejos, ¿qué otros espacios está implementando la Consejería para que los jóvenes puedan ser escuchados?
Colombia tiene una Ley Estatutaria de Jóvenes que nos permite afrontar los retos que tenemos, no solo por contextos nacionales y coyunturales, sino también históricos y globales, en medio de una cuarta revolución industrial. Ese estatuto de ciudadanía juvenil comprende diferentes mecanismos de participación, las plataformas de juventud, los Consejos de Juventud, las asambleas y las comisiones de concertación. Es compromiso del Gobierno Duque dejar en funcionamiento todo el Sistema Nacional de Juventudes, que era una deuda que se tenía con los jóvenes de Colombia desde 2013.
“Yo aspiro a que en estos consejeros de juventud estén los próximos senadores, representantes a la Cámara, alcaldes, ministros y presidentes”.
¿Cómo se garantizará que a los próximos consejeros les sean aprobados sus proyectos?
Ahí tenemos dos grandes responsabilidades, una como institucionalidad, y en eso la Procuraduría y la Contraloría, nos han dicho ‘ojo con lo que los jóvenes opinan, este mundo cambió y las opiniones de ellos tienen que incidir realmente en la toma de decisiones’, y el segundo es el deber que tienen los jóvenes. La mejor manera de que estos consejeros tengan una legitimidad poderosa ante las autoridades es que todos salgan a votar. El Estatuto de Ciudadanía Juvenil reglamenta que el Presidente tiene que reunirse mínimo una vez al año con los consejeros, al igual que el Congreso, alcaldes, gobernadores, concejos y asambleas. Pero ellos mismos se darán su reglamento, construyendo los mecanismos jurídicos.
Pero pareciera que los consejeros de juventud van a tener más voz que voto. ¿Será así?
No creo eso. Estoy seguro de que los consejeros van a cambiar la democracia en Colombia y la forma de participar en lo público. Estamos inaugurando un nuevo concepto que es la ciudadanía juvenil, personas desde los 14 años votando. Es una gran oportunidad para el país, primero en términos de renovar las ideas de lo público, pero también en cultura democrática. Además, estas son las primeras elecciones en Colombia paritarias, hay 21.000 candidatas y 20.000 candidatos y todas las listas son cerradas, con cremallera y en alternancia.
¿Se garantizará que estos cargos no serán para los partidos políticos que presentan a los chicos?
La misma práctica lo ha demostrado, antes los jóvenes eran los que se tenían en las campañas para pegar afiches, llevar refrigerios y atender la puerta. Hoy los protagonistas de la política son ellos. Uno ve a congresistas, concejales, diputados y miembros de partidos acompañando a los jóvenes. Necesitamos liderazgos que tengan experiencia e ideas nuevas, y con este mecanismo los jóvenes van a adquirir ambas cosas.
Los jóvenes dicen que se les estigmatiza al protestar. ¿Cuál es la posición de la Consejería?
Este Gobierno ha respetado la manifestación pacífica y hemos abierto canales de comunicación para entender esos malestares y las propuestas de los que se manifiestan. En eso hemos sido contundentes: hicimos el Pacto Colombia por las Juventudes, el ejercicio de participación democrática más importante para la construcción de soluciones que se ha hecho en el país con ellos.
Participaron 15.000 jóvenes de los 32 departamentos. Tengo que ser sincero, participaron jóvenes que marchan, pero también otros que no; jóvenes sin capucha de los autodenominados Primera Línea, pero también jóvenes emprendedores que se vieron afectados por los bloqueos.
Tenemos que ayudar a nuestros jóvenes a transitar de conversaciones sinceras a conversaciones constructivas, eso lo hacemos si entendemos que las opiniones de las personas no son brechas que nos dividen como sociedad, sino puentes que nos permiten construir una conversación.
Hemos dado todas las garantías a la manifestación pacífica, pero también todo el respeto y admiración a nuestra Fuerza Pública.