Un mes después de que asumió el cargo como Presidente de la República, son varias las decisiones que ha tomado Gustavo Petro y que, para bien o para mal, han generado polémica, aplausos o rechazos en la opinión pública.

De acuerdo con los analistas consultados, la elección del primer presidente de izquierda para dirigir los destinos del país estuvo enmarcada en la ruta de un cambio significativo frente a lo que tradicionalmente ha sido la política en Colombia y el Mandatario en su inicio se ha ceñido a ese libreto.

Así lo asegura Mauricio Jaramillo Jassir, docente de ciencias políticas de la Universidad del Rosario, quien cree que el Gobierno quiere mostrar que ‘nos eligieron para cambiar y desde el primer día lo estamos haciendo’. Por ejemplo, la paz total quieren que se vuelva una política de Estado y no sé si les alcance la gasolina, pero el talante sí va a ser la transformación y el cambio”.

Al respecto, el excandidato Sergio Fajardo indicó que Petro “sigue disfrutando la luna de miel del triunfo sin hacer transición del candidato que hace promesas improbables (...) Su equipo avanza sin prioridades y sin una narrativa que dé identidad a esta administración. Esa es la lección del mes del nuevo gobierno”.

Llama también la atención que luego de 30 días frente al Estado, el Presidente no logra aún la conformación de todo su gabinete; varios porque no pudieron posesionarse. La ministra de las TIC apenas la posesionó el lunes y siguen pendientes cargos como los del director de Bienestar Familiar, Procolombia o el Icfes.

“Le ha tomado al Gobierno más de un mes completar el ejecutivo y eso me parece que es reflejo de que se quiere gente que generen grandes consensos, que sean idóneas para los cargos, y no es fácil porque son muchas las fuerzas que están participando de la coalición de gobierno”, dice Jaramillo Jassir.

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Luces y sombras

Frente a los anuncios son varias las polémicas que se han desatado durante el primer mes del gobierno Petro.

Solo el tiempo, aseguran los expertos, dictará sentencia sobre si fue un acierto o no cancelar la erradicación de cultivos, suspender los bombardeos en campamentos de grupos armados ilegales o limitar la extradición de narcotraficantes a Estados Unidos.

“Creo que aún no sabemos con exactitud hacia dónde vamos. Puede que la fórmula funcione y que el modelo genere grandes avances al país, pero también puede ocurrir que resulte peor el remedio que la enfermedad. Vamos por un camino nuevo, pero sin saber cuál será el destino”, considera el docente Diego Luis Sánchez.

También es prematura la calificación sobre la idoneidad que se pueda hacer de los ministros designados por el Primer Mandatario, pero este mes ha sido de declaraciones erráticas y salidas en falso de varios de los jefes de las principales carteras.

Al respecto, el senador Iván Cepeda, dijo que han sido días de “aciertos y errores”, pero considera también que en algunos de ellos “el entusiasmo los ha llevado a dar demasiadas declaraciones y afirmaciones públicas”.

Para los expertos lo destacable o cuantificable hasta el momento es lo que tiene que ver con la política internacional y con los anuncios de restablecer las relaciones con Venezuela y el giro que dio en cuanto al proceso que se ha seguido en la OEA contra el régimen de Daniel Ortega, en Nicaragua, por el deterioro de la democracia y los derechos humanos.

“Yo destacaría sobre todo lo ejecutado hasta el momento en materia de política internacional, en relaciones exteriores, porque lo interno está sujeto primero, a aprobación, y luego, a comprobación”, considera el politólogo Vicente Torrijos.

“Desprendiéndose de la tendencia blanco y negro de Duque, en vez de tratar de cambiar el régimen de Venezuela de manera infructuosa mediante un fiasco diplomático como el del Grupo de Lima, este gobierno de manera pragmática ha dicho que no se trata de aprobar lo que internamente caracteriza a un régimen como el de Nicolás Maduro, pero se pueden ensayar formulas binacionales de cooperación, desarrollo y entendimiento que es lo que hace falta para garantizar la relación trasfronteriza”, dice.

El internacionalista Andrés Oppenheimer escribió en el Nuevo Herald que es temprano para evaluar el compromiso de Petro con los derechos humanos y que se sabrán sus intenciones cuando Colombia emita su voto sobre Venezuela en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

“Si Petro cambia el voto de Colombia de los últimos años, que condenaba a Venezuela, será una clara señal de que no fue sincero durante la campaña, y que se convertirá en un aliado de las peores dictaduras de América Latina”, dice el analista.

Según Sergio Fajardo, Petro no deja de ser candidato y va haciendo promesas imposibles, sin rigor, que luego son expectativas fallidas.

¿ELN ausente de la ‘paz total’?

Aunque se creyó que la ‘paz total’ que propone el presidente Gustavo Petro iba a ser relativamente fácil con grupos como el ELN por cercanías ideológicas, la principal apuesta del Gobierno puede verse afectada por los últimos anuncios de la agrupación guerrillera.

Mediante un comunicado, el grupo guerrillero expresó su malestar porque están siendo tratados, en el tema de la paz total, a la par con otros grupos delictivos que, según recalcaron, no están en las mismas condiciones en las que están ellos ni fueron creados bajo las mismas ideologías.

“Bajo el ideal y el slogan de la 'paz total' se habla ahora de 'agrupaciones ilegales', incluyendo en ese manto al ELN , buscando igualarle en esa tabla a otras expresiones caracterizadas por rasgos diametralmente opuestos a la insurgencia”, señala el documento.

La molestia del grupo guerrillero también hace referencia a que, según enfatizaron, ellos, a diferencia de los grupos dedicados a actividades delictivas y que ellos catalogan como criminales, sí tienen un estatus político.

“La referencia a la ‘ilegalidad’ del ELN resulta innecesaria, sabemos que la hace el Estado para recargar la explicación que da a su propia presunción de ‘legalidad’, naturalmente la insurgencia revolucionaria es ‘ilegal’ a la luz de las reglas dominantes, si no fuera contraria a la ley del régimen, no sería en nada rebelde”, dice el documento.

Finalmente, el ELN hizo énfasis en que de concretarse los diálogos con el Gobierno, este debe tener claro que ellos tienen sus propias normas, estructuras y sistemas que conforman sus valores, los cuales deberán ser un tema de diálogo.

“Un horizonte de salida política dialogada y negociada podrá generar una nueva legitimidad, no antes, el ELN mantiene sus propias normas, sus estructuras, sus programas, su sistema de resistencia, por lo tanto, la legitimidad no deriva de la capacidad de fuerza sino de los valores de un proyecto político e histórico que supere el desastre del DDR, Proyecto de una Colombia democrática, sobre el cual esperamos poder conversar para encaminar los cambios de fondo que el pueblo necesita", precisó la agrupación.