Howard Phillips Lovecraft (1890 – 1937), denominado el príncipe oscuro de Providence (Rhode Island), es quizá el escritor más importante en la historia de la literatura en el género del horror, superando a Edgar Allan Poe y Arthur Machen por un amplio margen. ¿Cómo se puede afirmar esto? Por la enorme influencia que tuvo y aún tiene en los escritores que vinieron después y que le “deben” su fama y reconocimiento a sus pesadillas y monstruos ancestrales. Sin Lovecraft, nunca habría habido un Stephen King, un Clive Barker, un Peter Straub, un Laird Barron ni muchos otros que han obtenido prestigio en mayor o menor grado. El legado de Lovecraft no se limita solo a la literatura, sino que se extiende al cine (la saga de ‘Alien’ y ‘Depredador’ están directamente inspiradas en ideas que ya estaban presentes en la obra del escritor de Providence), los comics (‘Locke & Key’ de Joe Hill y Gabriel Rodríguez, ‘Neonomicon’ de Alan Moore, sin ir más lejos) y en la televisión. A pesar de ser una de las figuras trascendentales en la historia de la literatura, Lovecraft nunca gozó de ningún tipo de fama o respeto y murió en la más absoluta pobreza, sin imaginar ni conocer el poderoso influjo que sus visiones y seres primigenios tendrían en generaciones enteras de escritores y lectores en todo el mundo. No es justo, pero su obra nació luego de su muerte. Escritores amigos, parte de lo que después se denominó el “Círculo de Lovecraft”, salvaron sus creaciones del olvido y se encargaron de difundirlas.

Reafirmando que ese legado permanece vigente y muy fuerte, Panamericana Editorial acaba de publicar una obra titulada ‘La llamada de Cthulhu y otros relatos extraños’. Se trata de una edición muy bien cuidada, no solo en la traducción (realizada por Carolina Abello), sino en las ilustraciones (creadas por Jonathan Vera), sin hablar del diseño de portada (tapa dura con relieve mostrando nada menos que a Dagón), ilustraciones entre los relatos, detalles en las páginas; representando una atractiva y excelente puerta de ingreso al universo narrativo del máximo exponente del horror cósmico en la literatura. Sobre el proceso de selección de los cuentos que integran esta antología, el editor, Miguel Ángel Nova dice que: “En cada cuento de Lovecraft se puede entrever un eslabón, aunque sea muy sutil, del sublime mundo que resulta de su obra completa. Por ende, decidir incluir un relato y relegar otro se torna una tarea compleja y algo desdichada, pues siente uno que deja de lado aspectos fundamentales que de alguna manera se entretejen con los relatos seleccionados, y entonces se genera el sentimiento de que más valdría publicar la obra completa o simplemente no hacer nada. El reto entonces consiste en intentar ofrecer una selección que invite al lector a acercarse a la obra de Lovecraft y simplemente se apasione por ella, sin poder retirarse, sin poder huir del mundo lovecraftiano, sino adentrándose cada vez más en él. Así pues, decidí realizar una selección que le ofreciera al lector —en especial al lector joven que tal vez no conoce la obra— un abrebocas con los relatos que quizá resultan más reveladores, que comprenden parte de la obra temprana del autor, pero que de cierta manera invitan a continuar la exploración de los demás relatos y conocer más profundamente ese mundo tan inefable y colosal. Es por eso que el libro inicia con ‘Dagón’ y finaliza con nada menos que ‘La llamada de Cthulhu’, broche de oro y comienzo del caos”.

La traducción al español de los 13 relatos de Howard Phillips Lovecraft fue realizada por Carolina Abello Onofre, mientras que las ilustraciones son del artista gráfico Jonathan Vera Quintero.

