La ‘reacción espontánea’ estaba preparada desde hace varios meses. Solo estaban a la espera de una oportunidad como la que dieron los dos policías en Bogotá que en uso desmedido de fuerza le causaron la muerte al abogado Javier Ordóñez.
Así lo aseguran fuentes de Inteligencia Militar y de Policía consultados por El País, las cuales coinciden en que detrás de los actos vandálicos en Bogotá y Cali hay un interés político puesto en marcha por vías de hecho a través del Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia.
Dentro de esta estructura, que recibió el llamado recientemente de Iván Márquez a reorganizarse, confluyen milicianos del ELN y de las disidencias de las Farc, miembros del Partido Comunista Clandestino de Colombia (PC3) y de los Movimientos Juveniles del M-19, catalogados en los informes oficiales como Redes de Apoyo al Terrorismo (RAT).
“Todos y cada uno de los integrantes del nuevo movimiento tendrá una actividad dentro del sector social donde vivan, trabajen o estudien, y deberán ponerse al frente de las luchas por las reivindicaciones del pueblo y solo compartirán su secreto con los pocos compañeros que les sean asignados y nadie más será conocedor de su pertenencia bolivariana”, les ordena Márquez en un video.
La estructura es igual a la planteada a docentes y estudiantes de la Universidad del Valle que estuvieron en San Vicente del Caguán en la conformación de la ‘comisión de notables’ que buscaba acercar a 101 intelectuales para ser parte de la estrategia clandestina, recuerda uno de los investigadores.
Entre esas actividades que vienen desarrollando hace 20 años está la conformación de núcleos clandestinos con el reclutamiento de jóvenes en Univalle y otras universidades en Cali, así como el trabajo en colegios públicos y barrios del oriente y de la ladera.
El modus operandi, según el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, es “adoctrinar a jóvenes universitarios, que siempre han estado en el tema de las manifestaciones y que se ha dicho son infiltrados por milicias guerrilleras y disidencias. En Cali, por ejemplo, como ya se ha denunciado, son esos grupos en el interior de la Universidad del Valle”.
El relanzamiento
La estrategia de destrucción de bienes públicos, deslegitimización de las instituciones y saqueos a oficinas bancarias y sectores comerciales inició de manera organizada en el 2015 y había tomado fuerza a finales del 2019, pero la pandemia frenó el avance.
El accionar identificado por organismos de inteligencia establece que a través de redes sociales hay personas encargadas de identificar el inconformismo en jóvenes, fácilmente manipulables, para convertirlos en un arma al servicio de la causa.
Los grupos de choque preparan los ataques vandálicos a lugares estratégicos y un equipo de influenciadores se encarga de hacer eco de los desmanes y convertir en viral cualquier reacción por parte de grupos como el Esmad.
Nada de esto tendría sentido, explicó una de las fuentes, sino tiende a favorecer a un sector político. Por eso se ve a líderes de izquierda muy activos en sus redes incitando y casi celebrando el vandalismo.
“Hay algunos que hacen permanentemente politiquería con los muertos; hay algunos que creen que pueden derivar ventajas políticas de la muerte, el atentado y la destrucción de la infraestructura pública”, dijo al respecto el Ministro de Defensa Nacional, Carlos Holmes Trujillo.
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En el caso de Cali del pasado jueves, en el que hubo daños al CAI del Parque de las Banderas y el comercio en el Parque del Perro se estima que fueron cerca de 200 muchachos entre los 15 y los 22 años, entre ellos algunos estudiantes de Univalle y reconocidos integrantes de barras de fútbol.
La gran mayoría de ellos provenientes de Siloé y todo el sector de ladera, donde realiza un trabajo fuerte de ideologización las milicias convertidas en disidencias de las Farc.
En los últimos años las labores de reclutamiento en Cali se la han repartido entre el ELN, que tiene su campo de operaciones y de persuasión en los barrios del oriente de la ciudad, mientras las disidencias de las Farc vienen buscando a jóvenes adeptos en la zona de ladera.
Además del reclutamiento de jóvenes en zonas marginales de Cali, se ha descubierto que también contratan grupos delincuenciales a los que les pagan para ser parte de los desórdenes y los actos vandálicos.
Otra de las estructuras, los Comandos Clandestinos, se encargan del manejo de las líneas de venta de droga al menudeo en la Univalle.
¿Estrategia internacional?
El accionar de estos grupos radicales se sustentaría en parte en una estrategia continental para obtener beneficio político de la generación del caos social como ocurrió en el 2019 en Chile y Bolivia.
Estos ataques sistemáticos recibirían financiamiento nacional e internacional, por lo que junto a Migración Colombia se investiga la participación en los desmanes de los últimos meses de ciudadanos venezolanos, cubanos y chilenos.
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“Lo que hemos conocido es que han utilizado también en Cali a ciudadanos venezolanos, a quienes les pagan por cada jornada para que salgan a sumarse a los desórdenes y tengan un papel activo en los ataques a la Fuerza Pública y el daño a la infraestructura de la ciudad”, dice uno de los investigadores.
Entre mayor sea el daño y el eco que logren estos colectivos armados, mejor justificados quedan los recursos que reciben desde dentro y fuera del país.
Eso se certifica, dicen miembros de inteligencia, plasmando en grafitis con el logo de Univalle y con escritos como los dejados en varias ciudades del país con las letras A.C.A.B (All cops are bastards o todos los policías son bastardos), lo que ratifica que es un movimiento muy bien estructurado.
A.C.A.B y el 1312
La sigla inglesa A.C.A.B apareció en 1982 en Londres con un grupo de música que entre el punk y el rock cuestiona el accionar de la Policía y popularizó la expresión ‘All Cops Are Bastard’ (Todos los policías son unos bastardos).
También en las manifestaciones y desmanes en países como Chile se reemplazó la sigla por el número de las letras en el abecedario 1312.
“En Colombia hay tres páginas en Facebook relacionadas con esta sigla, las cuales son utilizadas para proyectar imágenes y videos para el desprestigio de la Fuerza Pública y pidiendo el desmonte del Esmad”, explicó el Ministro de Defensa.
La Dijín, Ameripol y Europol vienen investigando estas organizaciones y en Colombia se alistan capturas con fines de expulsión.