Las imágenes de hordas de seguidores de Donald Trump irrumpiendo sin gran dificultad en el Capitolio de Estados Unidos, el pasado miércoles, asombraron al mundo, pero quizás lo que más sorprendió a muchos es que esto ocurriera en la primera potencia mundial, que se precia de ser la gran defensora de la democracia.
Y es que, precisamente, el ataque sin precedentes a la sede del Congreso del país norteamericano, fue visto como una herida a la democracia, que para algunos será difícil sanar.
“Es un momento muy delicado para la democracia norteamericana. Por primera vez en la historia reciente, un jefe de estado abiertamente se rehusó a aceptar los resultados de una elección confirmada por las cortes, los estados y el Colegio Electoral, e hizo llamadas a la violencia para lograr sus metas”, afirma el consultor internacional y ex diplomático estadounidense Lawrence Gumbiner.
Añade Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano, que “el poder del ejemplo” de la democracia estadounidense ante el mundo se ha debilitado. “Las imágenes del caos y violencia brutal en el Capitolio permanecerán por muchos años”.
También, Emilia Simison, candidata a doctora en Ciencia Política en Massachusetts Institute of Technology, cree que sí va a haber consecuencias “para como entienden los ciudadanos la democracia y la confianza en las instituciones”.
“El discurso confrontativo de Trump dio más lugar a ciertas actitudes violentas, que ahora están más legitimadas. La crisis puntual se resolvió, se llevó a cabo la votación, hubo una reacción muy rápida institucionalmente, pero las consecuencias van a darse más en términos de legitimidad y de la opinión pública”, agrega.
Lea también: Someter a Donald Trump a un juicio político es una "decisión del Congreso de EE. UU.": Biden
Sin embargo, el hecho de que las instituciones se hayan mantenido firmes, pese al empeño de Trump de deslegitimar las elecciones del pasado 3 de noviembre, es visto por los analistas como una manera de resistencia del sistema democrático.
“Afortunadamente, el país enfrentó exitosamente el reto y las instituciones críticas –la rama judicial, las oficiales electorales y el mismo Congreso– no siguieron al Presidente con sus llamadas no-constitucionales. Al fin y al cabo la Constitución de la República fue respetada”, dice Gumbiner.
El internacionalista Mauricio Jaramillo cree, de hecho, que la democracia de Estados salió fortalecida: “en primer lugar porque ese intento de que no se ratificara el triunfo de Joe Biden, básicamente, se abortó. En segundo lugar porque hubo un consenso inmediato de los principales líderes de ambos partidos políticos para condenar la actitud del presidente Trump, y eso habla bien de las instituciones”.
En ese mismo sentido, opina Leonardo Garay, doctor en Ciencia Política de la Universidad de París-Est, Marne-la-Vallée (Francia), que no son tan evidentes las consecuencias a corto plazo, pues aunque se generó “un traumatismo”, se pudo recuperar fácilmente la toma de decisión.
“Pero sí hay que hacerle seguimiento a las consecuencias de largo plazo y, específicamente, en el tema ya no de polarización sino de radicalización de algunos sectores de la sociedad estadounidense. No solamente de la derecha sino también de la izquierda, que pueden poner en peligro el desarrollo institucional y algunos elementos de la democracia”, anota Garay.
Afirma que lo que ha ocurrido se veía venir, pero no generará grandes daños “a menos que Trump logre consolidar un grupo de seguidores de esta corriente populista-radical”.
Puede leer: Trump anuncia que no asistirá a la ceremonia de investidura de Joe Biden
Eso es lo que teme José Miguel Vivanco, director de la División de las Américas de Human Rights Watch, quien le dijo a France 24 que si las bases del Republicano lo siguen idolatrando como un “semi-dios que ha sido despojado de su triunfo electoral” restablecer la normalidad democrática en los Estados Unidos va a tardar.
“Mientras tanto, hay enormes riesgos de violencia porque si aquellos millones de americanos que votaron por Trump, le creen y consideran que ha sido robado en su triunfo electoral, en un país donde el acceso a armas está protegido constitucionalmente, probablemente seguirán haciendo uso de estos métodos”, apunta Vivanco.
En Estados Unidos, dada la reticencia de Trump a aceptar los resultados, un gran porcentaje de republicanos sigue convencido de que las elecciones fueron un fraude y el verdadero ganador fue su líder. Este grupo, dicen analistas, representará una gran resistencia para Joe Biden, complicando su gobierno.
