Un total de 16.000 vendedores informales trabajarían en las calles de Cali, según se desprende del estudio de caracterización socioeconómico adelantado por la Alcaldía, en las 22 comunas y 15 corregimientos de la ciudad.
La información se convierte en una herramienta fundamental en la medida en que permitirá diseñar estrategias que dignifiquen y mejoren las condiciones laborales de estas personas en el espacio público, así como la recuperación del mismo para el disfrute de los ciudadanos.
Jimmy Dranguet, secretario de Seguridad y Justicia, explicó que para el proceso de caracterización se creó un registro público de ventas informales para que se inscribieran todas aquellas personas que tenían alguna actividad económica en el espacio público, vendiendo un producto u ofreciendo un servicio.
Sin embargo, se cree que un número significativo de personas no se habría registrado. Es decir que la cifra de vendedores ambulantes de la ciudad podría ser mayor.
El propio Dranguet señaló que debieron contratar a algunos líderes de los vendedores para que estos se dejaran caracterizar y poder conocer su situación económica, social, familiar y personal.
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Para Lina Martínez, directora del Observatorio de Políticas Públicas, Polis, del Icesi, la cifra no es nada descabellada, pues en el 2019 otro estudio habló de 10.000 ambulantes en la capital del Valle.
“En 2014 hicimos el primer ejercicio en centro de Cali y nos daban 3000 solo en este lugar y luego en 2019 nos dieron 5000. Las cifras se han ido aumentando en el tiempo y súmele la pandemia, muchas personas se quedaron sin empleo y las ventas ambulantes son una de los opciones”, comentó.
¿Qué arrojó la encuesta?
De los 16.000 vendedores caracterizados, se encontró que el 76.9 % son vendedores semiestacionarios, es decir, llevan sus propios elementos de trabajo y una vez terminada la jornada los retiran. El 6 % son estacionarios, o sea que su puesto de trabajo está amarrado al espacio público, mientras el 16 % son ambulantes, no tienen un puesto fijo de trabajo.
En cuanto a las comunas con mayor presencia de informales, encontraron que la 3, en el centro de la ciudad, concentra el 16 % de los vendedores caracterizados.
Las comunas 14 y la 21, en el oriente, el 10 % y 9 %, respectivamente y la 6 que corresponde a los barrios de Floralia, Calimío y demás, el 8 % de los mismos.
Dentro de la caracterización también se identificó que el 89 % de los vendedores realizan una actividad asociada a la venta de elementos o productos, de los cuales, el 40 % vende alimentos y bebidas y el 9 % prendas de vestir, ropa, zapatos y bolsos, entre otros. El resto vende cacharros, artículos para el hogar, electrodomésticos, etc. Y el 11 % presta algún tipo de servicio.
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De igual forma, se estableció que los servicios con mayor incidencia en el espacio público son los personales, como por ejemplo, las personas con trapo rojo que trabajan en el servicio de parqueo de motos y vehículos, así como otros servicios en los que están incluidos los sexuales.
De igual forma, para establecer la condición socioeconómica de los vendedores, se les preguntó cuánto invertían en el negocio y cuánto eran sus ventas diarias y semanales. Con base en esto, se elaboró un análisis para determinar la ganancia o cuánto le quedaba al vendedor.
Se encontró que el 45 % gana hasta un millón de pesos, mientras el 42 % entre uno y tres millones, y el 13 % más de tres millones de pesos.
Cabe destacar que en la caracterización se encontraron vendedores informales que, al hacer cruce de la información económica, reportaron ingresos de entre $8 millones y hasta $10 millones.
“Estos casos se están investigando de manera particular porque son personas que están listas para su formalización. El ofrecimiento que debemos hacerles como Estado, es llevarle poco a poco a la formalización, porque un negocio que genere ingresos de ese nivel está listo para estar en un local comercial, pagar arriendo y asumir la carga impositiva que implica realizar una actividad comercial legal”, comentó el Secretario de Seguridad.
