El matrimonio es una institución sagrada que ha existido a lo largo de la historia de la humanidad. En diferentes culturas y religiones, se han realizado ceremonias para unir a dos personas en el vínculo del matrimonio. Para aquellos que siguen la fe, la Biblia es una fuente de inspiración y guía en muchas áreas de la vida, incluido el matrimonio.
Asimismo, según el portal web de las Asambleas de Dios (AD), “el matrimonio es vital para nuestra naturaleza como seres humanos en sociedad. Dios mismo instituyó el matrimonio al crear y unir al primer hombre y la primera mujer en los albores de la Creación”.
De hecho, el texto bíblico de Génesis 1:27; 2:18,22,23 afirma que: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó… Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él… Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada”.
Y es que en Colombia la institución sagrada del matrimonio no va nada bien, debido a que según las estadísticas del Colegio Nacional de Notarios durante el primer trimestre del 2023, 2.133 parejas se han divorciado, lo que significa que en promedio 28 parejas se divorcian cada día y 1 cada hora.
Durante los últimos 10 años, entre enero de 2012 y diciembre de 2021, hay un registro de 601.103 matrimonios civiles y de 214.266 divorcios, de acuerdo a los datos abiertos de la Supernotariado. Dicho en otras palabras, por cada tres matrimonios se dio un divorcio en Colombia en este periodo.
Lo que dice las sagradas escrituras
De acuerdo con las citas bíblicas de los evangelios de Mateo 5:32; 19:9; Marcos 10:11,12; Lucas 16:18, Jesús enseñó que el divorcio y el segundo matrimonio, sin bases bíblicas, es adulterio y, por lo tanto, constituye pecado contra el pacto del primer matrimonio.
Es percebtible que Jesucristo en estos pasajes bíblicos le habla a aquellas personas que deliberadamente inician el divorcio sin tener bases bíblicas para ello. Sin embargo, Jesús reconoció que el problema básico era el divorcio mismo, porque los divorciados probablemente volverían a casarse.
Por otro lado, Jesús permitió que el cristiano iniciara el divorcio cuando involucraba la fornicación: “Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio”. (Mateo 5:32 y Mateo 19:9).
Adicionalmente, es importante resaltar que Jesús concedió permiso para el divorcio solamente bajo circunstancias específicas en que había de por medio una inmoralidad sexual en la pareja. Sin embargo, según Asambleas de Dios (AD), Cristo no declaró un mandato para el divorcio, ya que esto impediría la posibilidad de reconciliación.
Advertencias contra el adulterio
En cuanto a las advertencias contra el adulterio y la inmoralidad sexual, la Biblia contiene claros mensajes en los que se exhorta a los creyentes a mantenerse alejados de tales prácticas. En 1 Corintios 6:18, por ejemplo, se encuentra la siguiente declaración: “Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; pero el que fornica, contra su propio cuerpo peca” (Biblia Reina-Valera).
Este versículo, junto con otros similares en el Nuevo Testamento, enfatiza la importancia de mantener la pureza sexual y abstenerse de relaciones sexuales fuera del matrimonio. Para aquellos que interpretan la Biblia de manera literal, esto podría considerarse una advertencia directa contra la convivencia sin matrimonio, ya que implica relaciones sexuales fuera de un compromiso sacramental.