Las primeras notas que Rosa Montero realizó para su libro ‘El peligro de estar cuerda’ datan del año 2018, en un proceso lento, paralelo a la escritura de otros libros, hasta que toman todo el protagonismo y se convierten en su proyecto principal.

Locura, creatividad e imaginación son temas recurrentes en la obra de la escritora y periodista española, pero este libro ha sido su exploración más profunda en torno a las enfermedades mentales, un tema que sigue siendo tabú, pero que la pandemia lo agudizó.

Partiendo de su experiencia personal y de la lectura de numerosos libros de psicología, neurociencia, literatura y memorias de grandes autores de distintas disciplinas creativas, por varias décadas; Rosa Montero presenta un estudio apasionante sobre los vínculos entre la creatividad y la inestabilidad mental.

Un libro que abarca una gran cantidad de lectores, con numerosas curiosidades asombrosas sobre cómo funciona el cerebro al crear, desmenuzando todos los aspectos que influyen en la creatividad, escrito entre el ensayo y la ficción se dan la mano en esta exploración sobre los vínculos entre la creatividad y la locura.

LA CRISIS DE LA SALUD MENTAL

—¿Cómo surgió la idea de ‘El peligro de estar cuerda’?

Lo escribí en pandemia, pero el tema lo venía trabajando desde mucho antes. Ya venía preparando este libro mientras escribía ‘La buena suerte’, porque normalmente, si todo va bien, cuando estás en la recta final de un libro, se te ocurre el siguiente y lo vas preparando mentalmente.

Son libretas y libretas de anotaciones, de lecturas y relecturas y casi dos años y medio concentrada en este tipo de temas.

—La salud mental, un tema de mucha actualidad…

Es el tema de mi vida. De hecho, ya he tocado estos temas en muchos artículos sobre salud mental, incluso he ganado varios premios de asociaciones de psiquiatras por hablar de ellos, con muchos de mis personajes con trastornos mentales, como ‘En los tiempos del odio’ y ‘La buena suerte’. Es un tema muy habitual en mi trabajo.

—¿Coincidió con la pandemia?

Tengo la sensación, que además es muy consoladora, de que somos un cardumen, como los peces. Pese a las barbaridades que nos hacemos, como las guerras, existe una unión orgánica entre los humanos, con una música inaudible que hace que coincidan de repente. Este libro lo ido construyendo toda la vida y su salida coincidió con uno de los momentos más difíciles que ha transitado la humanidad.

—Un libro en el que habla con profundidad sobre la locura y la creación artística…

La locura y la creatividad es una relación que ha sido tratada desde hace siglos, desde el propio Aristóteles, que decía: “Desde siempre se ha pensado que la locura y la creatividad tienen un nexo”. Realizando la investigación encontramos que la locura no te hace artista, porque los genios que cayeron en crisis psicótica, simplemente enmudecieron, desaparecieron, no pudieron seguir haciendo sus obras.

Quizás, lo que he encontrado es que terminan siendo primos hermanos. La gente que nos dedicamos a cosas creativas tenemos un cerebro que está cableado de una manera distinta a la usual.

BICHOS RAROS

—¿Existe la buena locura?

A veces la gente se confunde con mi libro. Algunos piensan que reivindico la locura, y nada más alejado de ello. Lo que reivindico en mi libro es que la normalidad no existe, lo que llamamos normalidad es la media estadística de todas las posiciones de vida.

De alguna manera, todos somos divergentes en algo, y claro, hay gente más rara que otra, pero en el fondo somos iguales. La idea es entender que lo normal es ser raro, en una gran variedad de raros donde buscamos convivir con los raros que se acoplan mejor a nuestras propias rarezas.

Como no entendemos esto, las rarezas las reprimimos y nos venden el ideal de lo normal y eso es forzar a las personas a adaptarse a ella, algo que está haciendo mucho daño, con niños que llegan a sus escuelas y sufren de matoneo, lo que los lleva a la depresión clínica, y muchas veces ni lo saben.

Reivindiquemos la diferencia, la rareza, cuando estas no son patológicas, que terminan creando un daño, pero ahí también hay que sacarlas más a la luz para tratarlas, porque solemos hacer totalmente lo contrario.

—En temas de salud mental, apenas empezamos a ver las consecuencias de la pandemia…

El trastorno mental forma parte esencial de lo que es el ser humano. La Organización Mundial de la Salud dice, y creo que se queda corta, que el 25% de la población mundial va a tener un trastorno mental en algún momento de su vida, porcentaje que sospecho que aumentará tras la pandemia.

Eso quiere decir que la cuarta parte de la humanidad lo sufrirá en carne propia, o lo sufrirá en las carnes de alguien más cercano, sean familiares o amigos. Es un grave problema que aumenta al estar debajo de la alfombra, con un tabú tremendo, lo que es un total suicidio por parte de la sociedad. Nos hace ser una sociedad mucho más patológica y desgraciada.

En un artículo que escribí, dije que el 2021 fue el año de la salud del armario de los trastornos mentales, como una de las pocas cosas buenas que ha dejado la pandemia pero con un costo altísimo.

—¿Todo aumenta con el impacto de las redes sociales?

Las redes sociales son una herramienta que ha tenido tan mal uso que cuenta con sus propios muertos, porque antes, un niño salía del colegio y acababa el bullying, volvía a su pueblo, con sus seres queridos y todo quedaba atrás. Ahora, con las redes sociales, el impacto es mil veces superior y deja huella.

Mientras que vivimos tiempos de fanatismo tecnológico increíble, a la vez, estamos inmersos en una ignorancia tecnológica, con una gran cantidad de energúmenos en redes sociales, cuando antes eran esos seres que siempre estaban en la esquina del bar de barrio, que eran fácilmente ignorados, y es lo que debemos aprender hacer ahora.

—¿Cómo ha sentido que este libro ha impactado dentro de sus lectores?

Es de todos mis libros él que ha tenido una respuesta mayor, incluso por encima de ‘La ridícula idea de volver a verte’, y no solo lo digo por el número de ejemplares vendidos, es por lo que la gente te escribe. En las firmas de libros siempre me cuentan sus propias rarezas. Suelen utilizar mucho la frase: “Me he sentido abrazada por este libro”, se han reconciliado con ellos mismos, han dejado de tener miedo.