Howard Phillips Lovecraft (1890 – 1937), denominado el príncipe oscuro de Providence (Rhode Island), es quizá el escritor más importante en la historia de la literatura en el género del horror, superando a Edgar Allan Poe y Arthur Machen por un amplio margen. ¿Cómo se puede afirmar esto? Por la enorme influencia que tuvo y aún tiene en los escritores que vinieron después y que le “deben” su fama y reconocimiento a sus pesadillas y monstruos ancestrales. Sin Lovecraft, nunca habría habido un Stephen King, un Clive Barker, un Peter Straub, un Laird Barron ni muchos otros que han obtenido prestigio en mayor o menor grado. El legado de Lovecraft no se limita solo a la literatura, sino que se extiende al cine (la saga de ‘Alien’ y ‘Depredador’ están directamente inspiradas en ideas que ya estaban presentes en la obra del escritor de Providence), los comics (‘Locke & Key’ de Joe Hill y Gabriel Rodríguez, ‘Neonomicon’ de Alan Moore, sin ir más lejos) y en la televisión. A pesar de ser una de las figuras trascendentales en la historia de la literatura, Lovecraft nunca gozó de ningún tipo de fama o respeto y murió en la más absoluta pobreza, sin imaginar ni conocer el poderoso influjo que sus visiones y seres primigenios tendrían en generaciones enteras de escritores y lectores en todo el mundo. No es justo, pero su obra nació luego de su muerte. Escritores amigos, parte de lo que después se denominó el “Círculo de Lovecraft”, salvaron sus creaciones del olvido y se encargaron de difundirlas.

Reafirmando que ese legado permanece vigente y muy fuerte, Panamericana Editorial acaba de publicar una obra titulada ‘La llamada de Cthulhu y otros relatos extraños’. Se trata de una edición muy bien cuidada, no solo en la traducción (realizada por Carolina Abello), sino en las ilustraciones (creadas por Jonathan Vera), sin hablar del diseño de portada (tapa dura con relieve mostrando nada menos que a Dagón), ilustraciones entre los relatos, detalles en las páginas; representando una atractiva y excelente puerta de ingreso al universo narrativo del máximo exponente del horror cósmico en la literatura. Sobre el proceso de selección de los cuentos que integran esta antología, el editor, Miguel Ángel Nova dice que: “En cada cuento de Lovecraft se puede entrever un eslabón, aunque sea muy sutil, del sublime mundo que resulta de su obra completa. Por ende, decidir incluir un relato y relegar otro se torna una tarea compleja y algo desdichada, pues siente uno que deja de lado aspectos fundamentales que de alguna manera se entretejen con los relatos seleccionados, y entonces se genera el sentimiento de que más valdría publicar la obra completa o simplemente no hacer nada. El reto entonces consiste en intentar ofrecer una selección que invite al lector a acercarse a la obra de Lovecraft y simplemente se apasione por ella, sin poder retirarse, sin poder huir del mundo lovecraftiano, sino adentrándose cada vez más en él. Así pues, decidí realizar una selección que le ofreciera al lector —en especial al lector joven que tal vez no conoce la obra— un abrebocas con los relatos que quizá resultan más reveladores, que comprenden parte de la obra temprana del autor, pero que de cierta manera invitan a continuar la exploración de los demás relatos y conocer más profundamente ese mundo tan inefable y colosal. Es por eso que el libro inicia con ‘Dagón’ y finaliza con nada menos que ‘La llamada de Cthulhu’, broche de oro y comienzo del caos”.

Trece cuentos conforman esta antología y como la mayoría sabe, el trece es un número infame en el género de terror, ¿fue intencional el hecho de que haya trece relatos de H. P. Lovecraft en este libro? “Como dicen los chicos de hoy, sería supercool afirmar que, en efecto, incluí trece relatos haciendo honor a la superstición que recoge este número desde la antigüedad…, pero mentiría. En realidad fue sin ninguna intención. De hecho, inicialmente había proyectado seleccionar doce cuentos, pero en diálogos con la traductora decidimos incluir un relato más, si mal no recuerdo, ‘Los gatos de Ulthar’. Esto con el fin de exponer, entre otras cosas, la simpatía que sentía Lovecraft por los gatos y su evidente repudio hacia la crueldad animal”.

