No había pasado ni una hora de la instalación del Congreso de la República cuando uno de sus nuevos ilustres integrantes ya estaba reclamando por lo que estaba sucediendo en el histórico Salón Elíptico.

Era el ingeniero Rodolfo Hernández, quien un mes atrás sacó 10,6 millones de votos que lo ubicaron segundo en la competencia por la Presidencia y le dieron una curul en el Senado.

“Tiene más orden una corraleja que la sesión de apertura del Senado, pobre de mi país”, escribió en Twitter.

Esa expresión fue la misma que dijeron, de manera pública y privada, la mayoría de los senadores y representantes que llegaron al Congreso por primera vez. En especial los jóvenes, que en marzo pasado lograron los votos necesarios para ser congresistas con el compromiso de modificar el funcionamiento del Poder Legislativo para hacerlo más eficiente, como lo desean los colombianos.

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Su desencanto no pudo ser mayor. Abucheos, aplausos, gritos, recriminaciones a viva voz y la tradicional marulla jurídica para impedir alocuciones y decisiones formales de las plenarias fue lo que encontraron el miércoles y el jueves en las dos primeras sesiones del nuevo Congreso, con las que ya se prendieron las alarmas de que lo prometido no se pueda cumplir.

Al respecto, la representante a la Cámara por el Magdalena, del movimiento Fuerza Ciudadana, Ingrid Aguirre, aseguró: “Casi el 70 % son nuevos, jóvenes que tienen ganas de trabajar, son la voz de las regiones, vemos representantes con ganas de ser la voz de los campesinos, de los jóvenes, de las mujeres, que somos casi el 45 % del Congreso”.
Ella, también novata, cuenta que “al final de la plenaria del jueves conversamos y tuvimos la percepción de que fue algo transitorio y esperamos que se dinamice el trabajo”.

El representante por el Pacto Histórico en Boyacá Pedro Suárez Vacca, anotó, a su vez: “nosotros estamos apenas llegando, pero encontramos que las primeras sesiones fueron muy desordenadas, hubo conatos de tratar de evitar que avanzara el desarrollo de la Cámara”.

Una de las principales críticas del funcionamiento del Congreso ha sido Cathy Juvinao, exlíder del colectivo ‘Trabajen vagos’ y ahora representante por la Alianza Verde, quien aseguró que lo visto esta semana “no es nada espectacular, algo exótico fue que no eligieran las directivas de la Cámara sino hasta el día siguiente”.

¿Y los cambios?

Pero aunque la expectativa que tenía la ciudadanía por el nuevo Legislativo pareció romperse por lo que pasó especialmente el día de la instalación, Juvinao hace un llamado a los colombianos para que no crean las ‘fake news’ que ya salen desde las bodegas de Twitter en contra del Legislativo.

“Se debe llamar a la calma, apenas van dos días. No puede ser que los ciudadanos estén decepcionados, todas las radicaciones de los proyectos están por venir. No es fácil lograrlo, pero es por primera vez que, como bancada mayoritaria, con apoyo del Gobierno, se van aprobar”.

La congresista ‘verde’ anunció que esta semana se radicará una reforma constitucional, con el apoyo de varios partidos, para lograr el cambio de varios aspectos del funcionamiento del Congreso de la República.

Uno de ellos es recortar el periodo de receso de los legisladores. En junio pasado se hundió un acto legislativo, en su última votación, que ordenaba que las sesiones del primer semestre del año comenzaran a mitad de febrero y no el 16 de marzo, como ahora.

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Otro punto de la iniciativa fija un límite a la reelección de los congresistas. En la actualidad, senadores y representantes pueden serlo las veces que quieran, como lo prueba el hecho de que Germán Navas, Fernando Velasco y Jorge Enrique Robledo se retiraron después de llevar más de 20 años como congresistas.

La reforma, dice Juvinao, espera crear una nueva causal de pérdida de investidura, el tráfico de prebendas y vicios viejos como el ausentismo. También, bajar el salario que devengan actualmente los legisladores.

La representante Aguirre señala que “esta debe ser una de las reformas que debe ser prioridad para nosotros. Estamos viendo que los congresistas sesionan muy poco, hay que bajar los salarios. Además, es elevado el número de días de descanso”.

Suárez Vacca coincide en que esa reforma es urgente y les pide a sus compañeros y al presidente Gustavo Petro que esa reforma sea incluida entre las prioritarias, para que sea una pronta realidad.

Así los ven

“El uso de palabra cambio en política es tan común que pareciera que todos entendemos qué significa. Solo hay un problema con eso: su significado es vacío, es decir, no significa nada y lo significa todo. Este es tal vez la situación más común en comunicación política de campaña que, siendo una explosión de deseos, no llena los vacíos de los mensajes y permite la construcción propia de tantos imaginarios como colombianos somos”, dice Nury Astrid Gómez, politóloga y magister en Neuromarketing.

Y agrega que “aquellos votantes ilusionados con nuevas prácticas políticas -honestas, pensadas en el pueblo y de rápida ejecución- han presenciado comportamientos similares de los congresistas salientes, cálculo político, negociaciones por debajo de la mesa, personalismos, en fin, una implosión de realidades”.

Por eso, dice, “los cambios parecen ser más estéticos que éticos”.

A su vez, el consultor político Álvaro Benedetti dice que “la única perspectiva de cambio que se avisora, al menos en estos primeros momentos, es que quien lidera la agenda del Legislativo es un gobierno de izquierda reconocido por todos como tal, pero, también lo sabemos, en su trayectoria por alcanzar la Presidencia le tocó jugar a la política tradicional y no es un secreto, el mismo Petro lo reconoce”.

Al analista le resulta “indignante” que “gran parte de los políticos nuevos están comportándose muy a la manera de los tradicionales. Aun cuando puedan haber ideas distintas, existir eventualmente filosofías o incluso proyectos de ley que se enmarquen dentro del alternativo, las prácticas que vamos a ver dentro del Congreso son prácticas clientelistas”.

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En su opinión, el debate con altura, con argumentos, “por lo menos en esto que vimos el miércoles, creo que está muy lejos de darse; va a haber una maquinaria muy fuerte, que arrase en función de los intereses del Gobierno, por lo menos en el primer año, pero no necesariamente esto se va a dar en el marco de un debate con altura”.

En esa misma línea, la politóloga y consultora en comunicación política María Alejandra Arboleda plantea que “muchos llegaron siendo activistas y hoy están ya en un rol de congresistas y es importante que den ejemplo, que las cosas no solamente se queden en palabras, sino que sus acciones sean coherentes con ello. Creo que ese fue un sin sabor que le quedó a muchas personas que el 20 de julio estaban pendientes de lo que estaba ocurriendo en el Congreso”, cuando el presidente Duque estaba dando su discurso de instalación y fue interrumpido en varias ocasiones.

“La política permite generar cambios y hoy ya ellos están en el poder y quienes depositaron su confianza con el voto están esperando que esos discursos se traduzcan en proyectos de ley que mejoren la vida de los ciudadanos”.