El tema de la inflación o la variación de los precios de la canasta familiar continúa causando incertidumbre en el país. Incluso algunos economistas piensan que cobrará mucha más importancia en lo que resta del año por el histórico aumento que registra y porque es la referencia clave para definir el alza del salario mínimo del 2023.
En lo corrido del año, al cierre del mes de julio, la inflación se ubica
en 7,96%, cifra que muestra un notorio incremento de 4,49 puntos porcentuales, frente a la inflación del mismo lapso del 2021, cuando en esa vigencia se ubicó en 3,47%.
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Si se observa el comportamiento del último año, el panorama es más delicado, pues los precios reportaron una variación de doble dígito y al corte de julio cerró en 10,21%, lo que representa un notorio incremento de 6,24 puntos porcentuales respecto del mismo período del año anterior. Un año atrás había sido de 3,97%.
El incremento que reporta la inflación o también llamado Índice de Precios al Consumidor (IPC) tiene un protagonista: los alimentos, que en lo corrido del año, al cierre de julio, mostraron una variación de 17,10%.
Durante el séptimo mes los mayores incrementos de precios se registraron en productos como la yuca (92,97%), la cebolla (48,59%) y las naranjas (46,96%). En los últimos doce meses la división alimentos y bebidas no alcohólicas registró una variación de 24,61%, la más alta en la historia reciente del país.
Una de las mayores preocupaciones de empresarios, economistas y el mismo Gobierno se concentra en ese rubro, pues todo indica que no tenderán a bajar en el corto plazo por cuenta de lo que está pasando con la inflación en Estados Unidos y en países de Europa, así como la crisis en Ucrania por la invasión de Rusia, que ya completó seis meses y no se ve solución a la vista.
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El impacto no es menor, dado que Colombia importa entre un 70% y un 80% de los alimentos que consume.
Otra preocupación es que las medidas que viene adoptando el Banco de la República para tratar de quitarle presión a la inflación no han arrojado resultados positivos.
La Junta Directiva del Banco subió la tasa de intervención y la llevó a 9,0%, pero el IPC ya va en 10,21%.
Vale la pena recordar que desde finales de enero de este año el Emisor empezó a subir la tasa. En el primer mes de este año estaba en 3% y hoy se encuentra en 9%.
Más preocupaciones
El docente y economista de la Icesi Julio César Alonso dijo que la mayoría de los analistas colombianos cree que en este segundo semestre la inflación se desacelerará y la mayoría de las estimaciones están en una inflación al final del año de 10%.
“No obstante, hay un fenómeno importante en Colombia que puede poner en riesgo esa desaceleración de la inflación: el precio de los combustibles”, señaló.
“A diferencia de lo ocurrido en Estados Unidos y Europa y en gran parte del resto del mundo, en Colombia el precio de la gasolina se ha mantenido relativamente estable. La diferencia entre el precio internacional de la gasolina y el precio interno, relativamente bajo, está siendo subsidiado por el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles. Ese fondo ya tiene un saldo en rojo grande que no es sostenible para la nueva administración”, explicó.
El costo fiscal es muy alto. De esta manera, más temprano que tarde se tendrán que ajustar los precios internos de la gasolina y esto de inmediato se traducirá en precios más altos.
“Los aumentos en la gasolina aumentan los costos de transporte y los insumos y eso no ayudará a que la inflación disminuya”, añadió.
A todo eso se suma que el aumento del salario mínimo para el 2023 será crucial, por eso se de be estudiar bien el aumento. “Si es muy alto se puede acelerar la inflación. Un incremento muy por encima de la inflación puede acelerar los precios”, comentó.
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El consultor empresarial y también economista Carlos Andrés Pérez sostuvo que los recientes datos de generación de empleo, actividad económica y la persistencia de las presiones de oferta y demanda a nivel global permiten prever que los precios de alimentos, electrodomésticos e insumos manufactureros seguirán aumentando de precio en los próximos meses.
Así, es previsible que este año la infación se mantenga alrededor del 11% ó del 12% al cierre de este año.
Ante este fenómeno, seguramente existirán presiones para que el aumento del salario mínimo sea mayor al 12% en el 2023.
“Ojalá el Gobierno, los empresarios y loa trabajadores no lleguen a un escenario en el que se aumente por encima de ese nivel, pues representaría un gran desafío para la generación de empleo y la contención de la espiral de inflación”, indicó.
Otro analista que considera que los precios mantendrán la tendencia al alza es Memphis Viveros. “La Reserva Federal en Estados Unidos y expertos en el tema estiman que el IPC seguirá subiendo, al igual que las tasas de interés hasta inicios del año 2023. En ese año, la inflación y los intereses se mantendrán altos y no bajarán. Si este año el salario mínimo subió 10% con un presidente de derecha, el 2023 con inflación esperada superior al 12% el salario mínimo subirá entre 16% y 20%, no porque el presidente sea de izquierda, sino por la fórmula de inflación más 3 ó 4 puntos de productividad”.