Hay muchas antologías y nuevas versiones de las obras de H. P. Lovecraft apareciendo constantemente, muestra de que la influencia del autor no disminuye ni se debilita, ¿por qué entonces hacer un nuevo libro y qué tiene de diferente de otras recopilaciones del autor de Providence? “El mayor fuerte de Panamericana Editorial es, sin duda, el campo de la literatura infantil y juvenil. Lovecraft es un escritor que, si bien es leído y disfrutado por el lector adulto, es descubierto y quizá más valorado por el público joven. Una vez el autor salió a dominio público, empezamos a estar en deuda con un público fiel y agradecido y quisimos ofrecer una obra selecta con una traducción 100% original y colombiana e ilustraciones que intentaran hacerle honor al autor y a su obra. Esta edición se diferencia de las demás a simple vista, hablando de la calidad de la cubierta, del papel, de las ilustraciones y del diseño, pero además por la fidelidad y calidad de la traducción, el detalle y definición de las ilustraciones, las notas de traducción y finalmente, la selección, que expone buena parte de la variedad de temáticas que abarcan la totalidad de la obra lovecraftiana e inician al lector en la exploración y el conocimiento de un mundo difícil de abandonar”.

Hay un cuento con el que muchos lectores quizá no estén tan familiarizados, ya que no es de los más conocidos ni antologizados del autor de Providence; se trata de ‘Él’, y la buena noticia es que van a encontrarlo en este libro. “Muchas antologías corren el riesgo de buscar complacer a todos, introduciendo así lo más top, lo ‘políticamente correcto’, lo que llena, satisface y engorda. En nuestra edición no pensamos así. ‘Él’, sin duda, es de esos relatos que muchos fans de Lovecraft hubiesen querido no leer ni conocer, ya que revela aspectos del autor que sacuden su pedestal. Aun cuando el relato es rico en detalles y es pieza valiosa en lo que al horror cósmico respecta, también exhibe vestigios autobiográficos permeados de racismo, nostalgia supremacista y aversión hacia la heterogeneidad. Aunque sabemos que tales actitudes hoy son controvertibles y cada vez más inaceptables, no se puede ignorar la singularidad de las personas que admiramos, entre ellos Lovecraft, quien en sus escritos desahogaba muchas veces la ansiedad y desdicha que le causaba la realidad de su época. Cada cual lo juzgará a su manera, pero como cualquier otra persona, el escritor de Providence tuvo su forma de ver el mundo y no podemos simplemente voltear la mirada y solo querer ver lo ‘agradable’ y lo ‘cómodo’”, comenta el editor.

Las traducciones siempre han representado un inconveniente en la literatura. ¿Son fieles al texto original?, ¿qué tantos cambios u omisiones ocurren sin que sepamos o podamos llegar a comprobar? Lovecraft siempre ha resultado problemático en este aspecto, en parte por su forma obsesiva de narrar. Carolina Abello Onofre, la responsable de esta reciente traducción, señala que:

“Es un reto enorme traducir a un autor como Lovecraft porque su obra ya ha sido traducida, reescrita y adaptada infinitamente a múltiples formatos, y porque él mismo es un personaje extremadamente célebre y comercial (Cthulhu apareció en “Los Simpson”, y el propio Lovecraft en “Scooby Doo”) que ha influenciado a muchos otros escritores y directores de cine. Así las cosas, en primer lugar, hay que sobrepasar lo intimidante que todo esto resulta y hacer una abstracción de todo lo que existe alrededor de Lovecraft, a fin de sumergirse de lleno en su obra. Y allí, se encuentra uno de frente con el estilo de Lovecraft: la utilización compulsiva de los adjetivos, la descripción híper precisa de terrores ‘innombrables’ y de ‘misterios que sobrepasan toda imaginación’. Traducir a Lovecraft es como partir de una doble lengua de origen; por un lado, el inglés de la época en la que vivió, y por otro, el uso que él hace en particular de su idioma para crear las atmósferas de horror, locura y desolación. Yo tuve que construirme un glosario a medida que avanzaba en la lectura de los cuentos, para tomar conciencia del manejo que Lovecraft hace del vocabulario (adjetivos alusivos al terror o la fealdad, arcaísmos, términos científicos, de navegación, las figuras literarias, etc.) y poder así comprender esos estados del alma aterrorizada y desencantada y la manera en que el autor logra hacer que la realidad se vea sacudida por la irrupción de lo sobrenatural”.

