Samuel Rivera Figueroa tiene 9 años y vive con su familia, de origen caleño, en la ciudad de Cochrane, provincia de Alberta, en Canadá. Es un niño muy inteligente, creativo y un poco tímido, aunque esto no impidió que se convirtiera en el autor de un libro infantil e ilustrado, que precisamente busca motivar a otros menores para superar la timidez.
Su libro, que cuenta con las ilustraciones de su primo Juan José García Figueroa, se llama ‘Too cool for glasses’, que en español sería “Demasiado cool para usar gafas”, nació de una experiencia muy valiosa para Samuel.
Todo empezó cuando, después de un examen de rutina, escuchó decir al médico que debía usar anteojos. En ese momento, Samuel sintió gran preocupación. Pero aceptó usarlos, dado que, por el momento, solo los necesitaba en la casa para ver televisión, videojuegos o en el computador.
Dos años después, ante una disminución en su rendimiento académico, el médico recomendó que, en adelante, el pequeño debía usar las gafas de forma permanente, es decir, durante las clases en el colegio.
Como cuenta su madre, Verónica Figueroa, “se puso a llorar impresionante y dijo que no quería usarlas, pero cuando el doctor le preguntó la razón, confesó que temía las burlas de sus compañeros”.
Ese día, mientras estaban en la clínica oftalmológica escogiendo las monturas nuevas para Samuel, quien seguía triste por la noticia, un niño “un poco más grande que él, se acercó y le dijo: ‘Oye, no te preocupes, ya nadie se burla de los que usan gafas, tener gafas es cool’. Y, cuando Samuel volteó a mirarlo, notó que el niño también las usaba”. Después de esta experiencia, Samuel cambió su actitud, se sintió más confiado, escogió sus nuevas gafas y decidió ir con ellas al colegio.
De regreso a casa, el niño tuvo una idea y preguntó a su madre: “¿Será que ahora podemos escribir una historia sobre lo que me acaba de pasar? Porque yo quiero decirle a los demás niños que no sufran como yo, porque usar gafas es bueno para su salud y que ya nadie se burla por eso, es algo muy normal”.
Llegaron a casa y, al pasar tres días, Samuel ya había escrito su historia. Días después, una amiga de 12 años, quien también quiere ser escritora, ayudó a pulir el texto de Samuel y a organizarlo en forma de libro.
Luego, su primo colombiano, Juan José García Figueroa, de 11 años, quien pasaba vacaciones en Canadá, se unió al proyecto y dibujó las ilustraciones del libro. “Los dos trabajaron en equipo, fue muy bonito ver a dos niños, de 9 y 11 años, creando juntos”, comenta Verónica Figueroa, madre de Samuel y periodista.
Sobre el talento literario de su hijo, agrega que “debido a su timidez, yo le enseñé que a veces, cuando no nos sentimos seguros hablando, también podemos expresar nuestros sentimientos a través de la escritura”.
Al final, el libro fue editado y subido a Amazon, donde después se envió a imprimir. Solo hasta el pasado lunes, 1 de abril, tras meses de trabajo, Samuel y su familia recibieron los primeros ejemplares impresos. “Es el mejor lunes de mi vida”, dijo Samuel cuando vio su libro impreso.
En los últimos días, el joven escritor y su primo han sido invitados a hablar de su creación literaria en la emisora local de Cochrane, la librería de la ciudad ya solicitó ejemplares y, como parte de una terapia para superar la timidez, Samuel, con las gafas bien puestas, ya dio sus primeras lecturas públicas ante sus compañeros.