Cuando el poeta John Donne cayó enfermo, al parecer por una infección desconocida en la Inglaterra del siglo XVII, decidió escribir un libro donde analizara por sí mismo el comportamiento humano en esos momentos de incertidumbre causados por la enfermedad. Así redactó 23 meditaciones, que más allá de describir su salud, advierten a los lectores que más vale cambiar ahora que esperar una afección para curarnos de la soberbia, que aceptando a tiempo nuestra fragilidad, mejoramos.

A esta familia de autores preocupados por la salud colectiva, se unió el novelista italiano Paolo Giordano con su libro ‘En tiempos de contagio’, escrito durante la cuarentena que se vivió en su país, epicentro del segundo gran brote de Covid-19 entre enero y mayo de este año. Pero, junto a su sensibilidad humanística, el escritor aplicó sus conocimientos en física de partículas para analizar y explicar con sencillos conceptos matemáticos: cómo nuestro comportamiento colectivo influyó, en primer lugar para desencadenar la pandemia, y en segundo lugar, cómo la reacción en conjunto determinan a futuro la desaparición del virus o la de nuestra especie.

“Los virus se cuentan entre los muchos prófugos de la destrucción del medio ambiente, junto con las bacterias, los hongos y los protozoos. Si por un momento fuésemos capaces de dejar a un lado nuestro egocentrismo nos daríamos cuenta de que más que ser los nuevos microbios quienes vienen a nuestro encuentro, somos nosotros quienes los desahuciamos de sus hábitats”, afirma Giordano en su libro.

‘En tiempos de contagio’ son 27 breves meditaciones, escritas desde su confinamiento en Roma, aunque originalmente circularon durante marzo en Italia, cuando allí sobrevivían al pico de la pandemia, ahora el libro llega a Colombia, justo cuando Latinoamérica es el nuevo epicentro de contagios.

“Ningún hombre es una isla, cada hombre es una parte del todo. La muerte de cualquier hombre me disminuye, pues soy parte de la humanidad”, dice Donne en sus meditaciones. Giordano lo retoma en este siglo de cambios climáticos y virtualidad, y agrega: “No solo somos parte de la comunidad humana, sino que somos la especie más invasiva de un ecosistema frágil”.

Desde su apartamento, el novelista y físico afirma que este ha sido para él “uno de los períodos de trabajo más ocupados de mi vida. Escribí el libro, luego varios artículos, hice decenas de horas de entrevistas, conversaciones y seminarios en línea y por teléfono”. No es una queja de su parte, por el contrario, “todo esto me ayudó a tener sentido. No sé dónde me habría derrumbado de lo contrario”.

La carrera literaria de Paolo Giordano inició en 2008 con su exitosa novela ‘La soledad de los números primos’, que además de vender un millón de copias en Italia, le mereció el Premio Strega de Novela, siendo adaptada al cine en 2010. A la fecha ha publicado cuatro novelas cuyas tramas tienen de fondo teorías matemáticas como la de los números primos gemelos o la serendipia. Sin embargo, ‘En tiempos de contagio’ es el primer ensayo humanista de Giordano, este libro es su entrada a una admirable tradición de autores italianos, novelistas y analistas de actualidad, como son Umberto Eco, Claudio Magris, Alessandro Baricco y Nuccio Ordine.

¿Cómo las matemáticas le ayudaron a comprender esta pandemia?

Especialmente en la primera fase de la epidemia en Italia, precisamente en los días durante los cuales se escribió el libro, las matemáticas eran la única forma de entender lo que estaba por suceder. La emergencia sanitaria aún no había comenzado. La emergencia estaba en los números. He tratado de entender y luego explicar algunos conceptos simples y esenciales para describir la propagación de cada epidemia. Para que las personas puedan estar menos asustadas, pero también más conscientes.

¿Cómo es que las matemáticas pueden tranquilizarlo?

Cuando pienso en las matemáticas, no pienso como muchas personas en la complicación de los cálculos, sino en todo lo contrario: sobre el proceso de simplificación. Y cómo los pasajes matemáticos permiten reducir expresiones muy largas y tortuosas a resultados concisos y comprensibles. Las matemáticas explican, iluminan. Al menos para mí.

¿Por qué abandonó su prometedora carrera como físico y se dedicó a la literatura?

Tal vez porque no la consideré una carrera tan prometedora... O tal vez porque la literatura llega a un punto en mi alma que es más profundo. La literatura me parece algo inagotable en mí.

¿Qué lo motivó a escribir este libro sobre la pandemia y publicarlo en la misma coyuntura?

Es un libro escrito en una emergencia, para ayudar a las personas en esta emergencia. Podrían leerlo más tarde, pero era necesario en este momento para ayudar a las personas a comprender. Había (y todavía hay) una necesidad desesperada de explicaciones claras, tranquilas y exhaustivas. Traté de hacer mi parte.

Este pequeño libro es una colección de notas, ideas. Destaca muchas relaciones que los científicos han conocido durante algún tiempo, pero que son oscuras para el público en general: los vínculos entre las epidemias y el medio ambiente, entre las matemáticas y la solidaridad, entre la información y la prevención. Si todos nos hiciéramos cargo de estos problemas, sería el comienzo de un cambio muy importante.