Esta edición se diferencia notablemente de traducciones anteriores, y se aprecia y agradece el cuidado y la legibilidad del resultado final. Algunos ejemplos:
Aire fresco (1926)

“Me piden que explique por qué me dan miedo las corrientes de aire fresco; por qué tiemblo más que los demás cuando entro en una habitación fría y parece que me siento enfermar y repelido cuando el frío del atardecer se cuela reptante por entre el calor de un tibio día de otoño”. (Traducción de José Antonio Álvaro Garrido y José María Nebrada, Editorial EDAF, S. A. 2003)
En esta edición: “Me piden explicar la razón por la cual me asustan las corrientes de aire fresco, la razón por la cual me pongo a tiritar más que cualquiera al entrar a una habitación fría, y por qué parezco mareado y asqueado cuando el frescor que anuncia la noche se filtra por entre el agradable calor de un día otoñal”.

La llamada de Cthulhu (1926)

“No está muerto lo que yace perpetuamente, y con el transcurso de los evos, incluso la muerte puede fenecer”. (Traducción de Luis Rutiaga, Grupo Editorial Tomo; S. A. de C. V., 2003)
En esta edición: “No está muerto lo que para siempre puede dormir, y con el arribo de insólitas eras, quizá hasta la muerte pueda morir”.

“Las traducciones envejecen muy rápido, más que la obra original, por eso son necesarias las renovaciones. Asimismo, cada traducción ofrece la interpretación de quien la lleva a cabo. Para producir cada uno de estos textos, yo me metí de cabeza en la vida de Lovecraft y en estos cuentos que hacen parte de su obra temprana (1919–1928), pues terminamos justo con ‘La llamada de Cthulhu’. Entonces, lo único que puedo garantizar es que detrás de cada cuento hay un trabajo serio y una selección cuidadosa de términos; y también hay mucha pasión, sudor y lágrimas… pues son textos sumamente alambicados, que no son fáciles de traducir”, señala Carolina Abello.

Lo que muchos nos preguntamos es si Lovecraft ha sido fielmente traducido al español. “La fidelidad de la traducción es un tema complejo porque esta noción se asocia a la equivalencia y a la transparencia, y la traducción es más un arte y una disciplina aproximativa y de apropiación; y al ser así, cada traducción produce una nueva interpretación. Existen traducciones muy serias y hermosas de la obra de Lovecraft, como las que realizaron los grandes de la traducción en España, me refiero a Francisco Torres Oliver, José María Nebreda y Juan Antonio Molina Foix. Y existen también esperpentos que circulan por Internet que ni autor tienen: cuentos que han sido macheteados sin piedad, o textos sin sentido. Uno entiende cada palabra de una oración, pero ya en su conjunto, no se sabe qué querían decir”, afirma la traductora.

Esta antología, además, cuenta con una serie de notas aclaratorias al final del libro, las cuales están escritas en un tono conversacional y “tienen como fin expandir y amenizar la lectura haciéndola más clara y aportando datos curiosos que permiten establecer relaciones con otros cuentos del autor, saber un poco más de su vida, sus obsesiones, gustos y prejuicios, su círculo de amigos, o simplemente señalar referencias mitológicas, históricas o científicas interesantes que están presentes en los relatos y que, al conocerlas, el lector podrá enriquecerse y adentrarse aún más en esos otros mundos horríficos creados por Lovecraft a partir de lo real”, concluye Carolina Abello.