Todos creyeron por siglos que el continente que hoy llamamos América, fue descubierto por Cristóbal Colón. Pero, en las sagas nórdicas, donde se registran las historias de los guerreros vikingos, consta que un hombre y su familia llegaron a las costas de este continente casi mil años antes que el famoso navegante europeo.
De hecho, recientes hallazgos arqueológicos en Canadá, donde se encontró un asentamiento vikingo de hace mil años, evidencian la solidez de esta historia cuyo protagonista es Erik Thorvaldsson, más conocido como Erik el Rojo, quien se arriesgó mucho más que otro navegante del norte y llegó primero a Groenlandia donde se estableció y tuvo cuatro hijos.
Uno de sus descendientes, Leif Eriksson, inspirado en sus viajes, salió en un drakkar rumbo a lo desconocido, ese lugar que otros después llamaron América.
La historia de estos aventureros son narradas en ‘Erik el Rojo, el vikingo que descubrió América’, la primera novela del caleño Tulio Fernández Mendoza, quien hizo una profunda investigación para documentar los hechos. Pero no es el escritor, en su propia voz, quien narra la historia, sino el sabio anciano Mimir, un bardo del norte que, aún en el siglo XXI, maravilla a los lectores.
El periodista y booktuber caleño, apasionado de la mitología, el terror y la fantasía, es de los pocos escritores interesados en temáticas que no son tradicionales en la literatura local. Así conversó con El País.
—¿En qué momento entró en contacto con la mitología y la cultura nórdica?
A mí me llamó la atención esta cultura cuando era niño, recuerdo un programa de televisión, un ánime que se llama ‘Los caballeros del zodiaco’ y en una ocasión ellos deben pelear contra los dioses nórdicos, y esos eran caballeros que representaban a los dioses vikingos. Me llamó muchísimo la atención su concepción del mundo, porque aquí en la cultura occidental Dios no es guerrero, sino que es amor y paz. Mientras que en la cultura vikinga lo más importante es combatir, si ellos mueren en guerra se van al Valhalla que es como el paraíso, pero si nosotros combatimos o matamos, es algo malo en la Biblia, tenemos el mandamiento del no matarás. Morir de una manera pacífica, o de viejos o enfermos, era un deshonor grandísimo para los vikingos, de hecho creían que así se iban al infierno, que para ellos era un lugar helado. Me causó mucha curiosidad saber por qué pensaban así y en qué basaban ese comportamiento.
—¿Por qué tuvo la necesidad de escribir una historia sobre la cultura nórdica?
La historia de Erik el Rojo es cierta, sale de la vida real, está en las sagas groenlandesas, que son relatos históricos de los vikingos, lo que pasa es que son documentos muy densos, por eso yo los adaptó para que un público más general pueda entender y disfrutar estos hechos que, desde luego, están permeados por toda esa mitología que justifica muchos de los actos que ellos hacen. En este sentido, debo decir que a mí siempre me ha gustado investigar sobre las diferentes mitologías, la griega, por ejemplo, pero la mitología nórdica es muy fascinante, de hecho hay un libro muy bueno al respecto que se llama ‘Mitos nórdicos’ de Neil Gaiman.
La particularidad de los mitos nórdicos es que no son tan extensos como los griegos, han venido mucho más fragmentados porque en esta cultura no escribían tanto como los griegos. Entonces, leyendo sobre los nórdicos me di cuenta de que hay mucho que se desconoce de ellos, de estos dioses que pelean y mueren en el Ragnarok, que es como el Apocalipsis de los nórdicos. Por ejemplo, a Odín que es el dios más importante se lo come un lobo, a Thor que es diferente al que está en Marvel lo mata una serpiente, y así hay muchas historias que vale la pena poner al alcance de todos.
Pero, para contestar su pregunta, realmente sentí la necesidad de escribir esta historia cuando mi amigo Esteban Cruz Niño, que también es escritor, me contó por encima la historia de Erik el Rojo, que yo no la conocía, él me cuenta su aventura y la certeza de que haya tenido que ver en el primer descubrimiento de América, todo eso me cautivó y me dije que esto tenía que conocerse pero a través de una novela.
—¿Qué se ha descubierto sobre la llegada de los vikingos a América?
Groenlandia, donde vivió Erik, está ubicada geográficamente en América, viéndolo en un mapamundi es fácil entender lo cerca que están, aunque políticamente esta isla pertenece a Dinamarca. Sabemos que el hijo de Erik el Rojo, que se llamaba Leif Eriksson, sí llegó al continente americano, a Canadá. Para contar esto me baso en las dos sagas, de los groenlandeses y la saga de Erik el Rojo, que están escritas desde hace mil años.
Siempre hubo dudas sobre si era real o no la historia de Leif Eriksson, aunque tenían un soporte histórico, por mucho tiempo los arqueólogos no creyeron en la veracidad, porque no habían evidencias físicas. Así fue hasta más o menos en los 70 del pasado, cuando un par de arqueólogos descubrieron construcciones vikingas que databan de hace mil años, eso lo hicieron en la península de Labrador, un sitio de la parte francesa de Canadá, lo que coincide con lo escrito en las sagas.