1. Sus personajes
Interpretar a un villano no es nada nuevo para el actor colombiano Julián Román. Sin embargo, reconoce que darle vida a ‘El Liso’, personaje ficticio en la serie ‘El General Naranjo’, ha sido uno de sus mayores retos.
Esta producción, que se estrenó el pasado viernes a las 9:00 p.m. por el canal Fox Premium, está basada en hechos reales y recorre la historia del narcotráfico a partir de la vida del General Óscar Naranjo.
Julián explica por qué vale la pena ver una serie contada desde “el lado de los buenos”, confiesa cómo es su ritual para desprenderse de los personajes; se sincera sobre ‘Colmenares’, donde también participa, y admite qué siente cuando mira hacia atrás y recuerda los innumerables papeles que ha realizado.
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¿Cómo construyó a ‘El Liso’, personaje de ‘El General Naranjo’?
Este fue creado para tener una línea dramática y ser el contrapeso del General Naranjo. Está basado en muchos personajes que se encuentran en el lado oscuro, que son quienes generan el conflicto de la historia.
Junto a la libretista y los directores pensamos cómo podíamos crear un personaje bastante frío, detestable y, sobretodo muy calculador para poder sobrevivir a la cacería que le hace el General Naranjo.
Esta serie, como muchas otras que se han producido en Colombia, aborda el tema del narcotráfico y la violencia. Sin embargo, esta vez la historia será contada desde la perspectiva de la Policía y no desde el lado criminal...
En las redes sociales las personas hablan mucho de los héroes y pienso que en la Policía y en el Ejército Nacional hay muchos. Ellos son los seres más anónimos que tenemos en nuestras vidas. Por este motivo considero que sí estábamos demorados en contar las historias desde el punto de vista de ellos. Hoy nadie habla de la masacre de los policías en Medellín y menos de cuántos mató Pablo Escobar realmente, cuánta gente amenazó, cuántas vidas acabó o cuántas familias quedaron destrozadas. Es por esto que ahora hay que mostrar a las personas que estuvieron detrás y que fueron víctimas de primera mano de estos personajes.
¿Considera usted que esta producción debería ser vista por los jóvenes que no vivieron los años de mayor violencia y narcotráfico del país?
Sí. Es importante que la vean para que conozcan la otra versión, pues en un país como Colombia siempre hay dos versiones. Aquí el narcotráfico se ha vuelto cultural, así la gente lo quiera negar, nosotros tenemos una cultura narcotraficante que nació durante los años 80 y 90 y hoy todavía pagamos eso.
Cuando a usted le hablan del dinero fácil, o le dicen que triunfar es poder tener un gran carro, aparecen modelos como el narcotráfico que lo ayudan a lograr eso, pero a las personas se les olvida que detrás de todas estas facilidades hay una cantidad de gente que ha entregado su vida, como los policías. Es allí cuando se entiende verdaderamente el significado de la palabra héroe, héroes son estos policías que entregan un brazo o un ojo por unas convicciones de país y que quieren sacar adelante. Por estos motivos es importante ver la serie, pues es una visión diferente que en ningún momento se convierte en un melodrama.
Usted es un actor con gran trayectoria. ¿Cuando mira el camino recorrido qué se le viene a la mente?
Tengo una carrera muy privilegiada porque los proyectos que he hecho desde que inicié en el teatro, el cine y la televisión, han sido trabajos muy importantes para mí y en los que he podido desarrollar lo que he estudiado y lo que sigo estudiando.
En varias oportunidades las personas me hablan de personajes que yo algunas veces no recuerdo, y eso me hace pensar: ‘Qué bueno poder haber hecho cosas que todavía la gente recuerda’. Yo prefiero que el público recuerde y le quede algo de mis personajes más que del propio Julián Román, pues yo insisto en que la vida de uno es muy aburrida y en la que no hay mayor cosa que contar. Me parece que lo más interesante de un actor es hablar sobre sus personajes y que la gente se quede con eso.
Lo anterior me llena de una satisfacción maravillosa y sigo con ganas de seguir luchando por los actores en Colombia, por las buenas condiciones para todos y porque en este país esta profesión sea tomada en serio.
Usted también participa en ‘Colmenares’, serie que estrenó Netflix, ¿qué comentarios ha recibido al respecto?
Es una producción muy bien hecha. Está bien contada pero pues pasa como en todo, usted puede hacer un trabajo y hay a quienes no les gusta porque no les cae bien determinado personaje, eso ha pasado con ‘Colmenares’. Esta producción hasta el momento ha sido muy bien recibida porque ha tenido respeto con absolutamente todos, tanto con la víctima, como con los supuestos victimarios. Ese es el secreto de ‘Colmenares’.
¿Cómo se quita esa huella que deja en usted cada personaje que interpreta?
Con el tiempo uno aprende a soltar fácil. Todavía me pasa que cuando termino un proyecto, la primera semana vivo un duelo pequeño, algo similar a como cuando a uno le termina la novia. Uno queda medio aburrido porque es algo que no va a volver a hacer. Sin embargo, con el tiempo uno empieza a manejarlo.
La clave está en empezar otro proyecto para ocupar la cabeza en otra cosa. Afortunadamente siempre me pasa, pues yo tengo temporadas de cuatro y cinco meses donde paro y me dedico a hacer teatro, a leer o simplemente a no hacer absolutamente nada, lo que me ayuda un poco a dejar el ritmo de trabajo, pues uno pasa de trabajar 12 horas al día, de lunes a viernes, interpretando el personaje y, cuando se acaban las grabaciones, el cuerpo quiere seguir con ese mismo ritmo.
