Su jefe de protocolo, Vladimir Ostrovenko, aseguró que “si no hay Putin, no hay Rusia”; luego Vladimir Putin dijo que usaría su arsenal nuclear si el Estado se ve amenazado porque “si no hay Rusia, no hay mundo”. Es en ese egocentrismo e indescifrable personalidad donde surge el temor de que se desate una guerra nuclear.
Sobre todo ahora que su apuesta más arriesgada, la de invadir Ucrania, contra todo pronóstico lo ha puesto contra la pared. No solo porque no ha logrado doblegar la resistencia de una aparentemente débil Ucrania y ha perdido más de cinco mil militares en esta aventura, sino porque recibió una dura respuesta económica de Occidente que lo ha confinado al desprestigio internacional.
Como si esto fuera poco, el autoproclamado presidente de Rusia hasta el año 2036 se vio sorprendido por la ambigüedad en la respuesta de China, de la que esperaba su respaldo, y por el rechazo de la misma sociedad rusa a la agresión contra Ucrania.
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Aunque en la conciencia del mundo está claro que las más de 16.000 ojivas nucleares que existen en el planeta tienen como único fin disuadir un ataque entre estados, la incertidumbre radica en que Putin, con la acumulación de resultados adversos, parece estar actuando cada día menos como jefe de Estado y más como quien alimenta una obsesión personal.
Un juego, según los analistas, demasiado peligroso porque ha empezado a cruzar líneas rojas como el ataque de esta semana contra la central nuclear ucraniana de Zaporiyia, la más grande de Europa, y que por fortuna no destruyó los reactores ni ocasionó el escape de material radioactivo. Pero fue un paso más allá y ha declarado en la ‘alerta máxima’ sus fuerzas nucleares.
La escalada sin retorno parece lejana de la realidad del conflicto, pero sus amenazas forman parte de la lógica de la reciente táctica del presidente ruso, Vladímir Putin.
Los analistas y expertos consultados consideran que las declaraciones de Putin sobre la puesta en alerta de la disuasión nuclear es para generar pánico, pero al mismo tiempo un juego peligroso y una salida que muestra la frustración de Rusia ante la resistencia militar ucraniana.
Eliot Cohen, experto del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) de Washington, cree que Moscú menospreció la capacidad de resistencia ucraniana. “El hecho de que no tengan superioridad aérea es bastante revelador”, dijo. “Empezamos a ver la debilidad en el campo de batalla (...) no fueron capaces de ocupar una ciudad y mantenerla”.
Los expertos recuerdan que parte de los arsenales nucleares, tanto en Rusia como en la Otan, están de facto permanentemente listos para su uso.
“Pueden activarse en diez minutos”, dijo Marc Finaud, experto del Centro de Políticas de Seguridad de Ginebra (Gcsp). “Estas son ojivas ya colocadas en misiles (en tierra o submarinos) o son bombas que ya están a bordo” de los aviones de ataque.
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El poder con que cuentan
En un artículo publicado recientemente en el ‘Boletín de los Científicos Atómicos’, los expertos Hans Kristensen y Matt Korda afirman que cerca de 1600 ojivas nucleares están desplegadas y listas para su uso.
“Dado que las fuerzas estratégicas rusas están siempre en alerta, la verdadera pregunta es si ha desplegado más submarinos o armado a los bombarderos”, pregunta Hans Kristensen en su cuenta en Twitter.
De acuerdo con el Instituto Internacional de Investigación por la Paz de Estocolmo (Sipri por sus siglas en inglés), que investiga la producción y las transferencias internacionales de armas, así como el gasto militar a nivel de países, Rusia es la principal potencia mundial en cuanto a la tenencia de armas nucleares, con 6255 ojivas.
En este contexto, y mientras la ayuda y las donaciones occidentales fluyen hacia Ucrania, las declaraciones de Putin parecen un deseo de socavar la solidaridad de sus adversarios. Putin “es un apostador, alguien que se arriesga. Intenta ponernos a prueba psicológicamente”, asegura Eliot Cohen.
“El aspecto psicológico es capital”, confirma David Khalfa, subrayando el intento de Putin de “disuadir a los occidentales de ir más allá en las sanciones económicas” que llueven sobre Rusia desde hace unos días.
Según el investigador, “todo el mundo se une a la bandera ucraniana y existe este deseo de abrir una brecha entre los gobiernos de la alianza y la opinión pública occidental”. Pero, añade, “en opinión de todos los que conocieron a Putin, se aisló, encerrado en una lógica paranoica. Lo que preocupa porque es imposible leer su estrategia”.
Así las cosas, las verdaderas intenciones del mandatario ruso son tanto más ilegibles cuanto que sus declaraciones contradicen la doctrina promulgada de la disuasión rusa.
En junio de 2020, recuerdan Hans Kristensen y Matt Korda, Putin había aprobado los “principios básicos”, con cuatro casos que justificaban el uso del armamento nuclear: lanzamiento de misiles balísticos contra Rusia o un aliado, uso de un arma nuclear por parte de un adversario, ataque a un sitio de armas nucleares o agresión que ponga en peligro “la existencia del Estado”. Nada de eso sucede hoy.
En cuanto a su posicionamiento internacional, Rusia había firmado en enero, con los otros cuatro miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (Estados Unidos, China, Francia y Gran Bretaña) un documento en el que reconocía que “no se podía ganar una guerra nuclear” e insistía en que “mientras existan (esas armas), deben servir para fines defensivos, disuasorios y de prevención de la guerra”.
Marc Finaud, exdiplomático francés y asesor del Centro de Políticas de Seguridad en Ginebra, explica que las declaraciones de Putin, cambiando de parecer de un día a otro o diciendo una cosa y sobre el terreno haciendo otra, no dan testimonio de “la ambigüedad, si no la hipocresía de su declaración”.
Pero incluso si el apocalipsis no está en el libreto de lo que ocurre en Ucrania, “siempre existe el riesgo de un error, de una mala interpretación, o manipulación”, recuerda el experto. Y ese “hoy es un riesgo muy elevado”.
Países con más ojivas nucleares
Rusia:
6255
Estados Unidos:
5550
China:
350
Potencial nuclear de Ucrania
Ucrania tiene actualmente 15 reactores en funcionamiento para la producción de energía y es el séptimo productor mundial de electricidad nuclear, según datos del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Se trata de reactores de concepción soviética y luego rusa del tipo VVER, de dos tecnologías diferentes. Seis reactores están agrupados en la mayor central nuclear de Europa, en Zaporiyia, golpeada la madrugada del viernes por unos bombardeos rusos que provocaron un incendio.
Tiene un diseño “relativamente moderno”, según Mark Wenman, del Imperial College London. “La concepción es muy diferente del reactor de Chernobil, que no tenía recinto de confinamiento” para proteger el reactor.
Nueva ofensiva del Ejército ruso
El ejército ruso reanudó su “ofensiva” sobre dos ciudades sitiadas del sudeste de Ucrania, incluyendo el puerto de Mariúpol, informó el portavoz del ministerio ruso de Defensa Igor Konashenkov. “Debido a la reticencia de la parte ucraniana a influir en los nacionalistas o a prolongar el ‘cese el fuego’, las operaciones ofensivas se reanudaron a las 18H00 de Moscú" (15H00 GMT), precisó.
Rusia anunció horas antes un cese temporario de las hostilidades, a fin de permitir la evacuación de la población civil de Mariúpol y de la vecina Volnovaja. “Ni un solo civil pudo salir de Mariúpol ni de Volnovaja por los corredores de seguridad. La población de esas ciudades está retenida como escudos humanos por grupos nacionalistas”, dijo el portavoz.