Fatiga crónica, dificultad para respirar e incluso síntomas mentales como falta de concentración o ansiedad son algunos de los signos más comunes del Síndrome postcovid, una patología que reconoce la Organización Mundial de la Salud, OMS.
“En algunas personas, los síntomas pueden persistir o volver a aparecer por semanas o meses, luego de la recuperación inicial. Esto también puede ocurrirle a quienes han tenido una enfermedad leve. Las personas no contagian a los demás durante este tiempo”, explicó la entidad sobre este síndrome.
La OMS señala que si bien lo anterior puede ocurrir en jóvenes adultos o niños sin comorbilidades, hay factores de riesgo que hacen más probable tener covid prolongado, tales como presión arterial alta, obesidad y condiciones de salud mental previas.
Además, anota que los órganos que pueden resultar afectados son el corazón, por insuficiencia cardíaca; pulmones, por daño al tejido pulmonar; el sistema nervioso, dada la ausencia de sentido de olfato, ataques cardíacos o eventos tromboembólicos (poco comunes); y en general un síndrome de fatiga crónica.
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A propósito, el doctor Carlos Álvarez, miembro de la Asociación Colombiana de Infectología, aseguró que antes “pensábamos que era muy raro que una persona persistiera con síntomas en un tiempo adicional; sin embargo, lo que se ha visto es que cuando se empieza a hacer seguimiento, cerca del 10 % mantiene con algunos síntomas por más de tres meses”.
Álvarez indicó que el sistema de salud debe empezar a buscar activamente a estos pacientes, puesto que son pocos quienes hacen la consulta médica y además el Síndrome postcovid es un tema que tiene estudios científicos muy recientes.
“Es claro que el manejo postcovid-19 es uno de los retos que tenemos ahora en los sistemas de salud del mundo; a medida que empiece a verse el fenómeno de disminución de casos agudos de esta enfermedad”, dijo Álvarez, quien anotó que se necesita contar con centros interdisciplinarios en sicología, infectología, entre otros, para hacer frente a ese reto.
De hecho, el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos realizó un estudio con 240 personas con covid prolongado y encontró que los síntomas pueden ser tanto físicos como mentales.
Mabel Rojas, psicóloga clínica de la Universidad Cooperativa, aseguró que las secuelas más contundentes que se han podido identificar en los pacientes positivos 12 semanas después de “recuperarse” son ansiedad y pánico.
“En los servicios de salud mental encontramos personas con miedo, depresión y pensamientos negativos que acompañan la cotidianidad de estos pacientes. Y es algo que se puede exacerbar con los trastornos de sueño”, explicó Rojas.
“En esas situaciones queremos llevar a la consciencia esos miedos que más afectan la parte física del paciente y que identifique los pensamientos que lo invaden negativamente. Esto, con el fin de tener una base para que aprenda a superar las secuelas desde su toma de decisiones”, anotó Rojas.
Además, agregó que las personas que se contagiaron de covid, y ya tenían diagnósticos mentales, son más propensos a experimentar el Síndrome, al igual que los adultos mayores, quienes experimentan una nueva etapa que les trae diferentes retos psicológicos.
Si bien en Colombia no se cuentan con cifras oficiales sobre pacientes postcovid, dadas las dificultades antes mencionadas para reportarlas, ya se han conocido varios casos en el país. El de Christina Noriega es uno de ellos: una joven de 29 años que no recupera del todo su sentido del gusto y olfato desde que contrajo el covid a mediados de mayo.
“Al inicio no me dio tan duro como a otra gente, por lo que solo presenté dolor en la cabeza, fatiga y una tos muy pesada, por lo que creí que podía ser otro virus, pero tan pronto perdí el gusto confirmé que había contraído covid. Este fue el síntoma que más duro me dio emocionalmente”, afirmó Noriega.
Durante cuatro semanas la joven no pudo sentir el sabor de ningún tipo de alimento, y aunque meses más adelante empezó a recuperar el sentido, bebidas azucaradas como la Coca Cola le “sabía a jabón”.
“Pese a que en estos momentos ya he recuperado el gusto de los cítricos, el resto de sabores todavía me cuesta reconocerlos como antes. He investigado bastante para saber qué métodos pueden acelerar mi proceso de recuperación del gusto, pero parece que no hay información útil aún. Esto ha implicado que cambie mis hábitos alimenticios”, contó Noriega.