¿Qué les dice a las nuevas generaciones de actores?
Que esto es una profesión maravillosa que requiere de mucho tiempo de estudio y de una unión gremial para cada vez seguir siendo más grandes. Mi invitación a los chicos es que la agremiación en este medio es maravillosa y sí se pueden hacer cambios fundamentales.
Les digo que hay que estudiar y leer mucho para tener grandes bases, pues un actor tiene que ser una persona con una información muy grande a la hora de pararse delante de un director para poder hablar de frente a frente con él sobre temas relacionados, ya sea con el personaje o la vida misma.
2. Premios y amenazas
Antes de cumplir un año apareció en la telenovela ‘Recordarás mi nombre’ y fue premonitorio, y antes de cumplir diez años actuó en la película de Sergio Cabrera titulada ‘Técnicas de duelo’.
Julián Román Rey nació el 23 de noviembre de 1976 en Bogotá. Heredó la vena artística de su padre, el también actor Edgardo Román. Su madre es María Eugenia Rey y es hermano de Liliana Román Rey.
Desde que vivía en Fontibón con sus abuelos, madrugaba los fines de semana para ir a la Escuela Distrital de Teatro Luis Enrique Osorio, que quedaba en el sótano de la avenida Jiménez con Séptima. Su abuelo lo dejaba en el colectivo y después paraba un taxi y seguía el bus en el que Julián iba, y hasta que no se cercioraba de que él entraba a las clases, no se iba.
También acompañó, muchas veces, después de la escuela a su padre, el actor Edgardo Román, quien dictaba clases de actuación en el Teatro Popular de Bogotá.
Desde entonces, Julián ha hecho parte de decenas de series, telenovelas y películas: Dialogando, Francisco el Matemático, Los Reyes, Los Tres Caínes, Guajira, Golpe de Estadio, La Semilla del Silencio, Retratos en un Mar de Mentiras y Hasta que te Conocí, la miniserie en la que interpretó a Alberto Aguilera –Juan Gabriel–.
Su primer sueldo se lo ganó por trabajar en la producción ‘El hijo de Nadia’, en 1993. Entonces ganaba $450.000 al mes.
Cuenta que al interpretar al divo mexicano Juan Gabriel se preguntó muchas veces: “¿Como un tipo tan frágil emocionalmente es este monstruo que se para en un escenario y mantiene a 80.000 personas durante seis horas cantando y bailando? ¡Y cuando se bajaba, era un tipo que vivía muy solo!”.
Pero no todo ha sido bueno en su carrera, también recibió amenazas vía Twitter y hasta le llegó una carta escrita a máquina con la advertencia de que si no se retiraba de una serie lo mataban. La Asociación de Madres de Víctimas y Desaparecidos le envió otra en la que decían que él, por su participación en la producción Tres Caínes, donde interpretó a Carlos Castaño, se estaba lucrando con el dolor de ellos y lavando la imagen de los paramilitares.
“Yo no estaba lavando la imagen de nadie y claro que hay contar esas historias sobre el pasado reciente de nuestro país”, aseguró Román en aquel entonces.
Julián ha ganado tres premios India Catalina y además, tuvo un papel secundario en El Comandante, biografía de Hugo Chávez.
3. Los amores
Él mismo confirma que su sentido del humor lo ha convertido en un galán en la vida real, capaz de conquistar a las más bellas mujeres. A su actual pareja, Juliette Pardau, la conquistó de la misma manera.
“Nos conocimos grabando El Comandante. Mi personaje salía muy rápido de la historia, pero tenemos varios amigos en común y empezamos a coincidir”, dice la actriz venezolana Juliette Pardau, quien en la serie El Chapo (Netflix), acerca del narcotraficante mexicano, caracterizó a la segunda esposa del capo.
Sobre Julián, esta hija de inmigrantes portugueses y gallegos dice: “Es un ser muy bonito. Tenemos una relación de mucha paz”.
Román, quien fue este año con su esposa Juliette a la besatón a la que asistieron masivamente muchos bogotanos, en protesta por la discriminación sufrida por una pareja LGTBI en el Centro Comercial Andino, le respondió a un seguidor de sus redes sociales que le preguntó si él era homosexual por apoyar esta actividad: “Sí, y mi mujer también”.
Con Silvia de Dios oficializó su relación en 2001, tras los rumores que indicaban que estaban juntos, y a principios del 2002 se hizo pública la ruptura, sin que se diera a conocer el motivo.
A la argentina Géraldine Zivic, Julián la conoció en el set de grabaciones de la novela Los Reyes y fue un flechazo inmediato. Durante el tiempo que permanecieron juntos se les vio muy feliz. Tiempo después anunciaron su separación diciendo que ya no se entendían.
A Julián también se le atribuyó un romance con Angélica Blandón, de Las Muñecas de la Mafia. Con la mexicana Ana Serradilla, con quien coincidió en la novela La Viuda Negra, hubo un romance, y a Julián también lo relacionaron con Gisela Van Lacke, actriz argentina.
La parte dura de un oficio tan mediático como el suyo es que su vida privada también se convierta en campo de interés para sus muchos seguidores. Julián, un actor con todo el camino y el éxito por delante, sabe a estas alturas que el amor es mejor en la realidad, que en la ficción.