Frente a la información del grupo etario y la condición de género, el censo arrojó que el 55.7 % de los vendedores son mujeres y el 44.3 % hombres.
El promedio de edad de los vendedores es de 46 años, pero el 65.5 % está entre los 25 y los 59 años, seguido de los adultos mayores que representan el 20.9 % y los jóvenes con el 13.7 %.
En lo que respecta a grupos étnicos, el 23.1 % se autorreconocieron como afro, el 4.1 % como indígenas y el 72.8 % se consideraban mestizos.
En cuanto a la composición familiar, el 86.9 % son cabeza de hogar, indistintamente de si es hombre o mujer, quienes tienen, en promedio, dos personas a su cargo.
¿Qué sigue ahora?
Según el gobierno local con la caracterización se busca mejorar las condiciones de vida de los vendedores y lograr la formalización del mayor número posible, a través del acompañamiento de las distintas secretarías y el sector privado.
De los encuestados se estima que 442 informales tienen alta capacidad para iniciar un proceso de formalización por su nivel de ingresos, mercancías e inventarios. La idea es que esto se logre en un mediano plazo.
El objetivo es que estas personas poco a poco salgan del espacio público, se calcula que un 25 % de los ambulante tendrán que reubicarse, porque están en sitios donde no se puede ejercer ninguna actividad comercial: fachadas de negocios formales, semáforos, al lado de los hidrantes, humedales, etc.
A los que tienen baja y mediana capacidad para formalizarse se les brindará un acompañamiento para que puedan realizar un trabajo digno en el espacio público.
Una de los hallazgos más preocupantes, es que solo el 3.2 % cotiza a pensión, por eso se trabajará con el Gobierno nacional y local para afiliarlos a un régimen de pensiones.
Otro aspecto importante es que se detectaron vendedores con varios puestos de trabajo, algunos incluso, con un negocio formal en otros sitios de la ciudad. Estos serían retirados del espacio público.
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Por su parte, Jimmy Núñez, presidente de Sintraviecali, agremiación que agrupa a un número importante de vendedores, aseguró que la cifra de ambulantes es mucho mayor a la censa y que esta puede estar entre 25.000 y 30.000 informales. Estos generarían ingresos para del orden de los $25.000 millones.
El líder sindical dijo que apoyan la política pública, siempre y cuando no hayan operativos para desalojar a los informales. “Este informe revela la vulnerabilidad de los vendedores, necesitamos el apoyo de las Secretarías porque estamos desamparados sin seguridad social”, dijo.
Precisamente Lina Martínez, directora del Polis, comentó que es muy difícil pensar en retirar a los ambulantes del espacio público y que incluso es poco viable política y económicamente, porque generalmente quienes se dedican a esta labor son personas jefes de hogar, que tienen esa actividad como la única manera de generar ingresos.
“En el país tenemos más experiencias negativas que positivas en esta materia. Cualquier reubicación que pueda funcionar debe tener la lógica de usar el mismo espacio público porque están cerca de peatón y no pagan arriendo, pero de una forma organizada”, comentó.
¡Algunos datos!
- 3200 adultos mayores de 62 años trabajan en el espacio público, muchos de los cuales llevan más de 15 años en esta labor.
-Entre tanto, 1200 jóvenes laboran en las calles.
- Se encontró que el 12.9 % de los vendedores son migrantes interna-
cionales. De ellos, el 98.9 % son venezolanos y el resto provienen de Ecuador, Perú e incluso de Argentina.
- Pero hay una gran población que viene de otras partes del país. El 41.9 % de los vendedores informales caracterizados no son caleños y han llegado principalmente de los departamentos de Cauca y Nariño.
- El 98.8 % de los informales están concentrados en la zona urbana. Son muy pocos los vendedores en la zona rural, por el tema de las vías y del espacio público.