En medio de la pandemia por Covid-19 y la llegada a cuentagotas de las vacunas al país, entre el Gobierno Nacional, autoridades de salud y líderes del sector farmacéutico se abrió la discusión en torno a qué tan viable es que esta industria avance en la producción de vacunas, labor que no se realiza en el país desde finales de la década de los 90.

El primero en abrir el debate fue el presidente de la República, Iván Duque, quien conminó a los laboratorios del país a trabajar en la producción de vacunas e incluso les propuso asociarse para desarrollar los biológicos, con el propósito de tener mayor independencia y agilizar procesos de inmunización frente a diversas enfermedades.

“Hoy una pandemia despierta al mundo y nos damos cuenta que tener la posibilidad de producir vacunas no es un tema de análisis de competitividad, sino casi que una necesidad de soberanía en términos de salud pública”, aseguró Duque.

El Mandatario hizo hincapié en que “Colombia tiene una muy buena capacidad de industria farmacéutica, pero para producir vacunas no es solamente tener capacidad instalada para producir medicamentos. Son capacidades instaladas muy distintas que ciertamente queremos fortalecer”.

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Y aunque Duque indicó que el desarrollo de dicha capacidad puede tardar tiempo, enfatizó en que esta es una medida que el Gobierno se plantea a mediano plazo ante la pandemia actual y eventuales eventos que generen escasez de vacunas a nivel mundial que limiten su importación.

El llamado de Duque ha sido secundado por algunos mandatarios locales, como la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, quien en las últimas jornadas ha resaltado que en el marco de la pandemia y en aras de agilizar la inmunización se hace imperante iniciar una producción nacional de biológicos.

En ese sentido, López indicó que ya inició el contacto con farmacéuticas internacionales para activar el proceso en la capital del país.

“Les presentamos a cuatro países y a tres compañías farmacéuticas una propuesta formal para instalar la capacidad de producir vacunas en Bogotá. Lo hicimos al gobierno británico y a AstraZeneca; al ruso, que produce Sputnik V; al chino, que produce Sinovac, y al norteamericano, que produce Johnson & Johnson”, señaló la Alcaldesa de Bogotá.

López indicó que ya ha dialogado con cuatro embajadores para buscar cooperación externa y concretar la intención. “El acuerdo apunta a dos cosas: para que Bogotá se sume a Argentina, a Brasil y a México, que están haciendo algo parecido, y en el corto plazo contribuir a incrementar la producción global de vacunas, y en el mediano plazo para que Bogotá y Colombia vuelvan a recuperar la capacidad de producir vacunas”, dijo.

Pero más allá del deseo, ¿qué tan viable es dejar importar vacunas y, en su lugar, materializar que la industria farmacéutica del país empiece a producir biológicos?

Para José Luis Méndez, presidente de la Asociación de Industrias Farmacéuticas en Colombia, Asinfar, la posibilidad de que esto se traduzca en realidad más que ser loable es una necesidad para acelerar el desarrollo del sector.

El dirigente gremial advirtió que las 25 empresas afiliadas a Asinfar están listas para participar en los escenarios en que sean convocadas para empezar con acciones colectivas y reales en dirección a producir biológicos.

“La industria farmacéutica del país es madura y hay casos en los que durante más de 60 o 100 años se han fabricado medicamentos genéricos de muy buena calidad y con muy buenos resultados para la población. Creemos que sí hay capacidades instaladas y una experiencia que se puede aportar al país para recuperar las capacidades de fabricación de vacunas”, aseguró Méndez.

Para el dirigente de Asinfar si bien hay altos conocimientos en la industria nacional se requiere una estabilidad jurídica para dar viabilidad a la producción e incentivos en inversión y tributos para materializar vacunas de alto nivel.

“En el país podríamos producir vacunas en una etapa final, es decir recibiendo el producto a granel y terminarlo de acondicionar con el llenado, envase y etiquetado; para el acondicionamiento de las plantas para ese proceso se requieren entre seis y ocho meses, además de una inversión que oscila entre 20 y 30 millones de dólares. Más adelante podríamos pensar en unas líneas de reproducción celular y llegar a la producción de la vacuna, pero esto requiere más de uno o dos años, además de la validación de los procesos por parte de las autoridades”, afirmó Méndez.

En todo caso, el directivo de Asinfar señaló que en las plantas de producción del país se podrían generar vacunas convencionales, basándose en la atenuación del virus pero no serían biológicos de última generación o de ARN mensajero.

Francia cooperaría en la producción

La propuesta del Gobierno Nacional en torno a que la industria farmacéutica colombiana desarrolle vacunas contra diversas enfermedades podría contar con apoyo de instancias internacionales.

De acuerdo con el presidente de la República, Iván Duque, este sería un proyecto a mediano plazo y, en una conversación que sostuvo la semana pasada con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, el mandatario francés le manifestó su intención de apoyar a Colombia por medio de la Agencia de Cooperación Francesa para que a futuro se puedan producir vacunas en territorio nacional.