La aprobación por parte del Senado de la República del proyecto de ley que reduce la jornada laboral en Colombia de 48 horas a la semana a 40, prendió las alarmas entre el sector productivo del país.
La iniciativa liderada por el Centro Democrático debe pasar aún por la Cámara de Representantes para convertirse en ley, por eso gremios e incluso el Ministerio de Hacienda están pidiendo que no se dé el respaldo.
Juan Pablo Zárate, viceministro Técnico de Hacienda, afirmó en una carta enviada al Congreso que al reducir las horas de trabajo, “se generarían efectos negativos sobre la tasa de desempleo nacional, que en este momento es alta y se ubica por encima de 15%” y también se afectaría la producción del país.
Sin embargo, en defensa de la iniciativa el exsenador Álvaro Uribe Vélez, dijo que la norma beneficiaría a los trabajadores y la reactivación del empleo.
“La reducción en la jornada laboral entraría gradualmente y puede crear una mejor conciencia en la relación de empleadores y trabajadores para crear productividad y reducir el ausentismo”, dijo.
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Agregó que reducir la jornada puede generar un gran aumento de productividad por la vía de ponerle más cuidado a la producción por horas y ser menos permisivos en materia de ausentismo e incapacidades.
¿Qué dicen los empresarios?
En países como Estados Unidos y Canadá se trabaja en promedio 40 horas y el Latinoamérica hay diversas jornadas que van entre 44 y 48 horas a la semana.
Yitcy Becerra, directora de Acopi Valle, considera que es “muy pobre” la justificación del proyecto y que este desconoce por completo la estructura empresarial que tiene Colombia, “es absolutamente desafortunado que nos compare con jornadas laborales de Canadá, Estados Unidos, y de países de la Unión Europea, pero dejan por fuera la misma tabla de la Ocde que muestra que los asiáticos tienen jornadas más extensas que la nuestra”.
Agregó que los países que han hecho la reducción de jornada laboral, han tenido un buen ambiente de negocios, “pero nosotros no lo tenemos”.
Gustavo Muñoz, director del Grupo Multisectorial, dijo que “rechazamos de plano el proyecto en un momento de crisis económica y de salud. No es coherente, el objetivo loable, que tiene la iniciativa de que las personas tengan más tiempo para pasar con su familia, en medio de una crisis con el 15% de desempleo. Habrá menos empleo y menos ingresos”.
Agregó que con una jornada más corta las empresas tendrán que invertir más en productividad y “muy pocas tienen la capacidad de automatizar y si esto se hace se reducirá el empleo. Hay que recuperar los indicadores económicos, estamos en línea de reactivación y esta medida no ayuda para nada en el objetivo en que estamos metidos todos”, dijo el directivo.
De igual forma, Yitcy Becerra comentó que esta ley puede llevar a que los empresarios mejoren y aumenten la automatización de las compañías, de manera que la carga laboral sea menos intensiva y eso aumentaría el desempleo. “Es inconveniente y nos parece una actitud desconsiderada del Congreso de la República”.
A la polémica se unió el sector turístico. Según Paula Cortés Calle, presidente de Anato, la iniciativa no es consecuente con la realidad actual y va en contra de la recuperación que se busca después de la recaída que ha tenido todo el país.
“El sector en estos momentos no está preparado para este tipo de medidas, se debe buscar una reforma laboral estructural con relación sana entre trabajador y empresario con mayor productividad y beneficios para ambos”, agregó la dirigente gremial.
La gran mayoría de los trabajadores del sector turismo trabajan las 48 horas de la semana, si este proyecto prospera, los empleadores tendrían que incurrir en mayores gastos para suplir esos espacios laborales, recursos con los que actualmente no se cuentan, agregó la presidente de Anato.
A propósito
El proyecto de reducción de la jornada laboral no toca el salario mínimo, es decir, de pasar la iniciativa en el Congreso de la República, los trabajadores seguirían devengando el mismo salario y trabajarían menos horas.
Según datos del Dane, entre enero y octubre de 2020 la proporción de colombianos ocupados que recibían como ganancias y salarios laborales el mínimo era de 63,8%. Para el mismo periodo del año pasado la proporción de trabajadores que tenía esa remuneración fue de 60,8%.
Asimismo, de acuerdo con datos de Anif, entre marzo y octubre, los hogares colombianos han perdido ingresos por $27.9 billones, , aproximadamente 3% del PIB.