Bien puede decirse que nadie ha salido bien librado del impacto que ha generado la pandemia en el país, pero también es bien sabido que hay sectores económicos a los que no les ha ido mal.
En el caso del Valle del Cauca se puede notar en la agricultura, en la venta de vivienda, especialmente la social; la industria y el sector farmacéutico, principalmente.
Sin embargo, eso no quiere decir que nuestra región está pasando por un buen momento. Significa que la pandemia ha golpeado duro, pero al Valle le va mejor que al resto del país.
¿Por qué? Porque la estructura productiva del departamento es diversificada, no depende de un solo producto, y eso le ha favorecido.
“El Valle representa el 15 % de la producción de Colombia y gracias a que producimos alimentos, artículos de higiene y aseo, medicamentos y bienes de primera necesidad, tenemos la caída más baja entre los departamentos más importantes de país. Entre enero y agosto la caída fue del 5,5%, mientras que en Atlántico fue cercano al 8%, en Antioquia la contracción fue casi del 15% y en Bogotá del 17%. En pocas palabras, la industria en el Valle va mejor que la del resto del país”, dijo recientemente el presidente de la Cámara de Comercio de Cali, Esteban Piedrahíta.
Las ventas de vivienda en Cali, sobre todo de la social (la VIS) están en niveles récord y son las mejores del país frente al año pasado. En los primeros nueve meses del año las ventas de vivienda en el Valle superaron en 26% a las del año pasado.
Lea aquí: Tres sectores de la economía ya presentan cifras positivas
Recuperar el empleo formal es uno de los desafíos en el Valle del Cauca en el 2021, por parte de empresarios y gobierno.
Consultamos a varios analistas sobre las razones que explican lo que está pasando en el Valle.
Carlos Andrés Pérez, director Económico y de Competitividad de la Cámara de Comercio de Cali, opina que hay una combinación de factores estructurales y coyunturales.
“En el primer caso, la mayor diversificación relativa de la estructura empresarial del Valle del Cauca se traduce en una nula dependencia de algún sector productivo, lo cual ha permitido que, en términos agregados, la economía regional resulte menos afectada que otras regiones que dependen de manera destacada de sectores como el petróleo, la minería, el turismo o el comercio minorista”.
Añade que Cartagena y Bogotá, que concentran buena parte de la industria de turismo nacional, se han visto afectados de forma especial por las restricciones de operación en ese sector. Igualmente ocurre con regiones como Santander, Nariño o el Eje Cafetero que tienen una alta participación del comercio minorista en sus economías.
“La mayor diversidad productiva nos favoreció, pues el Valle es el principal productor agrícola y agroindustrial del país, que han sido sectores de destacado desempeño a lo largo del año. Además, tenemos una estructura productiva con experiencia exportadora y el ajuste de tasa de cambio, impulsado precisamente por la caída del precio internacional del petróleo y del carbón, que ha llevado a que el valor en pesos de las exportaciones del Valle del Cauca haya aumentado en lo corrido del año frente al mismo periodo de año anterior”.
Julio César Alonso, director del Centro de Investigación en Economía y Finanzas, Cienfi, de la Universidad Icesi, coincide en que el Valle cuenta con el sector agroindustrial más moderno y flexible de Colombia, que ha demostrado en este periodo su capacidad para mantenerse produciendo.
Le puede interesar: Así va la recuperación del sector aéreo del país
“Esto permite tener una demanda interna constante y segura para el sector agrícola vallecaucano. Así mismo, somos una de las regiones que recibe la mayores remesas del exterior. Nuestros hogares han seguido recibiendo ingresos similares a los recibidos en los meses antes de la pandemia, y eso les ha permitido mantener niveles de consumo que no ha sido posible en otras regiones”.
Adicionalmente eso permite que la región tenga una demanda interna estable para productos industriales.
En el plano del sector de la construcción, por ejemplo, Cali y el Valle no tenían un alto inventario de viviendas nuevas por vender, algo que sí había ocurrido en ciudades como Barranquilla y Bucaramanga, ciudades que se habían beneficiado hace varios años por la bonanza minera y petrolera, auge del cual el sector de la construcción en Cali y el Valle participó de forma marginal.
“Esta condición y el continuo flujo de remesas desde el exterior al Valle del Cauca han impulsado la compra de viviendas nuevas, especialmente de interés social”, comentó.
Otro elemento que ha favorecido al Valle está relacionado con el comercio exterior y la llegada de compañías de capital extranjero a nuestra región.
“Las empresas locales han entendido oportunamente que la reactivación económica no se apalancará en el mercado interno, pues está bastante afectado, mientras que en las economías asiáticas, de Estados Unidos y de algunos países europeos hay mejores perspectivas para crecer”, añadió.
Sobre este último aspecto, el señor Pérez señala que el trabajo coordinado por la Gobernación, la Alcaldía de Cali y liderado por Invest Pacific ha permitido que a lo largo de 2020 varias compañías de capital extranjero, especialmente de servicios, hayan anunciado su llegada o iniciado sus operaciones en la región, contribuyendo a la generación de empleo formal.
Para el consultor empresarial Memphis Viveros, la agroindustria del Valle del Río Cauca, liderada por 13 Ingenios azucareros, genera una cuota importante de azúcar, alcohol y bioetanol para gran parte del planeta, en medio de la pandemia han abastecido el mercado de estos tres productos.
De otro lado, explicó que el alojamiento se ha distribuido por todo el Valle porque cuenta con Cali, epicentro de negocios, rumba y diversidad gastronómica, es el departamento con más ciudades intermedias de gran importancia como Buenaventura, Palmira, Yumbo, Jamundí, Buga, Tuluá y Cartago entre otras, esto permite un crecimiento destacado y estable.
Los retos
El próximo año se espera la llegada de varias compañías de capital extranjero en el sector de manufacturas ligeras y agroindustrial a la región. Pero ha habido otros factores coyunturales diferenciadores sobre cómo Cali y el Valle han afrontado este desafío de reactivar sus economías.
El principal desafío en el Valle será la recuperación de empleos formales. Se espera que a mediados del año 2021 se alcancen niveles de empleo similares a los que se registraron al cierre de 2019. El sector en el que ese proceso será más desafiante es el de turismo.