Mal parqueo, prostitución, inseguridad y hasta exceso en los niveles de ruido por los establecimientos son algunos de los problemas que los habitantes aledaños al Parque del Perro, en el barrio San Fernando, denuncian que son causantes de afectar su tranquilidad.
Las quejas fueron expuestas por los mismos residentes del sector en la reciente edición de Protagonistas en Vivo de El País, mediante la cual exigieron respuesta a la Administración.
Los vecinos enfatizaron que la polémica vivida el pasado fin de semana, tras las escenas subidas de tono en el local Severo Sinvergüenza, son solo la punta del iceberg de una serie de líos que enfrente el sector.
"Todos los medios de comunicación nacionales y locales cubrieron la noticia del escándalo, pero no pronunciaron una palabra de los males de fondo que azotan al parque", manifestó Alberto García, morador del sector.
Los habitantes de este barrio reclaman que según el Plan de Ordenamiento Territorial de Cali, POT, este sector es de uso mixto, lo que quiere decir que pueden existir establecimientos comerciales y residencias, pero en los últimos años los comercios han aumentado.
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“Se han ubicado varias actividades económicas que nos están afectando el ambiente del parque, ya no es un ambiente familiar sino que es de rumba, entonces ya dejó de ser algo recreativo donde la gente puede venir con su familia y pasó a convertirse en un sitio de diversión nocturna”, dijo Elizabeth Suárez, presidenta encargada de la Junta de Acción Comunal.
Además, los habitantes de San Fernando han manifestado que los establecimientos de comercio sacan las basuras de manera inadecuada y por eso se presentan malos olores.
Por lo anterior, Willis Izquierdo, coordinador del Grupo de Residuos Sólidos del Dagma, reveló que se están haciendo operativos para sancionar a los comercios que no cumplen con las normas y que, gracias a ellos, en 2023 se han multado a 6 establecimientos.
“Lo que estamos haciendo es abrir las bolsas que están en sitios indebidos para encontrar algún documento o empaque que nos permita saber de quién es, para que con eso podamos realizar la sanción”, expuso Izquierdo.
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Por otra parte, otro de los puntos que más ha criticado la comunidad es el cierre de uno de los carriles de la Carrera 34 para convertirlo en una zona netamente peatonal, el cual es un proyecto que cuesta más de $ 20.000 millones y quedaría listo este año.
“Gran parte de la obra implica unas redes de sistema pluvial de Emcali, ya se tienen las modelaciones de esa intervención y, luego de que ellos lo hagan, iniciaríamos con la construcción del bulevar”, comentó el director de Planeación Municipal, Ricardo Castro
El ruido sigue en aumento
“En este barrio había poca actividad comercial pero después de la pandemia se vino el desmadre porque no hay control sobre el ruido, hay licoreras que no cumplen los horarios, que tienen abuso del espacio público y eso afecta a nosotros los residentes. El parque está en crisis”, expresó el ciudadano José Zamorano.
Al respecto, Wilmar Álvarez, coordinador del Grupo de Calidad Acústica del Dagma, dijo que cada semana hacen operativos para controlar el ruido en la zona.
“En 2023 hemos hecho 6 sanciones por incumplir con los niveles de ruido (65 decibeles en el día y 55 decibeles en la noche). De hecho este tema ha mejorado. Además, se han realizado campañas educativas en conjunto con Asobares para concientizar a los comerciantes”, dijo Álvarez.
“Este ya pasó a ser el Parque del Porro”
La presencia constante de habitantes de calle y de consumidores de droga es otro factor que los caleños califican como crítico, ya que “lo que está pasando desde el punto de vista social es fuerte, hay locales que ya son antros de oscuridad. Incluso a esto ya no le dicen el Parque del Perro, sino que ya se convirtió en el Parque del Porro.
Incluso la caleña Aura Trujillo manifestó que lleva 50 años viviendo en el sector, y que nunca pensó que el barrio tuviera el deterioro que está presentando en la actualidad.
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“La llegada de tantos bares ha hecho que al sector asistan muchas pandillas, haya riñas e incluso robos. El ambiente se está tornando pesado”, reveló Trujillo.
El País trató de comunicarse con la Secretaría de Seguridad pero no se obtuvo respuesta.
Parqueo descarado de vehículos
La Alcaldía cerró uno de los carriles de la Carrera 34 para convertirlo en un bulevar, pero actualmente está siendo usado para parquear motos.
“Eso en realidad nos afectó mucho porque es la única entrada que tiene el barrio. Además, en algunos postes se ven correas que ponen a las motos a manera de cepos para que no se vayan sin pagar a los trapitos.El parqueo ya se convirtió en un negocio acá”, destacó José Zamorano.
El director de Planeación Municipal, Ricardo Castro, resaltó ya se está buscando una solución para esto.
“Este mes vamos a hacer una intervención que implica la instalación de un mobiliario para obstaculizar un poco el acceso de las motos y lograr que ese espacio sea de uso exclusivo para la comunidad”, dijo Castro.