Uno de sus juegos preferidos durante la infancia era mirar las nubes y encontrarles formas conocidas, podría ser de una oveja, un sombrero, una pelota, un ave, un árbol, incluso un rostro. Tal vez, esta sea una de las razones por las que Diego Pombo se dedicó al arte, con los años pasó de las nubes a hallar formas en las manchas, así logró construir una visión artística propia que le permitió crear algunas de sus series pictóricas más estimulantes.

De hecho, desde el pasado 30 enero, Pombo está exponiendo en el consulado de Colombia en Nueva York, una muestra de tres series pictóricas basadas en su arte de la mácula, o lo que es lo mismo: arte de la mancha.

Son 14 obras seleccionadas de sus series: ‘Las apariencias engañan’ (2016), ‘En lugar de la mancha’ (2018) de la que se publicó un libro en el que poetas y cuentistas colombianos, en un ejercicio de écfrasis, se inspiraron en las obras de Pombo para escribir piezas literarias originales.

La exposición también incluye obras de su última serie ‘El jardín psicotropical’.

Aunque con estéticas diferentes hay un concepto común que reune todas estas obras, y que es propio de la visión artística de Pombo: se trata del concepto de pareidolia.

¿Qué es la pareidolia?

La pareidolia es una condición especial de los seres humanos que nos lleva a percibir formas, sobre todo rostros y personajes, animales y situaciones, en las manchas. O también en estímulos aleatorios como nubes, humedades en las paredes, y yo de niño jugaba a ver formas conocidas, hoy en día incluso cuando veo los carros por detrás encuentro rostros. Es una de mis fijaciones, por eso he entrenado mi mirada para hacer pareidolia en función del arte.

A causa de este fenómeno psicológico muchas personas ha visto incluso la cara de Cristo, o la forma de la virgen María en manchas, algo que es muy frecuente en nuestra cultura.

Con ese concepto yo he desarrollado estas últimas series que estoy exponiendo en Nueva York.

La exposición de Diego Pombo estará en el consulado de colombia en Nueva York, ubicado en la carrera 46, entre avenidas Madison y Quinta, hasta principios del próximo mes de marzo.

¿Cuál es el proyecto que está desarrollando a partir de la serie ‘El jardín psicotropical?

Es un libro para el 2021, pero algo diferente al de ‘En lugar de la mancha’, en nueva publicación que apenas está en proceso estoy reuniendo a músicos colombianos que han participado en el Festival Ajazzgo para que compongan piezas musicales partiendo de mis obras.

Como muchos de ellos viven aquí en Nueva York, también estoy recopilando sus colaboraciones a este proyecto.

En este libro publicaremos sus partituras enfrentadas a las mis pinturas, además tendrá un código QR que los lectores podrán escanear con sus celulares y escuchar las composiciones.

¿Cómo es su método de trabajo para crear obras a partir de la pareidolia?

Yo hago fotos de manchas y las selecciono, salgo con mi cámara a hacer una pesca de manchas a las que les encuentro formas. Pero, antes de esto tuve una experiencia con otra serie que se llamó ‘Maculada concepción’ que surgió de las manchas de tinta accidentales en las máquinas de impresión offset, de esta forma encontré composiciones muy interesantes con varias imágenes de carteles superpuestas. Ese fue el precedente de mis tres series más recientes.

Para el ‘Jardín psicotropical’, mi método consistió en crear nuevas formas a partir de dibujos de botánica antiguos.

¿Qué impresiones ha recibido de las personas que ven estas obras?

Se divierten mucho, porque cada persona ve a su manera, encuentran en esas imágenes su propio mundo. Por eso no todos ven lo mismos objetos, los mismos rostros, los mismo animales. Estas obras tienen un efecto en el espectador muy similar al de los test de Rorschach, que son diez manchas utilizadas para descubrir la personalidad de quien las observe. Como dice la canción de Rubén Blades: “todo es según el cristal con que se mire”.