“Muchos de los seguidores de Trump piensan que Biden no será un presidente legítimo, lo que es muy grave para los próximos cuatro años. Ellos han perdido confianza en las instituciones democráticas”, dice Shifter.
No deje de ver: Las impactantes imágenes de la irrupción de simpatizantes de Trump al Congreso de EE. UU.
¿Qué viene para Estados Unidos?
Después de la tormenta y cuando faltan pocos días para el cambio de poder en EE. UU., muchos se preguntan qué viene ahora.
Mauricio Jaramillo cree que el país tiene retos importantes a corto y mediano plazo. El primero, y que se debe determinar pronto, es “qué hacer con Trump. Le quedan 10 días de gobierno y en esos días pueden pasar muchas cosas”.
Un desafío a largo plazo, dice el analista, será reconciliar esos dos sectores que hoy están tan divididos.
Puede leer: "Trump no podrá usar Facebook e Instagram por, al menos, dos semanas": Mark Zuckerberg
En efecto, Biden va asumir las riendas del país en medio de una división con pasiones muy elevadas.
“No podemos esperar que Trump vaya a bajar su tono o su insistencia de que ganó las elecciones, él va a tratar de mantener el apoyo ferviente de su base. La gran pregunta es si esos republicanos y conservadores, que lo apoyaron, no por razones ideológicas sino por razones de política práctica, van a dejar el ‘trumpismo’ y volverán a ser una fuerza de oposición responsable, o si van a seguir alimentando divisiones”, dice Lawrence Gumbiner.
¿Qué pasará con Trump?
Aunque Donald Trump terminó condenando el caos desatado en el Capitolio y prometió una transferencia de poder “tranquila”, los llamados a sacarlo del poder antes del 20 de enero continúan, por ser señalado de instigador de los desórdenes.
Entre las opciones planteadas aparece un nuevo juicio político o recurrir a la Enmienda 25 de la Constitución, que autoriza al Vicepresidente y a su gabinete sacar al Mandatario por “incapacidad”.
Sin embargo, ambas vías resultan difíciles e improbables de aplicar dado el poco tiempo que le queda a Trump en la presidencia.
Según medios estadounidenses, miembros del Partido Demócrata en la Cámara de Representantes planean presentar este lunes una resolución de juicio político.
Vea también: Donald Trump se niega a ceder: dice que "nunca" se rendirá ni reconocerá la derrota
Señala el internacionalista Mauricio Jaramillo que otra posibilidad es que Trump llegue a un acuerdo con su partido para que no haya más convocatorias a este tipo de manifestaciones.
Otros escenarios se plantean luego de que deje el poder: “habrá que ver si Donald Trump se va a convertir en la cabeza de la oposición y del anti establecimiento de Estados Unidos o si pasará como una simple anécdota”, dice Jaramillo.
Ya sin poder, el Mandatario saliente podría enfrentar otros procesos legales. “Hay probabilidad de que Trump enfrente muchas demandas de parte de las autoridades fiscales en algunos estados por sus comportamientos financieros”, dice el analista Lawrence Gumbiner.
“Lo que hay que preguntarse es si eso favorece el estado de radicalización de sus seguidores”, concluye el analista Leonardo Garay.
Retiran aplicación
Google anunció que retiró la aplicación Parler de su tienda en línea por permitir “contenido escandaloso” que podría incitar a la violencia como la vista esta semana en el Capitolio de Estados Unidos.
La red social Parler se ha convertido en un refugio de personalidades de la extrema derecha que alegan haber sido censurados por otras plataformas.
”Estamos al tanto de las continuadas publicaciones en la app Parler que busca incitar a la violencia en curso en Estados Unidos”, dijo Google.
”Para distribuir una app por Google Play, requerimos que las apps implementen un robusto control contra contenido escandaloso", añadió la compañía, haciendo referencia a su tienda de aplicaciones móviles para dispositivos con el sistema operativo Android.
Seguidores del presidente Donald Trump y de su tesis de fraude electoral en las presidenciales estadounidenses han migrado a redes sociales alternativas que no filtran sus declaraciones infundadas.
Ese cambio ha favorecido a algunas plataformas como Parler, Newsmax y Rumble, que han rechazado el enfoque de gigantes como Facebook y Twitter de etiquetar y limitar el alcance de las teorías de la conspiración.
Le puede interesar: Trump condenó caos en el Capitolio, aceptó su derrota y dice que la transición será "tranquila"