La invasión del espacio público sigue dando de qué hablar, muestra de ellos fue lo sucedido el pasado sábado 1 de abril, día en el que se presentó un incendio estructural en el centro comercial Calimío 2, al que los bomberos llegaron un poco retrasados por las dificultades de acceso al sector.
“La ocupación del espacio público no permitió el tránsito de la maquinaria que usan los bomberos y por eso se demoraron como 30 minutos en llegar a atender la emergencia. Gracias a Dios no se perdieron vidas, pero eso demuestra que esta situación hace que existan muchas dificultades para salvaguardar las vidas de los caleños en el sector”, manifestó el concejal Juan Martin Bravo.
De acuerdo con el cabildante, afortunadamente esta situación ocurrió en una época de poca afluencia en el centro de la ciudad porque, de haber sido en diciembre, el panorama podría haber sido mucho peor.
“El espacio público de la ciudad debe ordenarse y el que quiera usarlo debe pagar. Se debe hacer valer lo que antes se conocía como ‘El Lobo’ -personal que controlaba el espacio público- la gente dirá que pobrecitos los vendedores ambulantes, pero no es así porque incluso hay mafias donde los vendedores pagan por el espacio público. Esta población se debe reubicar en sitios donde no afecten”, añadió Bravo.
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Además, luego de haber ocurrido el incendio el pasado sábado se viralizaron algunos comentarios que manifestaban que también se tuvo dificultad con los hidrantes presentes en el centro, debido a que presuntamente estarían en mal estado.
El Comandante de Incidentes de Bomberos de Cali, Rafael Palomino, manifestó que no es cierto que se hayan demorado alrededor de 30 minutos para llegar al sitio de la emergencia, pero reconoció que hubo dificultades para acceder al sitio.
“Obviamente tuvimos problemas para llegar de una forma más efectiva, pero la misma comunidad al ver esa situación nos ayudó a abrir paso para llegar al centro comercial Calimío 2. Es un tema que se puede mejorar, creo que las autoridades deberían de llegar a un acuerdo con este tipo de comerciantes para facilitar la atención de las emergencias”, comentó Palomino.
El comandante manifestó que, de haber llegado más pronto, se podría haber controlado el incendio más rápido, pero que afortunadamente se logró apagar la conflagración y solamente se afectaron el piso 5 y 6 de dicho edificio.
“En cuanto a la información de los hidrantes debemos decir que nosotros trabajamos con uno que había en la esquina y nos funcionó bien, incluso Emcali nos apoyó y hubo suficiente agua para poder atender el incendio”, expuso Palomino.
Al respecto, Juan David Ochoa, representante del Gremio de Comerciantes del Centro (Grecocentro), recalcó que la situación es crítica en unos puntos específicos del sector, por lo que es necesario una política pública que permita la regulación de la invasión al espacio público.
Según Grecocentro, la invasión al espacio público se ha incrementado y hace que la atención de emergencias (como incendios) sea más difícil para los Bomberos de Cali.
“Los que nosotros hemos visto es que la Calle 14, entre carreras 8 y 9, son los puntos más críticos; hemos visto que esto se ha desbordado por el intento de sobrevivir de los vendedores ambulantes, pero hemos estado trabajando en conjunto con ellos y la Alcaldía para que entiendan los peligros que esto genera en situaciones de emergencia”, puntualizó Ochoa.
El líder gremial indicó que han tenido estrategias para que los dueños de las ventas informales no tengan más de un puesto en el espacio público y que han pedido apoyo por parte de las autoridades, pero cada día crece más la ocupación.
¿De quién es la culpa?
Jimmy Núñez, presidente del Sindicato de Trabajadores de la Venta Informal Establecida de Cali, Sintraviecali, manifestó que le parece injusto que le estén echando la culpa a los cerca de 9000 vendedores informales del centro, ya que los problemas de accesibilidad tienen otras causales.
“En la Calle 14 entre carreras 8 y 9 son muy pocos. Algo que es grave es que, por ejemplo, en la Carrera 9 entre calles 15 y 13 hace muchos años fueron tapadas por las estaciones del MÍO, algo que fue un grave error porque anteriormente esa vía era vehicular y desde su construcción se ha afectado la movilidad y hasta los comercios del sector”, manifestó Núñez.
Hay un decreto de la Alcaldía que pretende cobrar por el uso del espacio público, pero este en principio no estaría dirigido para los vendedores ambulantes.
Desde Emcali manifestaron que en el centro de la ciudad, para el sector comprendido entre la Carrera 1, Carrera 10, entre Calle 5 y Calle 15 (Barrios La Merced, San Pedro y San Pascual) existen los hidrantes suficientes para poder atender emergencias, ya que se poseen 62 hidrantes.
“De esos, tenemos reportes de que 11 están en mal estado. Pero lo que ocurre con estos elementos es que hay unas zonas donde es muy difícil el acceso para mantenimiento por invasión del espacio público, también hay problemas de inseguridad y los hidrantes los desvalijan”, argumentó Lucierne Obonaga, subgerente de Agua Potable de Emcali.
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De acuerdo con la funcionaria, el arreglo de un hidrante en mal estado ronda los $ 15 millones, es decir que repararlos en su totalidad (los del centro) costaría cerca de $ 165 millones.
Por otra parte, la coordinadora operativa de la Subsecretaría de Inspección Vigilancia y Control de Cali, Yurani Flor, recordó que la Alcaldía en años pasados tenía la potestad de sacar del espacio público a los vendedores informales (con operativos a los que se conocía como ‘El Lobo’), pero desde la expedición del nuevo Código de Policía, ahora es la Policía la que tiene esa función.
“Nosotros como Alcaldía lo que hacemos es identificar la situación y dar el reporte al inspector de Policía, de hecho nosotros hemos hecho ya más de 400 reportes por ventas informales en el centro. Lo único que podemos hacer es tratar de acomodarlos y pedagogía para que entiendan las razones por las que no pueden estar ahí”, dijo Flor.
Por ejemplo, la funcionaria recalcó que han hecho hasta pilotos para que los vendedores que invaden el espacio público en las calles 13 y 15 se ubiquen en la berma, pero “ellos han visto que ahí no podrían tener los 3 o cuatro metros a los que están acostumbrados, entonces se niegan”.
A tener en cuenta
Según Cifras de Sintraviecali, en el centro hay alrededor de 9000 vendedores informales, pero este número puede aumentar a 11.000 en temporadas como diciembre.
Emcali dijo que en la ciudad hay alrededor de 3702 hidrantes, y desde 2020 hasta el 2022 se han revisado 265 de ellos.
La Secretaría de Seguridad de Cali informó que han hecho pilotos y reuniones con los vendedores informales que invaden el espacio público en el centro, pero que ha sido complejo la acomodación de esta población porque sienten que se les vulnera el derecho al trabajo.