Uno de los temas en los que más ha profundizado en sus novelas son las relaciones familiares, ¿cómo considera que cambiarán debido a estos tiempos de contagio?

Creo que las relaciones familiares, así como todas las relaciones emocionales, son mucho más fuertes y más sólidas que esta pandemia. Los mecanismos pueden cambiar. Tal vez por un tiempo realmente nos despediremos usando el codo y no las manos y los abrazos. Pero el tejido de las relaciones íntimas es más fuerte que eso. De lo que tengo mucho más miedo es del tejido social, que es mucho más frágil y será sometido a prueba por una crisis profunda como esta.

Hay muchos comportamientos humanos que nos ponen en riesgo de futuras pandemias. La deforestación, la agricultura intensiva, el uso de ciertos agentes químicos, el consumo de caza en riesgo: todas estas prácticas alteran seriamente los ecosistemas. Ecosistemas en los que se encuentran microorganismos nuevos y desconocidos, que podrían ser perjudiciales para los humanos. Como en el caso del covid. Las epidemias son un hecho de la naturaleza, pero nuestra relación con la naturaleza las hace más o menos probables.

¿Teme que la humanidad no tome consciencia?

El trauma y el sufrimiento casi nunca producen conciencia. Todo lo contrario. A menos que hagamos compromisos ahora, a menos que comprendamos que somos más vulnerables y esto nos haga cambiar por completo. Yo veo un mecanismo de eliminación muy rápido a mi alrededor. En este momento la epidemia sigue siendo muy grave en otros continentes, como América del Sur. Esta sería una oportunidad para comprender que realmente somos parte de un destino común, que hay aspectos de nuestra vida, como la seguridad de la salud, que deben abordarse a nivel mundial. Pero me parece que eso no está sucediendo.

¿Y si acabada la emergencia sanitaria todas las personas vuelven a los mismos comportamientos?

Nadie sabe lo que sucederá. Nunca, como en este momento, nadie en el mundo tiene una idea clara y confiable de lo que sucederá en tres o seis meses.

Usted establece relaciones entre matemáticas, salud pública, comportamiento social y epidemiología. Sin embargo, para la mayoría no son evidentes, ¿por qué resulta tan difícil que las personas entiendan la complejidad de la pandemia y que no caigan en explicaciones simplistas?

Las relaciones son complejas hasta que alguien las explica con la tranquilidad necesaria y las palabras adecuadas. Desafortunadamente, estamos cada vez más acostumbrados a mantener la complejidad lejos de nuestras vidas, al igual que el mundo exterior se está volviendo más complejo. Creo que esto debería cambiarse: educar a las personas sobre la complejidad desde la infancia, desde la escuela. Mostrar las relaciones entre eventos, cadenas de causas y consecuencias.

¿Considera que ahora más que nunca todas las personas deberían tener una relación más cercana con la ciencia?

El mundo en el que vivimos está conformado cada vez más por la ciencia y la tecnología. Dejar de entenderlos significa dejar de entender el mundo en el que vives.

¿Qué lecciones como escritor le dejó la experiencia de escribir un libro durante la cuarentena?

En los meses de encierro y especialmente durante la escritura, sentí que estaba en contacto con algo más grande que yo, un destino colectivo. Es un sentimiento que, a pesar de la preocupación del momento, da mucha energía y mucha esperanza.

¿Qué obras sobre pandemias consultó?

‘Spillover’ de David Quammen fue esencial para mí. Si no lo hubiera leído años antes, tal vez no habría entendido mucho. Pero también los libros de Elizabeth Kolbert y Jared Diamond. Y el ensayo de una profesora de matemáticas española que conocí unas semanas antes de la pandemia, precisamente en Colombia, con motivo del Hay Festival Cartagena, fue de gran ayuda: Clara Grima, quien me dio un adelanto de su ‘Vigilancia de las matemáticas en la salud’.

Hubiera sido imposible aprender todo lo que está escrito en el libro en estos pocos días. La mayoría de esos pensamientos habían estado conmigo durante años. El medio ambiente, la información, las epidemias, la relación entre las personas y la ciencia: estos son temas que me han interesado durante mucho tiempo y que también dan forma a mi última novela ‘Conquistar el cielo’ (2019), que fue un trabajo muy largo. Aquí se trataba de reunirlos y organizarlos a la luz de este nuevo evento.

¿Y leyó literatura?

Ninguna novela durante la cuarentena. Solo noticias, noticias, noticias. Y artículos científicos. La realidad me llamó más la atención. Ahora estoy leyendo el ‘Ruido de fondo’ de Don Delillo. Una excelente manera de encontrar significado en esta experiencia de muerte por la que todos pasamos.

Si pudiera, ¿qué le agregaría al libro en este momento?

Agregaría todos los artículos que escribí en los periódicos italianos durante las semanas de encierro. Porque son la continuación natural del libro. Y agregaría algunas reflexiones sobre la dificultad de la cooperación internacional que hemos mostrado y estamos demostrando. La pandemia es un problema global y todos hemos reaccionado divididos. También agregaría un capítulo sobre paradojas: el virus nos ha hecho vivir en una serie infinita de paradojas.

¿Estas circunstancias podrían ser material para una novela?

Es muy temprano para decirlo. El tiempo de las novelas es completamente diferente. Y es impredecible.